Wednesday, May 30, 2018

Perfil de Meade: tecnócrata católico


 

   José Antonio Meade:  

        Raíces porfiristas, vínculos clericales, proyectos neoliberales

 

José Antonio Meade Kuribreña nació el 27 de febrero de 1969 en el Distrito Federal.

Tiene ascendencia irlandesa; su tatarabuelo, Joaquín Meade, nació en Dublín, Irlanda en 1805 y se trasladó a México en 1840.

Acumuló un vasto patrimonio, que incluyó más de 50 mil hectáreas y el casco o castillo de Nueva Apolonia Tamaulipas. Parte de las tierras se entregaron a campesinos entre 1936 y 1939, durante el mandato del Presidente Lázaro Cárdenas.[1]

 José Antonio Meade desciende, en suma,  de una “riquísima y multimillonaria familia que tuvo su mejor época –y su auge- en el Porfiriato”.[2]

 “De hecho el Castillo de Nueva Apolonia solía ser visitado frecuentemente por la esposa del sempiterno presidente mexicano Porfirio Díaz,  la tulteca Carmen Romero Rubio…” , quien “solía visitar el castillo de Nueva Apolonia para pasar lindos días de descanso”.[3]

Su abuelo paterno –de José Antonio Meade- fue Luis Maximiliano Jr. Meade Gómez quien fuera hijo de Luis Maximiliano Meade Lewis.

Tío abuelo del candidato Meade es Daniel Kuribreña Gordoa, “miembro fundador del Partido Acción Nacional que en 1939 integró el equipo de Manuel Gómez Morín, como uno de los dirigentes de las juventudes panistas”.[4]

Kuribreña también fue rector de Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), de donde egresó el actual precandidato y

El padre de José Antonio Meade es el contador público Dionisio Alfredo Meade y García de León, quien dirigió la Comisión Diocesana de Orden y Decoro, encargada de la remodelación de la Catedral Metropolitana.[5]

  El nombre del padre del candidato se castellanizó de Denisse a Dionisio, y  sus apellidos completos son: Meade García de León Avellaneda.[6]

  “Aunque sus orígenes fueron priístas, Don Dionisio Meade mantiene una estrecha relación con grupos conservadores y religiosos en los que participan diferentes militantes del Partido Acción Nacional….”[7]

  Se le ha llegado a mencionar como posible embajador de México ante El Vaticano.

 Dionisio Meade ocupó cargos públicos entre los años 70 y 90; en 1997 fue diputado federal por el PRI y en 2005 fue subsecretario de Gobernación, cuando el secretario era el ultracatólico Carlos Abascal,  durante el sexenio del panista Vicente Fox.[8]

  Dionisio Meade y García de León, fue el padre creador del Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB), el organismo mediante el cual se legalizó el saqueo del rescate bancario mediante el Fobaproa.[9]

   Meade y García de León era presidente de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados cuando, el 12 de diciembre de 1998, el PRI y el PAN de Felipe Calderón hicieron pagar a todos los mexicanos los créditos que debían y no saldaron personajes como Vicente Fox, Carlos Slim, Roberto Hernández y otros.[10]

  A finales del sexenio de Peña, Dionisio Meade y García de León es director general de Contraloría y Administración del Banco de México, como subordinado de Agustín Carstens quien fuera uno de los primeros jefes de su hijo José Antonio.

   El candidato presidencial también está emparentado con María Fernanda Meade del Valle, integrante del grupo musical Pandora, que fuera famoso hace algunas décadas.[11]

  El bisabuelo materno de José Antonio Meade fue Antonio Kuri Antonio Kuri,  quien “salió de Líbano a causa de la persecución contra los cristianos maronitas. Llegó a Argentina y de ahí salió con rumbo a Veracruz. En el puerto jarocho Kuri preguntó por la ciudad más próspera de México, le dijeron que era Zacatecas. Ahí se estableció y se casó con Juana Breña…”El abuelo de José Antonio, José Kuribreña, fue durante 30 años director jurídico de Bancomer, cuando el propietario era Manuel Espinosa Yglesias, antes de que el presidente José López Portillo estatizara la banca en 1982”. [12]

  La madre de José Antonio Meade    “… Doña María estrenó apellido, ya que los abuelos Antonio Kuri Kuri de origen libanés, y Juana Breña Gordoa, de origen español, decidieron hacer una composición de sus primeros apellidos. De modo que María Kuri-Breña Orvañanos fue una de las primeras ciudadanas mexicanas registrada con este nuevo apellido”.[13]

  José Antonio Meade está casado con Juana Cuevas y en febrero de 2018, con toda cursilería, la pareja se refirió a los detalles de su “historia de amor”, en la revista TV Novelas.

