Dentro y fuera del país:
Fox sigue perjudicando a México
Edgar González Ruiz
El pasado 8 de septiembre, en Panamá, Vicente Fox volvió a hacer declaraciones contra mandatarios como Hugo Chávez y Evo Morales, con lo que el expresidente persiste en alimentar su protagonismo a costa de las relaciones de México con otros países.
En todo caso, Fox ve la paja en el ojo ajeno, pues en su propia gestión no sólo predominó la ineficiencia, sino que desde la presidencia se cometieron y solaparon todo tipo de abusos: despilfarro de los recursos públicos, tráfico de influencias, manejo de los instituciones para fines personales, nepotismo, y protección de delincuentes de cuello blanco, lista que ha incluido desde los hijastros hasta el zapatero del expresidente, sin olvidar al famoso chino Zhenli Ye Gon.
Fox violó la legislación electoral y los derechos de sus opositores, reprimió a los trabajadores en aras de intereses empresariales y hasta alteró por mero capricho los símbolos nacionales, sin olvidar el cotidiano alarde de ignorancia y frivolidad de la pareja presidencial Fox-Sahagún, que a la fecha se sigue beneficiando de la impunidad que le otorga la continuidad de la derecha en el poder .
Encabezó uno de los peores gobiernos de la historia de México, pese a lo cual cultivó asiduamente el autoelogio, con una intensa propaganda en los medios, y que ahora prosigue con sus conferencias en diferentes países.
Al servicio de Bush
Desde el principio hasta el final de su sexenio y luego de terminado este, Fox ha mostrado un abyecto servilismo hacia Bush, que lo ha llevado a atacar verbalmente y sin motivo alguno a mandatarios como Fidel Castro, Hugo Chávez y Evo Morales.
Más allá de las discrepancias ideológicas que Fox pueda tener con esos mandatarios, su forma de atacarlos ha sido siempre bastante estúpida, al grado de que en 2002, cuando le espetó al mandatario cubano el famoso “comes y te vas” (para no molestar a Bush), lo que condujo a que el experimentado estadista exhibiera una grabación donde se demostraba el carácter mentiroso de Fox, quien había negado los hechos.
En 2005, Fox incurrió en un gratuito intercambio verbal con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo que condujo a una crisis en las relaciones entre los dos países, sin otro motivo de por medio que el servilismo de Fox hacia Bush y su tendencia a hablar irreflexivamente, por lo que ese tipo de problemas fueron una constante en el gobierno de Fox.
Hace apenas unos días, durante su participación en la asamblea anual del Consejo Empresario de América Latina (CEAL), en Panamá, Fox defendió la economía de mercado por sus “bondades” y “capacidad de crear riqueza”.
A la vez, arremetió contra o que llamó las “muy preocupantes políticas populistas y demagógicas” de Chávez y Morales, a quienes acusó de que “sólo han engañado a la gente” y agudizado la pobreza.
La verdad es que ambos mandatarios, odiados por el gobierno de EU y por muchos empresarios, han mantenido su popularidad en los sectores mayoritarios, mientras que Fox, que ha contado con el apoyo estadounidense, de los grandes capitales y de la jerarquía católica, y que llegó gracias a millones de votantes ilusionados con el “cambio” mágico que les prometía, terminó siendo tan odioso para el pueblo que ni siquiera pudo exponer su último informe presidencial ni dar el tradicional grito del 15 de septiembre en el Zócalo.
Esos resultados se los ganó Fox a pulso, cada día de su sexenio, y no contento con ello, ahora se sigue dando el título de presidente y recorre el mundo exhibiendo su ignorancia y su insensatez.
En el Comunicado 070908, del 8 de septiembre, difundido por el Centro Fox (www.centrofox.org.mx/), un proyecto con el que el expresidente rinde culto a su propia persona, leemos que al participar en la reunión del Consejo Empresarial de América Latina, en Panamá, “El presidente Fox puntualizó, que la fórmula poderosa de asociación entre iniciativa privada y gobierno es la fórmula que vencerá la pobreza en América Latina”. Nótese cómo, en su página electrónica, Fox se sigue llamando “presidente”.
Se dice también que “…habló sobre, la economía de mercado, sus bondades, su capacidad de crear riqueza, de derrotar la pobreza a través del empleo y esto, frente a muy preocupantes políticas demagógicas, populistas, que solo han engañado a la gente como la de Hugo Chávez y Evo Morales, y que al final solo terminan haciendo más pobre al pobre. Frente a un gobierno paternalista, se crea una dependencia degradante y deprimente, como ha sucedido en tiempos pasados” (la puntuación es del original).
En el mismo sitio leemos que “El presidente Fox habló del Centro Fox como una plataforma que irradiará valores y políticas como las señaladas, que trabajara en toda América Latina y México a través de un esfuerzo académico, cultural y bibliográfico”.
