Wednesday, July 09, 2014


   De Calderón a Mireles:
                             La criminal "guerra contra el narco":
                                            
                                                 Edgar González Ruiz



    Miles de muertos y muchos abusos perpetrados por militares, policias y narcotraficantes, fue el saldo de la criminal "guerra contra el narco" que desarrolló Felipe Calderón durantre su sexenio, con apoyo de medios de comunicación y de sectores empresariales y clericales.

    Apenas salió Calderón del poder cuando, en su mismo estado natal, en Michocán, surgen grupos armados (las llamadas "autodefensas") que pretenden combatir al narco y por ende buscan perpetuar, con sus propios medios, la política autoritaria y genocida del expresidente espurio.

    Suscita suspicacias el apoyo que personajes del clero y del activismo católico dispensaron desde un principio a las llamadas "autodefensas", que con sus acciones promueven el uso de armas y la organización paramilitar.

    Hace unos meses, algunos curas de esa entidad, llegaron al extremo de equiparar el movimiento de las autodefensas con el de los fanáticos cristeros de los años 20.

    Las armas sirven para matar, para destruir al prójimo, por lo que es paradójico que las filas clericales, que se dicen defensoras a ultranza de la vida (cuando se trata de oponerse al aborto) respalden en este caso el uso de recursos letales.

    Pero, ante todo, son sus propios objetivos los que desacreditan a las autodefensas.
 
Crear bandas armadas, grupos paramilitares, para combatir al narco resulta a la vez criminal y ridículo, porque esa estrategia estimula la violencia y porque nunca se acabará así con el negocio del narcotráfico, que hoy en día es tan poderoso precisamente por los estímulos que le brinda el clandestinaje derivado de la prohibición.

    Sólo la despenalización de las drogas puede acabar con la violencia y la corrupción asociada al narco, pero además es la única solución acorde con el respeto a la libertad personal para decidir qué sustancias se quieren o no consumir.

    Es una historia que ya se vivió en Estados Unidos en la época de la prohibición del alcohol,  principios del siglo XX, y que no terminó con el alcoholismo,  pero sí estimuló poderosamente el gangsterismo y la corrupción policiaca.      

    Sólo la derogación de la llamada "ley seca" resolvió esos problemas; habría sido tan infantil como genocida que -con la deplorable lógica de las "autodefensas"-  los ciudadanos se hubieran armado con pistolas y ametralladoras para combatir a los gángsters y contrabandistas de alcohol. De nada habría servido, sino solamente para estimular el crimen y la corrupción.

   Es triste pensar que nuestro país, que algún día estuvo a la vanguardia en muchos cambios sociales, hoy esté tan atrasado en algunos aspectos,  de tal suerte que mientras en Estados Unidos, pese a su puritanismo tan arraigado, ya se inició la despenalización de las drogas, acá vivimos todavía en la época de la prohibición rigurosa y del total clandestinaje.   

    Es preocupante que algunos sectores de la izquierda se hayan apresurado a defender a Mireles y sus huestes, pues me parece difícil que compartan su objetivo de proseguir la lucha armada contra el narco, que tan desastrosos resultados mostró en la época calderonista.

    Probablemente, algunos idealizan a Mireles porque lo ven como un personaje que se ha enfrentado al gobierno de Peña Nieto y porque éste, alegan, no ha sido respetuoso de sus derechos.

    Pero una cosa es su encarcelamiento, injusto o no, y otra la causa por la que dice luchar,  totalmente reprobable en la medida en que, en realidad, plantea la continuidad de la guerra contra el narco.

    Quienes apoyan a Mireles y a la vez pretenden defender causas justas y progresistas, debieran más bien apoyar  la necesaria despenalización de las drogas, y no proyectos que tiene tintes fascistas, en la medida en que promueven el uso de las armas y la imposición de prohibiciones en la esfera privada.

   
   

Tuesday, July 01, 2014

Panistas detenidos en Brasil


Panistas en Brasil:

                                        Violencia y abusos sexuales

                                                   Edgar González Ruiz                                                                          

 

        Acción Nacional es el partido que se ha opuesto sistemáticamente a las libertades sexuales, al aborto, a la diversidad y donde  se enarbolan consignas como la supuesta defensa de la familia y de “los valores”,  meros eufemismos de actitudes mojigatas y santurronas.

        Es el partido donde siempre ha predominado un conservadurismo cerril que hace años llevó a funcionarios de esa filiación a prohibir las minifaldas en Guadalajara y a desatar en varias entidades verdaderas cruzadas  contra espectáculos eróticos e incluso contra la educación sexual.

       Es el partido que hoy se opone radicalmente al matrimonio homosexual, aunque se trate, por definición, de relaciones que se llevan cabo entre adultos y por mutuo consentimiento.

       Pero actitudes tan represivas y pudibundas suelen ir de la mano con una gran hipocresía, con una doble moral que puede llevar a algunos de sus defensores a buscar los contactos eróticos incluso mediante la violencia y el abuso.

       De ello dieron magistral lección dos panistas, funcionarios de la delegación Benito Juárez, que en Brasil, a donde viajaron para presenciar la Copa Mundial de Futbol, fueron detenidos por recurrir a la violencia y al abuso sexual.

