Sobre el "terrorismo" fecal
Al parecer, Fecal quiere usar la trillada estrategia, estilo Bush, de sembrar el miedo a una supuesta amenaza "terrorista" que le permita justificar sus políticas represivas. Pero al margen de los medios establecidos, que ha perdido mucha de su crediblidad por apoyar al gobierno espurio, la sociedad mexicana ya no es tan ingenua, por lo que no nos van a vender un cuento similar al de las Torres Gemelas. En el siguiente artículo, Rodolfo Sánchez Mena presenta su análisis de la estrategia fecal.
JUEGOS DE PODER
TERRORISMO, INFORME Y SEGURIDAD
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 03-09-07)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
Explotar un carro-bomba en la Torre Mayor de Insurgentes con fines terroristas, previo al Primer Informe de Felipe Calderón y a días de los acuerdos del ASPAN en Canadá, era el propósito de llevar al presidente Calderón a declarar en el Congreso la puesta en marcha del Plan México; a establecer un elevado control militar, policiaco y de inteligencia, así como de restricción y/o anulación de libertades constitucionales.
Este parece ser un escenario tremendista, pero no lo es. Aunque el operativo terrorista fue abortado por una decisión de alto nivel, las causas que propician esta grave situación, no han desaparecido. Independientemente de un reacomodo de fuerzas políticas y de seguridad. A pesar de ello, el riesgo persiste y, por lo tanto debemos analizarlo a fondo.
Para no perdernos en la madeja de los acontecimientos, abordaremos aspectos sustantivos, convincentes que, en lugar de dejar duda, permitan enriquecer la perspectiva, sobre todo de cómo dar salida a una situación de suma gravedad política institucional, a donde pretenden llevarnos para instaurar un modelo neofranquista.
De manera simultánea, al robo del automóvil, se construía la bomba por expertos, y se preparaba su ubicación en la Torre Mayor. En la zona residencial de Polanco, se daba un caluroso encuentro de proveedores colombianos del cartel del Golfo, en un restaurante Argentino; sorpresivamente, fueron aprendidos por un cuerpo élite del ejército mexicano; la protección al Chapo ha terminado.
Este un hecho, nada fuera de lo común y rutinario, pues la SEDENA es el centro de la guerra contra el narcotráfico. Si bien no es usual que tropas de alta movilidad se paseen por las ricas avenidas de una zona reservada. También lo es que no participe la Secretaria de Seguridad Pública o la PGR y sus AFIs, pues así se evita filtrar la información para que los delincuentes huyan.
Sin embargo, el comportamiento sigiloso y secreto del ejército, obedece a que están frente al mecanismo desencadenador de los acontecimientos, esto es el detonador del carro bomba en la Torre Mayor. La orden es adelantarse a los acontecimientos y darles otro curso diferente al planeado por los terroristas. En previsión a que el presidente Calderón sea conducido a la toma de decisiones erróneas y establecer un paraguas de seguridad para la integridad del presidente Calderón, en una situación de riesgo.
En el mismo lugar y por diferencia de segundos, en Polanco y en el mismo restaurante argentino, un numeroso cuerpo de agentes de la DEA estaba preparado para aprender y llevarse prisioneros a los comensales colombianos y del cártel del Golfo, para ser interrogados en Estados Unidos, como los responsables de los ataques terroristas, el último en la Torre Mayor, cuyos autores intelectuales, ya los imaginamos; inmediatamente, habría una ruptura de relaciones por la agresión.
El número de agentes de la DEA en México se ha incrementado de manera escandalosa, es todo un ejército; operan con la cobertura de ser agentes sin restricción alguna. Ante la intervención previsora de la SEDENA, la DEA no cumplió su cometido, trasladar a sus prisioneros; están a la espera que les entreguen a un grupo narcotraficante que ha sido desechado.
Conforme a la agenda preestablecida por la dirigencia del PAN, el presidente Calderón después de entregar su informe al Congreso e informar del inicio del Plan México, estaba previsto que se dirigiría al Auditorio nacional, según la invitación realizada por su partido el PAN.
