FECAL y el Plan México, de Rodolfo Sánchez Mena
FECAL FIRMARÁ PLAN MÉXICO-USA
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 13-08-07)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
Felipe Calderón y George Bush, firmarán en Canadá el 20 de agosto el Plan México, (PM-USA) no obstante que el Congreso y el gobierno norteamericano decidieron frustrar la reforma migratoria, para criminalizar a los migrantes mexicanos e impedir su libertad de transito, como la de los capitales y mercancías en el TLC, como lo hacen los socios de la Comunidad Europea.
Situación contradictoria del negociador Calderón, por ganar apoyo, cede en lo más elemental, lo que obliga al Congreso, y al Senado en particular, a una revisión profunda pues no hay acuerdo ni plan en materia de política internacional que prospere sin el reconocimiento senatorial.
La firma del Plan México, culmina las negociaciones auspiciadas por el Acuerdo de Prosperidad y Seguridad de América del Norte, ASPAN, el también llamado TLC plus, producto del S/II. Si bien el TLC es un acuerdo de seguridad, este es reforzado al agregarse el llamado perímetro de seguridad y el tema de energía, que adicionan compromisos onerosos para la soberanía y la seguridad nacional de México, al incorporar temas no negociados en el TLC.
El ASPAN fue firmado por Vicente Fox y su sucesor Felipe Calderón lo ha ratificado. Si bien, aún no se ha signado un acuerdo marco energético, en la práctica el gobierno de Calderón trabaja en esta dirección, cumple paso a paso con el abastecimiento de seguridad energética, en tanto la reforma energética que se debate en el Congreso se aprueba, ya sea para apoyar la integración energética como lo demanda Bush o mantener firmes los principios del 27 constitucional, como lo demandan los senadores encabezados por Manuel Bartlett.
El gobierno de Calderón para justificar el Plan México, ha sumado a la guerra contra el narcotráfico una intensa campaña mediática para convencer a los mexicanos de la inminencia de ataques guerrilleros que han sido calificados de narcoterroristas, y en el peor de los casos encaminados a demostrar que provienen del PRD y de la mano de López Obrador o de Venezuela, hasta antes del intercambio de Embajadores.
El aparato propagandista gubernamental ha presentado ejemplos demostración: los ductos de PEMEX o los bombazos contra el empresario Slim. También se ha editado la llamada primera rebelión del siglo, conducida por la APPO, muestra a Oaxaca a punto de la balcanización y/o laboratorio de la fusión guerrilla rural-movimiento urbano insurgente.
A esta campaña mediática gubernamental, se han incorporado organizaciones y grupos que han hecho de la industria guerrillera modus vivendi. Como intelectuales del sistema, venden su producto a un mercado gubernamental que reclama demostrar la existencia histórica de fuerzas guerrilleras rurales y urbanas, capaces de establecer alianzas estratégicas con los talibanes, la guerrillas de Colombia o con Bin Laden para emprender acciones terroristas desde México contra instalaciones estratégicas de los Estados Unidos, y confirmar los vaticinios del Washington Times de la secta Moon.
A pesar de la intensidad de la campaña para crear la amenaza narcoterrorista mexicana con la APPO, el EPR y los cientos de desprendimientos que aparecen minuto a minuto, los niveles de cordura y estabilidad político-emocional de los mexicanos, aún tienen niveles bastante aceptables, pues más de las dos terceras partes de los mexicanos de un universo encuestado, esto es el más del 70%, no creen que el EPR atacara las instalaciones de PEMEX, aunque los más ingenuos, esto es, los menos, son objeto de esta campaña insidiosa para distraer la atención de la participación de Fox y Calderón en el negocio del siglo del tráfico de metanfetaminas.
El diagnostico norteamericano para justificar el Plan México, utilizado por el poderoso Consejo de Asuntos Internacionales de los Estados Unidos que, como sabemos define la política norteamericana, da cuenta del programa de Felipe Calderón contra las drogas, narrado discretamente por los funcionarios de seguridad mexicanos para realzar las acciones del ejército, policías, la judicatura y propuestas de inteligencia y seguridad al Congreso, son ejemplo de entendimiento y colaboración, que existe entre ambos gobiernos para tener el primer programa de colaboración de más de 1, 500 millones de dólares que soltara el Congreso norteamericano para acudir en apoyo a la guerra contra el narcotráfico de Calderón .
El informe describe con datos precisos que desde México entra el 90 % de la cocaína a los Estados Unidos; nuestro país es el principal proveedor de marihuana y la producción del 99% de metanfetaminas se destina al mercado de consumidores norteamericanos.