       El pasado 30 de junio, en las páginas Web y redes sociales circulaba la información de que cuatro mexicanos habían sido detenidos por autoridades brasileñas, sin derecho a fianza, luego de que tocaran las partes íntimas de una mujer brasileña, golpearan a su esposo y a uno de sus hermanos. (http://www.imagenzac.com.mx/nota/detienen-a-mexicanos-en-brasil-entre-el-21-44-qs)

       Entre los detenidos se cuentan dos exdiputados panistas de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF), Sergio Israel Eguren Cornejo y Rafael Miguel Medina Pederzini, quienes con su comportamiento difunden además una pésima imagen de la sociedad mexicana.

      De acuerdo con el sitio Lance.net, de Brasil, los mexicanos se encontraban a bordo de un taxi, cuando pasaron junto a la víctima tocando sus partes íntimas, ante lo cual su esposo reclamó a los hoy detenidos, que bajaron del taxi y lo golpearon.

       Tanto Sergio Eguren, como Rafael Medina siguen perteneciendo al PAN; el primero funge como director General de Desarrollo Delegacional de Benito Juárez, mientras que el segundo es director General de Gabinete y Proyectos Especiales de la misma demarcación, la única que, sigue en manos de la derecha.

      Ambos panistas han sido diputados en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal.

       Como tal, Eguren Cornejo se destacó por su intransigencia en la lucha contra los derechos de las parejas homosexuales.

        En noviembre de 2009, proclamaba la defensa de “la familia como institución básica de la sociedad”  y alegaba que si se legalizaba el matrimonio entre personas del mismo sexo, el DF se convertiría en “la jaula de las locas”. (La Jornada, 11 de noviembre de 2009)

        Se oponía también a que las parejas gay puedan adoptar a menores y cuestionaba: “      ¿Qué garantía de vida normal podemos dar a una persona cuando dos personas del mismo sexo lo quieren adoptar, si hoy en día tenemos problemas de familias disfuncionales aun siendo heterosexuales?

        Actitudes tan moralistas contrastan con las que el propio panista, transgrediendo elementales normas éticas y legales, exhibió en Brasil.

        Cabe preguntarse: ¿en qué tipo de familia disfuncional creció él para llegar a comportarse así, de manera tan prepotente y violenta, sin respetar mínimamente a las mujeres ni a sus parejas?

        Por los trillados y corruptos caminos de la política, personajes como él llegan a tener en sus manos la posibilidad de limitar los derechos legítimos de los demás en aras de criterios moralistas, de los que hacen escarnio con su propio comportamiento.

        Por su parte, Medina Pederzini también se ha ganado fama como moralista intransigente y radical.

        Hace tres años, promovió en la ALDF una iniciativa para castigar la infidelidad conyugal con la imposibilidad de heredar.

        Tal planteamiento motivó críticas y reflexiones como las vertidas por un articulista en esa época:  “ Solamente en una mentalidad inflexible, totalitaria y esquematizada, puede haber ocurrencias de esta naturaleza. …Por eso preocupa aún más que Medina Pederzini haya sido un formador de cuadros jóvenes en el panismo del Distrito Federal. Proponer barbaries como la de no heredar a los infieles es el principio para luego quemar en las plazas públicas a los presuntos culpables”  (http://www.porlalibre.mx/6125.html)

        Paradójicamente, el comportamiento exhibido por Pederzini en Brasil, de abusar de una mujer, lo convertiría en transgresor de las normas de fidelidad que él dice defender en forma tan absoluta.

      En círculos panistas se considera a Pederzini cercano a Mariana Gómez del Campo, exnovia, a su vez, del delegado de Benito Juárez, Jorge Romero.

       Comoquiera que sea, Pederzini tiene una muy controvertida trayectoria política.

      A la llegada de Jorge Romero como titular de la Delegación Benito Juárez, se comentaba:   “Rafael Miguel Medina Pederzini, a cargo de la Dirección General de Coordinación de Gabinete y Proyectos Especiales de BJ, tiene cola que le pisen. En la campaña electoral de 2012 fue señalado y acusado formalmente ante la Fepade por la presunta compra de votos y según la información recabada por políticos de oposición, el entonces precandidato a la jefatura delegacional de Álvaro Obregón, “condiciono la ayuda del programa Oportunidades” para que se votara por él. Este funcionario nos cuesta mensualmente más de 74 mil pesos” (http://dondeestaeldelegado.wordpress.com/2014/03/13/el-cartel-de-jorge-romero-herrera-en-la-delegacion-benito-juarez/)

       Lo que una persona es se refleja a lo largo de su vida, en sus obras y en sus acciones, por lo que no es extraño que la inmoralidad y los abusos de este panista aparezcan tanto en el contexto sexual como en el político, entre otros.

       El lunes 30 de junio por la noche,  Jorge Romero anunciaba que de comprobarse cualquier conducta indebida, “cualquier funcionario será cesado inmediatamente de su cargo” en Benito Juárez y pedía esperar a que se conociera la versión del consulado mexicano.

       La mañosa retórica de Romero parece encaminarse a ganar tiempo para encontrar la manera de librar del castigo a sus colaboradores del merecido castigo a los delitos que cometieron en Brasil.

      Para ello, quizás los tramposos y santurrones panistas busquen el apoyo del gobierno de Peña Nieto, o de políticos de otros partidos, o de la alta jerarquía del clero, tan dispuesta en algunos casos a defender a los abusadores sexuales.

     Tal vez, en el estilo más sucio del panismo, el que encarnó Felipe Calderón, busquen intimidar a las víctimas (si están en posibilidades de hacerlo) o negociar con ellas para que proporcionen alguna versión distinta de los hechos.