Estos planes de llevar a Calderón al terreno panista también fueron modificados en medio de una gran controversia, pues se supone que ante los hechos, ya no habría marcha atrás. Sin embargo se tomó otra decisión, optar por el abandonado Palacio Nacional e ir incluso otro día, para dar tiempo a instalar el operativo de seguridad y prever desenlaces. La razón es convincente, el Auditorio Nacional presentaba serios riesgos para la seguridad del presidente Calderón.
En un escenario donde estaba previsto que el carro bomba estallara, después de haber aprendido a narcoterroristas por la DEA, un ataque en el Auditorio Nacional como parte de la escalada atribuida al EPR, daría la vuelta al mundo. La imagen de un país donde el terrorismo se ha desencadenado y se requiere el “apoyo” de los Estados Unidos, conforme a los planes militares y de inteligencia del Pentágono.
La intervención militar norteamericana, advertida en los mandos medios del ejército y la marina mexicana, fue rechazada. Las razones de la posición militar en nada tienen que ver con la cooperación y el intercambio de experiencias, así como la formación de oficiales en los centros de adiestramiento norteamericanos. El rechazo proviene que con el pretexto de un ataque terrorista como el de la Torre Mayor, se justifique la instalación de una base militar del Comando Norte, en el Golfo de México en el puerto de Coatzacoalcos, Ver., o en Tampico, Tamps., para dar “seguridad” a la producción y embarques petroleros, así como el control y acceso al dominio del Istmo de Tehuantepec.
Adelantarse a los acontecimientos e impedir el rumbo catastrófico que toman para crear condiciones favorables, es posible como lo hemos visto, cuando existe la información y la decisión de alto nivel, que permiten ser abortados operativos terroristas como el de la Torre Mayor.
Nadie cree en la versión que el carro bomba no estalló por no tener detonador o bien que el celular falló. Esto sí es una fantasía, lo demás una amenaza cierta. Lo importante es dar respuesta, como lo acabamos de ver en la decisión política de alto nivel para abortar el operativo terrorista y frustrar de momento los planes de intervención militar extranjera.
JUEGOS DE PODER
TERRORISMO, INFORME Y SEGURIDAD
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 03-09-07)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
Explotar un carro-bomba en la Torre Mayor de Insurgentes con fines terroristas, previo al Primer Informe de Felipe Calderón y a días de los acuerdos del ASPAN en Canadá, era el propósito de llevar al presidente Calderón a declarar en el Congreso la puesta en marcha del Plan México; a establecer un elevado control militar, policiaco y de inteligencia, así como de restricción y/o anulación de libertades constitucionales.
Este parece ser un escenario tremendista, pero no lo es. Aunque el operativo terrorista fue abortado por una decisión de alto nivel, las causas que propician esta grave situación, no han desaparecido. Independientemente de un reacomodo de fuerzas políticas y de seguridad. A pesar de ello, el riesgo persiste y, por lo tanto debemos analizarlo a fondo.
Para no perdernos en la madeja de los acontecimientos, abordaremos aspectos sustantivos, convincentes que, en lugar de dejar duda, permitan enriquecer la perspectiva, sobre todo de cómo dar salida a una situación de suma gravedad política institucional, a donde pretenden llevarnos para instaurar un modelo neofranquista.
De manera simultánea, al robo del automóvil, se construía la bomba por expertos, y se preparaba su ubicación en la Torre Mayor. En la zona residencial de Polanco, se daba un caluroso encuentro de proveedores colombianos del cartel del Golfo, en un restaurante Argentino; sorpresivamente, fueron aprendidos por un cuerpo élite del ejército mexicano; la protección al Chapo ha terminado.
Este un hecho, nada fuera de lo común y rutinario, pues la SEDENA es el centro de la guerra contra el narcotráfico. Si bien no es usual que tropas de alta movilidad se paseen por las ricas avenidas de una zona reservada. También lo es que no participe la Secretaria de Seguridad Pública o la PGR y sus AFIs, pues así se evita filtrar la información para que los delincuentes huyan.
Sin embargo, el comportamiento sigiloso y secreto del ejército, obedece a que están frente al mecanismo desencadenador de los acontecimientos, esto es el detonador del carro bomba en la Torre Mayor. La orden es adelantarse a los acontecimientos y darles otro curso diferente al planeado por los terroristas. En previsión a que el presidente Calderón sea conducido a la toma de decisiones erróneas y establecer un paraguas de seguridad para la integridad del presidente Calderón, en una situación de riesgo.