A los asociados del Consejo se les proporciona una resumen ejecutivo de los que sería el Plan, se ampliaría la infraestructura de telecomunicaciones de México; esto es, se cubrirían con radares los controles de vuelos como en Colombia, para supervisar el espacio aéreo e impedir el tráfico de estupefacientes; la supervisión del espacio aéreo requerirá de compra de aviones de intercepción y entrenamiento de pilotos; profesionalizar a la policía de México, y proporcionar tecnologías avanzadas a las agencias mexicanas para la aplicación de la ley.
Dos aspectos deben ser evaluados del Plan México, la asistencia en materia de capacitación y las acciones encubiertas de los cuerpos de inteligencia y empresas norteamericanas que participaran. La capacitación y entrenamiento incluyen de manera destacada, tres cursos sobre derechos humanos, combate a la pobreza y democracia.
Los cursos impartidos por los cuerpos especiales norteamericanos a la formación de fuerzas contrainsurgentes del Plan México, reproducen la experiencia de la lucha contra Japón en la zona del Pacífico durante la segunda Guerra Mundial y elude el desastre de la experiencia traumática de la guerra de Viet Nam por ser la tumba del ejército norteamericano, al aplicarse la estrategia errónea.
Los cursos persiguen una estrategia dirigida a ganarse una base social amplia con la propaganda de los derechos humanos, el estar supuestamente identificados con los pobres, para convertir a las fuerzas insurgentes y terroristas en bandoleros y criminales que operan al margen de la ley, sin ninguna simpatía social.
La intervención de los servicios de inteligencia con la cobertura de empresas privadas, se dirigen a capturar a las bases sociales donde han actuado las acciones contrainsurgentes, de operaciones contra el narcotráfico y contra narcoterroristas. Normalmente, justifican su presencia para crear infraestructura de seguridad o de carácter social y comunitaria. Los intereses apuntan al apoderamiento de recursos estratégicos para las empresas trasnacionales o para otorgar seguridad a sus operaciones de saqueo.
Estos son los intereses norteamericanos tras el Plan México, pues como sabemos no tienen ningún interés en detener el trafico de estupefacientes, ni de controlar la violencia criminal, pues ellos la alientan para mantener la competencia y la calidad de los productos.
Lo interesante será ver más adelante cómo a través del Plan México, se reorganiza la producción y distribución mundial de las metanfetaminas que es la droga del siglo y el papel que tiene esta droga en el diseño de la nueva sociedad global.
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 13-08-07)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
Felipe Calderón y George Bush, firmarán en Canadá el 20 de agosto el Plan México, (PM-USA) no obstante que el Congreso y el gobierno norteamericano decidieron frustrar la reforma migratoria, para criminalizar a los migrantes mexicanos e impedir su libertad de transito, como la de los capitales y mercancías en el TLC, como lo hacen los socios de la Comunidad Europea.
Situación contradictoria del negociador Calderón, por ganar apoyo, cede en lo más elemental, lo que obliga al Congreso, y al Senado en particular, a una revisión profunda pues no hay acuerdo ni plan en materia de política internacional que prospere sin el reconocimiento senatorial.
La firma del Plan México, culmina las negociaciones auspiciadas por el Acuerdo de Prosperidad y Seguridad de América del Norte, ASPAN, el también llamado TLC plus, producto del S/II. Si bien el TLC es un acuerdo de seguridad, este es reforzado al agregarse el llamado perímetro de seguridad y el tema de energía, que adicionan compromisos onerosos para la soberanía y la seguridad nacional de México, al incorporar temas no negociados en el TLC.
El ASPAN fue firmado por Vicente Fox y su sucesor Felipe Calderón lo ha ratificado. Si bien, aún no se ha signado un acuerdo marco energético, en la práctica el gobierno de Calderón trabaja en esta dirección, cumple paso a paso con el abastecimiento de seguridad energética, en tanto la reforma energética que se debate en el Congreso se aprueba, ya sea para apoyar la integración energética como lo demanda Bush o mantener firmes los principios del 27 constitucional, como lo demandan los senadores encabezados por Manuel Bartlett.
El gobierno de Calderón para justificar el Plan México, ha sumado a la guerra contra el narcotráfico una intensa campaña mediática para convencer a los mexicanos de la inminencia de ataques guerrilleros que han sido calificados de narcoterroristas, y en el peor de los casos encaminados a demostrar que provienen del PRD y de la mano de López Obrador o de Venezuela, hasta antes del intercambio de Embajadores.
El aparato propagandista gubernamental ha presentado ejemplos demostración: los ductos de PEMEX o los bombazos contra el empresario Slim. También se ha editado la llamada primera rebelión del siglo, conducida por la APPO, muestra a Oaxaca a punto de la balcanización y/o laboratorio de la fusión guerrilla rural-movimiento urbano insurgente.