  El “romance” comenzó cuando los dos estudiaban en el ITAM: el 25 de junio de 1994, “unieron sus vidas en matrimonio”.[14]

  El publirreportaje abunda en los gustos personales de Meade: los tacos y los mariscos, el fútbol y el béisbol, pero es lacónico en lo tocante a sus lecturas: “le gusta leer novela policiaca”.

 Los hijos de la “amorosa” pareja son: Dionisio, José Ángel y Magdalena[15]

  Hermano de José Antonio Meade, Lorenzo Joaquín Meade Kuribreña es contador egresado del ITAM y fue secretario ejecutivo del FOBAROA.[16]

  Dejó el cargo cuando a José Antonio lo nombraron Secretario de Hacienda. Ambos prefirieron manejar esta renuncia sin cobertura mediática.[17]

 Tiene otros dos hermanos, y todos ellos han trabajado en la burocracia.

  “Después de cursar la secundaria y la preparatoria en el Colegio Olinca, Meade Kuribreña estudió la Licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y también la licenciatura en Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México. Una vez concluidas viajó a Estados Unidos, en donde se graduó como Doctor en Economía por la Universidad de Yale, título que obtuvo en 1997”. [18]

 

    Familia católica

 El catolicismo irlandés ha sido arraigado y conservador, y Meade es  fiel a esa tradición religiosa “va a misa todos los domingos con su familia a la iglesia de Tlacopac en San Ángel”[19].

  En la Iglesia de Tlacopac hay un monumento a los soldados irlandeses que participaron en una batalla el 9 de septiembre de 1847, durante la intervención estadounidense.

  “Los feligreses de la Iglesia de Tlacopac en el barrio de San Ángel, cuentan que es común verlo llegar acompañado de su mujer y sus tres hijos, además de sus padres. La educación religiosa que recibió en casa se reforzó los primeros años en una escuela de practicantes católicos. … tampoco esconde su fervor religioso y su inexorable disciplina para la liturgia. Cuando le preguntan como está, invariablemente contesta “Bien, gracias a Dios”.”[20]

  Ha declarado públicamente que es católico practicante y que pondría su mano sobre la Biblia para jurar que es “honesto”.[21]

   En el cuarto día de su precampaña en el Estado de México se refirió a una tradición católica y dijo "hoy es el tercer domingo de adviento, es el día de la vela rosa y la vela rosa es sinónimo de alegría, el rosa es la alegría de las mujeres, el rosa es el entusiasmo de Nicolás Romero". Aparte Meade pidió a las mujeres priistas "encomendarse" y pedir por los más necesitados.[22]

  Con motivo de la semana santa de 2018,  Meade dio muestras de su catolicismo, al suspender sus actividades el viernes santo, para lo que alegó: “En respeto a las tradiciones y la fe que comparto con la gran mayoría de los mexicanos, comenzaré mis actividades públicas el próximo domingo”[23],

   Días antes, en una en entrevista con Ciro Gómez Leyva “se comparó con Jesucristo (por estar “en medio de dos ladrones”, quienes serían Dimas-AMLO y Gestas-Anaya) y con José de Arimatea, otro personaje bíblico”.[24]  

  El arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa reveló que el 17 de diciembre  de 2017, José Antonio Meade lo visitó y hablaron sobre la inseguridad, el robo de combustible, los feminicidios y la falta de empleo.[25]

   El arzobispo se manifestó a favor Meade, porque lo considera “un hombre sencillo y sin pose de político”.[26]

  El 8 de abril del 2018, Meade se reunió en privado con el obispo de Ecatepec, Óscar Roberto Domínguez Couttolenc[27], luego de encabezar el acto de campaña en la plaza central de la cabecera San Cristóbal.