“Puntualizó, que la fórmula poderosa de asociación entre iniciativa privada y gobierno es la fórmula que vencerá la pobreza en América Latina y les reitero y solicitó un compromiso total con sus respectivos países para evitar el progreso de la demagogia, el populismo y la mentira”.
La rápida visita que hizo Fox a Panamá pretendió ser discreta, pero trascendió al público de ese país, por un encuentro fortuito que tuvo con la periodista Osiris Jurado Avila, de La Estrella de Panamá, a quien le reiteró sus señalamientos contra Chávez, que hizo en la XVIII Asamblea Plenaria Anual del CEAL. De acuerdo con la reportera: “Aseguró, hizo los señalamientos contra Chávez en el seno de esa asamblea”.
Sin embargo, al enterarse de que la nota sería publicada al día siguiente, la Cancillería panameña mandó un despacho de prensa y fotos del evento empresarial, en el cual participó el primer vicepresidente y canciller, Samuel Lewis Navarro, pero omitió los ataques de Fox contra Chávez.
Fox exhortó a los países de América Latina a que “aprendan de la historia de éxito de Panamá”, pues según él “Una cosa es hablar del modelo de libre mercado, de la democracia y la libertad, de poderosas políticas sociales y otra cosa es ponerla en práctica. Allí está el secreto, allí está cómo se construye precisamente esta historia de éxito”.
Las palabras de Fox resultan incongruentes en un país que guarda todavía las señales y la memoria de la agresión que sufrió por las tropas estadounidenses en diciembre de 1989, cuando Bush padre gobernaba Estados Unidos, y uno de los pretextos que usó para atacar al país centroamericano fue el de “ayudarle” a restaurar la “democracia”.
En Panamá, donde la moneda oficial es el dólar, lugares como el popular y bronco barrio capitalino de El Chorrillo sufrieron directamente esa agresión, que en la versión de Fox forma parte de la “historia de éxito” de ese país, que al igual que las demás naciones de Centroamérica están sufriendo las consecuencias sociales de las llamadas políticas neoliberales.
La delincuencia organizada…por Fox
A unos meses de haber tomado posesión, Fox desilusionó a los votantes que ingenuamente habían creído en la promesa de un “cambio” para superar las deficiencias de los gobiernos priístas, pues el derroche, que había comenzado ya en el periodo de transición con los elevados salarios que se asignaron los ministros provisionales, se hizo más patente con el llamado “toallagate”: el escandaloso asunto de la compra de toallas de 400 dólares cada una para uso personal de Fox, quien también instaló en su morada presidencial cortinas eléctricas a control remoto de 17.000 dólares, como parte de la “remodelación” efectuada a las "cabañas" que Fox instaló en los alrededores de la residencia presidencial de Los Pinos en Ciudad de México, y en lo que se invirtió casi un millón de dólares del erario.
En ese tiempo, Fox vivía con su hija Ana Cristina, por lo que no se vislumbraba todavía el derroche de que iba a ser capaz la “pareja presidencial” que ese mismo año formó Vicente con su exvocera Martha Sahagún, pues esta llevó la corrupción y el despilfarro a niveles insólitos, al crear su propia fundación, Vamos México, para extraer millonarios recursos de empresarios e instituciones, en lo que fue un descarado tráfico de influencias protegido desde la presidencia. Para perpetrar esos abusos, Martha se inspiró en prácticas seudofilantrópicas que se llevan a cabo en Estados Unidos, creando así una organización que en lugar de repartir recursos, los acumulaba año con año.
Los hijastros de Fox, los Bribiesca Sahagún, dieron motivo a denuncias en la prensa nacional e internacional por la forma en que se beneficiaron de la impunidad que les brindó la influencia de su madre sobre el poder presidencial. En lugar de recatarse, el derroche de tono frívolo y vulgar fue creciendo a la vez que Fox y Sahagún dispusieron del poder judicial para perseguir a sus críticos, como la periodista Olga Wornat, quien denunció los abusos de Martha Sahagún en dos libros (La Jefa y Crónicas malditas, publicados por la editorial Grijalbo) y en un artículo difundido por la revista Proceso.
En su número del 7 de mayo de 2006, Quehacer Político documentó algunos de los “gastos innecesarios que rayan en el escándalo” por parte de la pareja presidencial entre ellos un clóset de cedro rojo que se instaló en la habitación de la primera dama, a gusto de ella, con un costo de más de 85 mil pesos. Pero esto no es sino una de tantos caprichos y fruslerías de Martha, que no tiene proporción con las dimensiones de su nepotismo y su influyentismo que la llevó a colocar como funcionarios de primer nivel a protegidos suyas, e incluso a aspirar a la primera magistratura, para horror de panistas y opositores.