En el mismo lugar y por diferencia de segundos, en Polanco y en el mismo restaurante argentino, un numeroso cuerpo de agentes de la DEA estaba preparado para aprender y llevarse prisioneros a los comensales colombianos y del cártel del Golfo, para ser interrogados en Estados Unidos, como los responsables de los ataques terroristas, el último en la Torre Mayor, cuyos autores intelectuales, ya los imaginamos; inmediatamente, habría una ruptura de relaciones por la agresión.
El número de agentes de la DEA en México se ha incrementado de manera escandalosa, es todo un ejército; operan con la cobertura de ser agentes sin restricción alguna. Ante la intervención previsora de la SEDENA, la DEA no cumplió su cometido, trasladar a sus prisioneros; están a la espera que les entreguen a un grupo narcotraficante que ha sido desechado.
Conforme a la agenda preestablecida por la dirigencia del PAN, el presidente Calderón después de entregar su informe al Congreso e informar del inicio del Plan México, estaba previsto que se dirigiría al Auditorio nacional, según la invitación realizada por su partido el PAN.
Estos planes de llevar a Calderón al terreno panista también fueron modificados en medio de una gran controversia, pues se supone que ante los hechos, ya no habría marcha atrás. Sin embargo se tomó otra decisión, optar por el abandonado Palacio Nacional e ir incluso otro día, para dar tiempo a instalar el operativo de seguridad y prever desenlaces. La razón es convincente, el Auditorio Nacional presentaba serios riesgos para la seguridad del presidente Calderón.
En un escenario donde estaba previsto que el carro bomba estallara, después de haber aprendido a narcoterroristas por la DEA, un ataque en el Auditorio Nacional como parte de la escalada atribuida al EPR, daría la vuelta al mundo. La imagen de un país donde el terrorismo se ha desencadenado y se requiere el “apoyo” de los Estados Unidos, conforme a los planes militares y de inteligencia del Pentágono.
La intervención militar norteamericana, advertida en los mandos medios del ejército y la marina mexicana, fue rechazada. Las razones de la posición militar en nada tienen que ver con la cooperación y el intercambio de experiencias, así como la formación de oficiales en los centros de adiestramiento norteamericanos. El rechazo proviene que con el pretexto de un ataque terrorista como el de la Torre Mayor, se justifique la instalación de una base militar del Comando Norte, en el Golfo de México en el puerto de Coatzacoalcos, Ver., o en Tampico, Tamps., para dar “seguridad” a la producción y embarques petroleros, así como el control y acceso al dominio del Istmo de Tehuantepec.
Adelantarse a los acontecimientos e impedir el rumbo catastrófico que toman para crear condiciones favorables, es posible como lo hemos visto, cuando existe la información y la decisión de alto nivel, que permiten ser abortados operativos terroristas como el de la Torre Mayor.
Nadie cree en la versión que el carro bomba no estalló por no tener detonador o bien que el celular falló. Esto sí es una fantasía, lo demás una amenaza cierta. Lo importante es dar respuesta, como lo acabamos de ver en la decisión política de alto nivel para abortar el operativo terrorista y frustrar de momento los planes de intervención militar extranjera.
1 Comments:
No es ocioso reiterar que el movimiento de oposición al presidente espurio es pacífico, legal y de resistencia civil. No debemos admitir que los fundamentalistas religiosos perpetren provocaciones. Debemos mostrar firmeza y resistir las provocaciones.
Estas acciones de la ultraderecha no deben desconcertarnos, el pelele está cercado, arriba, los poderosos lo consideran su empleado y lo están obligando a pagarles los favores que les debe, es decir, todo. Abajo, los democráticos, los izquierdistas, el pueblo en general, no le creen y los que hemos sido agraviados, no lo dejamos en paz. ¿Qué otro camino tiene el pelele?, actuar como Bush, quien montó una descomunal provocación para legitimarse y justificar su política criminal. No permitamos a la derecha una provocación.
Nosotros no somos violentos. Nosotros no buscamos la confrontación armada. Nosotros ganamos las elecciones y nos las robaron.
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