  El vocero de Meade afirmó que es “fundamental” para los candidatos sostener encuentros con sacerdotes de los estados o municipios que visiten a lo largo de su campaña, pues “los obispos son los que mejor conocen el sentir de la gente".[28]

   Luego de que los candidatos presidenciales se presentaron ante los 153 integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), los obispos se pronunciaron a favor de Anaya, en primer lugar, o de Meade, pero no de López Obrador.[29]

  Antes del debate presidencial de mayo de 2018,  el candidato a la Presidencia por la coalición Todos por México, José Antonio Meade, asistió a misa acompañado de su esposa, Juana Cuevas, en la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe del Río, en Tijuana, Baja California.[30]

  Tras la homilía, el candidato del PRI saludó a feligreses que le desearon éxito en el debate que tendría lugar en la Universidad Autónoma de Baja California.[31]

  Meade representa el candidato aceptable a la vez para la élite neoliberal y para el conservadurismo católico, una amalgama entre PRI y PAN, con énfasis en los proyectos tecnocráticos y un compromiso religioso, expresado menos radicalmente que en el partido católico, el PAN.

  Como se ha señalado: “En la familia Meade existen dos baluartes: la religión y el liberalismo económico. Catolicismo y neoliberalismo van de la mano en esta familia de economistas, que han vivido a la sombra de los gobiernos priístas y panistas, además de ser los mayores promotores de la aplicación a raja tabla de las recetas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional”[32]

 

    Con el PRI y con el PAN

    Meade fue el único funcionario del gabinete de Calderón que colaboró también en el de Peña Nieto y el primer candidato externo del PRI  desde que se fundó ese partido en 1929.

     Lo anterior, gracias a que en agosto de 2017 en agosto de este año se modificaron los estatuos de ese partido para autorizar las candidaturas de ciudadanos simpatizantes en todos los niveles, incluida la Presidencia de la República.[33]

    Para postularse como candidato del PRI, el 27 de noviembre de 2017, Meade su renuncia como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el Gabinete de Enrique Peña Nieto, cargo que ocupó desde el 7 de septiembre de 2016 en sustitución de Luis Videgaray Caso..

   Cuando estudiaban en el ITAM, Meade y Videgaray compitieron para presidir el consejo de alumnos en una planilla en la que también participaba Alejandro Poire[34], quien fuera subsecretario de Gobernación de 2011 a 12,

    Antes, también en este sexenio,  Meade Kuribreña ocupó –a partir del 1 de diciembre de 2012– el cargo de titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, y en ese puesto se mantuvo hasta el 27 de agosto de 2015,  fecha en que fue nombrado Secretario de Desarrollo Social.

    Meade trabajó en el gabinete de Calderón: el 7 de enero de 2011 fue designado titular de la Secretaría de Energía, en sustitución de Georgina Kessel Martínez, y meses más tarde, el 9 de septiembre de 2011, fue nombrado Secretario de Hacienda y Crédito Público, en sustitución de Ernesto Cordero Arroyo, su amigo cercano.[35]

   Ha sido burócrata toda su vida. La carrera laboral de Meade empezó en 1991 en la Comisión Nacional de Seguros y Finanzas (CNSF). En 1997 fue nombrado Director General de la Comisión del Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR) y dejó el cargo para convertirse después en Secretario Adjunto del Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) Del 2000 al 2002 fue Director General de Banca y Ahorro de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.[36]

   En 2006 fue designado Coordinador de Asesores de Agustín Carstens, entonces Secretario de Hacienda, y luego fue Subsecretario de Ingresos en sustitución de Jesús Sánchez Ugarte.[37]

  Como burócrata siguió fielmente las normas del servilismo hacia sus superiores, por lo que se comentó:

    “Es de los secretarios de Estado que más asiduamente hace mención de su superior cuando aparece en medios o dando algún discurso. En uno de esos actos multitudinarios de gobierno promovido por la Sedesol, Peña Nieto se presentó ante más de mil “beneficiarios” acompañado de Meade Kuribreña. El secretario dedicó su discurso a elogiar a Peña Nieto. Fue complaciente y hasta adulante, repitió más de diez veces “se lo debemos al Señor Presidente”. Aprovechaba a conciencia el hecho de estar rodeado de un público agradecido que nada cuestiona”.[38]

   Por el contrario, tiene fama de ser intolerante con las críticas provenientes de la prensa.