A esta campaña mediática gubernamental, se han incorporado organizaciones y grupos que han hecho de la industria guerrillera modus vivendi. Como intelectuales del sistema, venden su producto a un mercado gubernamental que reclama demostrar la existencia histórica de fuerzas guerrilleras rurales y urbanas, capaces de establecer alianzas estratégicas con los talibanes, la guerrillas de Colombia o con Bin Laden para emprender acciones terroristas desde México contra instalaciones estratégicas de los Estados Unidos, y confirmar los vaticinios del Washington Times de la secta Moon.
A pesar de la intensidad de la campaña para crear la amenaza narcoterrorista mexicana con la APPO, el EPR y los cientos de desprendimientos que aparecen minuto a minuto, los niveles de cordura y estabilidad político-emocional de los mexicanos, aún tienen niveles bastante aceptables, pues más de las dos terceras partes de los mexicanos de un universo encuestado, esto es el más del 70%, no creen que el EPR atacara las instalaciones de PEMEX, aunque los más ingenuos, esto es, los menos, son objeto de esta campaña insidiosa para distraer la atención de la participación de Fox y Calderón en el negocio del siglo del tráfico de metanfetaminas.
El diagnostico norteamericano para justificar el Plan México, utilizado por el poderoso Consejo de Asuntos Internacionales de los Estados Unidos que, como sabemos define la política norteamericana, da cuenta del programa de Felipe Calderón contra las drogas, narrado discretamente por los funcionarios de seguridad mexicanos para realzar las acciones del ejército, policías, la judicatura y propuestas de inteligencia y seguridad al Congreso, son ejemplo de entendimiento y colaboración, que existe entre ambos gobiernos para tener el primer programa de colaboración de más de 1, 500 millones de dólares que soltara el Congreso norteamericano para acudir en apoyo a la guerra contra el narcotráfico de Calderón .
El informe describe con datos precisos que desde México entra el 90 % de la cocaína a los Estados Unidos; nuestro país es el principal proveedor de marihuana y la producción del 99% de metanfetaminas se destina al mercado de consumidores norteamericanos.
A los asociados del Consejo se les proporciona una resumen ejecutivo de los que sería el Plan, se ampliaría la infraestructura de telecomunicaciones de México; esto es, se cubrirían con radares los controles de vuelos como en Colombia, para supervisar el espacio aéreo e impedir el tráfico de estupefacientes; la supervisión del espacio aéreo requerirá de compra de aviones de intercepción y entrenamiento de pilotos; profesionalizar a la policía de México, y proporcionar tecnologías avanzadas a las agencias mexicanas para la aplicación de la ley.
Dos aspectos deben ser evaluados del Plan México, la asistencia en materia de capacitación y las acciones encubiertas de los cuerpos de inteligencia y empresas norteamericanas que participaran. La capacitación y entrenamiento incluyen de manera destacada, tres cursos sobre derechos humanos, combate a la pobreza y democracia.
Los cursos impartidos por los cuerpos especiales norteamericanos a la formación de fuerzas contrainsurgentes del Plan México, reproducen la experiencia de la lucha contra Japón en la zona del Pacífico durante la segunda Guerra Mundial y elude el desastre de la experiencia traumática de la guerra de Viet Nam por ser la tumba del ejército norteamericano, al aplicarse la estrategia errónea.
Los cursos persiguen una estrategia dirigida a ganarse una base social amplia con la propaganda de los derechos humanos, el estar supuestamente identificados con los pobres, para convertir a las fuerzas insurgentes y terroristas en bandoleros y criminales que operan al margen de la ley, sin ninguna simpatía social.
La intervención de los servicios de inteligencia con la cobertura de empresas privadas, se dirigen a capturar a las bases sociales donde han actuado las acciones contrainsurgentes, de operaciones contra el narcotráfico y contra narcoterroristas. Normalmente, justifican su presencia para crear infraestructura de seguridad o de carácter social y comunitaria. Los intereses apuntan al apoderamiento de recursos estratégicos para las empresas trasnacionales o para otorgar seguridad a sus operaciones de saqueo.
Estos son los intereses norteamericanos tras el Plan México, pues como sabemos no tienen ningún interés en detener el trafico de estupefacientes, ni de controlar la violencia criminal, pues ellos la alientan para mantener la competencia y la calidad de los productos.
Lo interesante será ver más adelante cómo a través del Plan México, se reorganiza la producción y distribución mundial de las metanfetaminas que es la droga del siglo y el papel que tiene esta droga en el diseño de la nueva sociedad global.
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