Con Fox florecieron los absurdos y los abusos, desde la protección al narco, hasta las decisiones ridículas y ofensivas para el país, como la sustitución del escudo nacional por la llamada “águila mocha” y el papel denigrante que hizo Fox en materia de relaciones exteriores al representar no los intereses de México, sino los de Bush, por lo que se dedicó a atacar a Hugo Chávez y a Fidel Castro, por no ser gratos al estadounidense. Fox fue amigo y protector de personajes involucrados con el narco, de tal suerte que el hoy famoso empresario chino Zhenli Ye Gon, quien obtuvo la nacionalidad mexicana el 1 de noviembre de 2002 y en febrero de 2003, como muestra de deferencia, recibió la carta de naturalización de manos del propio Fox.
Asimismo, existe una denuncia ciudadana ante el Ministerio Público contra Jorge Alberto y Manuel Bribiesca por su probable actividades de narcotráfico. Los hijastros de Fox también fueron beneficiados por el IPAB y por el SAE.
Los abusos de Fox incluyeron la represión sangrienta en Atenco y en Sicartsa, para beneficiar a los grandes intereses empresariales, así como la indebida intromisión presidencial en las elecciones de 2006, que fue reprobada incluso por las autoridades electorales. Durante el sexenio de Fox, la Secretaría del Trabajo fue entregada a personajes totalmente opuestos a los intereses de los trabajadores y provenientes de la ultraderecha: Carlos Abascal y Francisco Xavier Salazar Sáenz.
En 2005, Fox cometió protagonizó otro de los típicos episodios de su gestión, torpe y perverso a la vez, al orquestar el desafuero de Andrés Manuel López Obrador específicamente para privarlo de sus derechos políticos, lo cual evidenció ante la opinión pública la falta de escrúpulos y de razones de la derecha en el poder, por lo que el propio Fox tuvo que dar marcha atrás a esa maniobra e incluso simular su inconformidad con funcionarios menores que sólo obedecieron las consignas presidenciales. El propio Fox se ha jactado de su intervención en las elecciones del año pasado, y luego de estas llamó “renegados” a quienes no estaban conformes con el resultado oficial de las mismas.
A todos sus abusos, Fox sumó su tendencia a hacer alarde de su propia ignorancia, con dislates como el de referirse a “José Luis Bourges”, para hablar del famoso escritor argentino Jorge Luis Borges. En ello le iba a la par su consorte, quien en una ocasión citó a “la rabina Anat Tagore”, queriendo hacer alusión a Rabindranath Tagore.
Por si fuera poco, en los últimos meses de su sexenio, Fox estuvo insistiendo en conservar su pensión y sus privilegios como expresidente, alegando que los necesitaba “para vivir”. No dejó de buena manera la casa presidencial de Los Pinos y ha tratado de lucrar de todas las formas posibles con su lamentable experiencia como mandatario, dando conferencias en diferentes países, donde suele hablar de manera torpe amén de perjudicial para nuestro país, como hizo recientemente en Panamá.
El mismo día en que Fox protagonizaba su nueva intromisión en la política exterior, en Denver, Colorado, agentes federales arrestaban a Martín Villegas Terrones, quien confeccionaba botas de pieles exóticas para Vicente Fox y otros funcionarios de su gabinete y elementos del Estado Mayor Presidencial . Esto involucraba un tráfico de pieles exóticas prohibidas, como tortuga marina, caimán y otras especies en peligro de extinción, además de que las autoridades de ese país acusan a Villegas Terrones de conspiración, lavado de dinero, actividades ilícitas y de formar parte de una red internacional dedicada a la fabricación de artículos de piel de animales en veda. Es decir, una red de delincuencia empresarial que creció al amparo de Fox. En esas actividades, que fueron investigadas por la policía estadounidense cuando Fox aún era presidente, estaba involucrado Esteban López Estrada, otro empresario leonés propietario de la firma Botas Cañada Grande, quien exportaba manufacturas de manera ilegal.
Según ha difundido el periódico La Jornada: “En 2003, Martín Villegas confeccionó las botas de charol que el entonces mandatario usó en una cena de gala ante los reyes de España, también, a recomendación del ex mandatario, para Vladimir Putin, para el hoy senador Santiago Creel, así como para otros políticos. El mismo Villegas presumía que sus botas las calzaban funcionarios y gobernantes mexicanos por recomendación de Fox”. Es decir, Fox vendría a ser promotor de la corrupción gubernamental allende las fronteras.
Otro de los involucrados con el zapatero de Fox, es el presidente de Estados Unidos, George Bush, quien en su visita al rancho San Cristóbal, en febrero de 2001, elaboró unas botas conmemorativas, en piel de avestruz, color azul, con las banderas de México y Estados Unidos, así como otras, en piel de lagarto, con el emblema tejano.
En aquellos días, el periódico Reforma entrevistó al zapatero, quien dijo que a los diez años de edad comenzó a trabajar a la fábrica de zapatos de la familia Fox, lo que constituye una más de las evidencias de que la familia Fox emplea ilegalmente a niños como trabajadores.