  “Todo indica que los periodistas que han hecho críticas a su desempeño le provocan resentimiento. Es de los que le hacen sentir su molestia a sus críticos. Algunos de ellos lo interpretan como arrogancia, otros como un falso victimismo. El hecho es que recurre a frases en las que resalta que no se merece ser criticado. Eduardo del Río ha sido su jefe de prensa a lo largo del peregrinaje por distintos ministerios y a pesar de que los reflectores de la crítica no se ceban sobre la figura de Meade Kuribreña, se esmera en poner suficiente distancia con los periodistas que se atreven a cuestionar las decisiones de su superior”.[39]

     Mal candidato

   La campaña presidencial de Meade fue bastante mala, pues abundó, por un lado, en  elogios y  autoelogios gratuitos a su persona, en ataques fuertes y hasta vulgares a otros candidatos y en recursos baratos que tienen una larga tradición, desde el uso de canciones de propaganda hasta la conocida fraseología de los políticos.

  En uno de sus anuncios de televisión, Meade pregonaba ante un par de jóvenes sus pretendidas virtudes, como la “honestidad”.

 Muchos comentaristas de los medios masivos de comunicación se han prestado a quemarle incienso, a repetir que brilla por su inteligencia y su honestidad, etc.

  Hacia finales de su campaña, en anuncios de radio y de tv, él mismo se promovía como “presidente” y no como “candidato” , en realidad, nunca podría ser un buen candidato por su falta de carisma, de cercanía con el pueblo de México, por sus ideas conservadoras, por las deformaciones, del lenguaje y de persona, nacidas de toda una vida en la burocracia.

  En mayo de 2018, se presentó Meade en el programa de televisión Tercer Grado, donde se le preguntó por qué no tenía un libro donde planteara su visión del país y sus principales propuestas como los tuvo Enrique Peña Nieto, previo a las elecciones del 2012 y como lo tiene López Obrador previo a las elecciones del 2018.

   “El candidato a la coalición "Todos por México" dijo que la siguiente semana sacará su libro, aunque no sabe el título, lo único que no escribió, dijo.

"No me acuerdo cómo se va a llamar", a lo que Carlos Loret de Mola añadió: "Pero ¿si lo escribió usted?", en tanto Meade contestó: "Sí, sí, sí. Lo único que no escribí yo es el título".”[40]

   El candidato cosechó numerosas críticas en las redes sociales por el imperdonable olvido, pero cosecharía muchas más si la gente se diera a la tarea de leerlo.

  

 



[1] http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[2] http://www.noticiasdetampico.mx/columnas/meade-el-presidenciable-y-la-muerte-de-un-divo
[3] Id.
[4] http://www.red-crucero.com/news/2017/11/el-abuelo-de-meade-fundador-del-pan/
[5] http://www.cunadegrillos.com/2017/11/27/cosas-familiares-debes-saber-jose-antonio-meade/
[6] http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[7] Id.
[8] https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/01/28/meade-habla-de-su-familia-en-nuevos-spots
[9] https://metapolitica.mx/2017/11/27/meade-sin-novedad-en-el-frente-antonio-aguilera/
[10] Id.
[11] http://www.cunadegrillos.com/2017/11/27/cosas-familiares-debes-saber-jose-antonio-meade/
[12] http://www.excelsior.com.mx/nacional/jose-antonio-meade-kuribrena-politico-esgrimista/1233210
[13] http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[14] “Esposo amoroso y padre ejemplar” TV Novelas, 21 de febrero de 2018.
[15] http://www.caras.com.mx/el-album-familar-de-jose-antonio-meade/
[16] http://carreraaluniverso.itam.mx/muro/2014/semblanza_04.html
[17] http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[18] Id.
[19] http://www.nacion321.com/partidos/catolicos-cristianos-o-judios-estas-religiones-profesan-los-presidenciables
[20]   http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[21] https://meade18.com/entrevista-otorgada-por-jose-antonio-meade-kuribrena-a-canal-once-con-ricardo-aleman/
[22] http://www.nacion321.com/partidos/catolicos-cristianos-o-judios-estas-religiones-profesan-los-presidenciables
[23] https://www.sdpnoticias.com/nacional/2018/03/29/jose-antonio-el-catolico
[24] Id.
[25] http://www.nacion321.com/partidos/catolicos-cristianos-o-judios-estas-religiones-profesan-los-presidenciables
[26] Id.
[27] Nació el 13 de mayo de 1956 en Puebla. Estudió en el Seminario Menor de los Misioneros de Guadalupe y en la Universidad Intercontinental. El 11 de junio de 1983 fue ordenado sacerdote en  Puebla por Rosendo Huesca Pacheco. Participó en proyectos misionales en Kenia, Japón, Corea, Hong Kong, Angola, Mozambique, Perú, Brasil, Cuba, Guatemala y Estados Unidos. El 27 de marzo de 2007, Benedicto XVI lo nombró Obispo de Tlapa, y Benedicto XVI lo designó Obispo de Ecatepec  el 17 de julio de 2012. (https://www.diocesisecatepec.org.mx/nuestro-padre-obispo).
[28] http://www.red-accion.mx/2018/04/se-reunio-meade-con-obispo-de-ecatepec.html
[29] http://www.24-horas.mx/2018/04/24/clero-escoge-anaya-meade-lopez/
[30] http://www.milenio.com/elecciones-mexico-2018/previo-al-segundo-debate-meade-va-a-misa
[31] Id.
[32]https://metapolitica.mx/2017/11/27/meade-sin-novedad-en-el-frente-antonio-aguilera/
[33] http://www.capitalhidalgo.com.mx/nacional/meade-seria-el-primer-candidato-externo-del-pri-desde-1929/
[34] http://www.sinembargo.mx/01-12-2017/3357733
[35] Id.
[36] Id.
[37] Id.
[38] Id.
[39] Id.
[40] https://www.elsoldemexico.com.mx/doble-via/virales/no-me-acuerdo-meade-olvida-el-titulo-de-su-libro-y-los-memes-se-lo-comen-1670595.html

Tuesday, May 29, 2018

El Libro de Meade


 El libro de Meade: autoelogios y neoliberalismo a ultranza
                   Edgar González Ruiz

 

   En abril de 2018, la editorial Grijalbo publicó el libro de campaña de Meade, titulado El México que merecemos. Mi visión para transformar nuestro país con orden y rumbo.

   Lleva un prólogo de Luis Rubio,  quien desde hace décadas defiende las políticas neoliberales.

   Según Rubio  “Hoy se confrontan proyectos y propuestas tan contrastantes como las que los diversos candidatos han presentado: unos proponen revivir un pasado idílico, otros construir un futuro sólido apuntalado en lo que ya se ha construido y logrado…” (p. 11)

  En una entrevista publicada en diciembre de 1993, es decir, hacia el final del régimen de Salinas,  a unas cuantas semanas del surgimiento de la guerrilla zapatista en Chiapas y a pocos meses del asesinato de Colosio,  Rubio afirmaba que en las elecciones presidenciales del 94, contaría mucho la “popularidad” de Salinas de Gortari  y “en la medida en que las elecciones sean un referéndum sobre Salinas y este siga siendo popular, podemos prever que serán muy favorables al PRI”

  “…al mismo tiempo, tenemos un candidato mucho más débil en Cuauhtémoc Cárdenas, simplemente porque no está debatiendo en los términos que son centrales para la mayoría de los mexicanos hoy en día y que son los de la economía…”[1]

  En realidad, el lenguaje “de la economía”, es decir, del dinero, es el único que entienden promotores del neoliberalismo, como José Antonio Meade y sus apologistas.

  El libro de Meade promueve el afán de lucro y  la ambición como motivaciones de las personas y de las políticas públicas: que los jóvenes estudien para que consigan trabajos lucrativos y, así, puedan ser buenos consumidores, personas provechosas para el gobierno y para las empresas.

  Por eso, Meade propone para el sistema educativo mexicano “lograr que responda (sic) a las necesidades del mercado laboral en un mundo en constante cambio y cada vez más competitivo” (p. 132)

  Este es otro de sus perversos galimatías: “el nivel educativo (sic) también está fuertemente asociado con el desempeño (sic) de los mercados laborales, pues no sólo eleva la empleabilidad (sic) de los individuos, sino además incrementa las tasas de participación laboral y ocupación, lo que implica mayores horas de trabajo que se reflejan en mayores ingresos en la economía” (p. 127).

   La educación debe permitir a los alumnos, subraya Meade “adaptarse a los retos y necesidades de la economía global” (p. 133)

   En suma, para él la finalidad de la educación es, ante todo, económica y laboral, en lugar de buscar, en primer lugar, el mejoramiento intelectual, cultural y ético de las personas; no quiere una sociedad más culta, más libre y más justa, sino una con más acumulación de riquezas.

  Propone establecer guarderías para los adultos mayores, para que sus familias no abandonen sus negocios: “…habilitar… casas de día para los adultos mayores. De esta manera se facilitará la incorporación de las mujeres a un empleo de tiempo completo” (p. 192).

  Es decir, el objetivo no es cuidar de los ancianos, porque ya han trabajado toda su vida y porque encarnan la sabiduría y experiencia de la sociedad, su memoria histórica, sino hacerlos a un lado para que sus familiares puedan dedicarse a las actividades económicas.

  Meade no es partidario de los programas asistenciales, pues según él, busca que las personas “eliminen su dependencia de los programas sociales y reafirmen su autoconfianza” (p. 82) ; “que reafirmen su autoconfianza”, una frase tramposa para negar o regatear  la ayuda económica a quienes la necesitan.

   Según Meade, el cuidado de la salud obedece también a razones económicas: “La mala salud cuesta mucho tanto a las personas como al Estado. Por ello, debemos todos juntos impulsar nuestra salud” (p. 74)

   Que las familias tengan casas cómodas y con buenos servicios, para fomentar las inversiones inmobiliarias y el comercio:  “Las familias mexicanas requieren viviendas dignas en ciudades articuladas, funcionales y con servicios públicos para atraer y retener la inversión y el talento que generen riqueza” (p. 81)

  Desde luego, si la inversión y el dinero van antes que las personas, finalmente sus necesidades de vivienda cómoda se subordinarán a los intereses de los grandes negocios.

  Meade propone que las mujeres accedan cada vez más al mercado laboral, para beneficiar, finalmente, a los intereses económicos, y que incluso los discapacitados se pongan a trabajar, para el bien de las empresas, en lugar de que el gobierno los proteja.

   Leemos: “debemos entender como una obligación del estado mexicano que las personas con alguna discapacidad sean incluidas a plenitud en la actividad económica y social del México actual” (p.88)

   Dicho en otras palabras: el gobierno tiene la “obligación” de poner a trabajar al máximo a los discapacitados, para cobrarles impuestos y para beneficio de las empresas.

  En suma, según Meade, lo que vale no es la persona, es el dinero. La gente es simplemente “capital humano”.

  De acuerdo con la visión del candidato, el gobierno debe cumplir eficazmente su función policiaca, pues su razón de ser es, ante todo, velar por la propiedad.

  Leemos: “…la razón del Estado, su función principal, es la de proveer un orden básico que proteja la vida y la propiedad de las personas, México no puede perder más tiempo para construir un Estado fuerte, capaz de proteger a la gente del crimen y de los criminales” (p.36)

  Evidentemente, en esta idea fascistoide de un “Estado fuerte” que establezca un “orden básico”,  y que proteja a la sociedad de los “criminales” no se incluye a los criminales de cuello blanco,  como son algunos empresarios y funcionarios que cada día perjudican a la ciudadanía.   

  Las ideas de Meade sobre el llamado problema de la inseguridad apuntan hacia soluciones ingenuas y sangrientas, como la supuesta guerra contra las drogas, desatada por Calderón durante su sexenio. (Vid. pp. 33-57)

  Una idea en la que Meade insiste obsesivamente es convertir a México en una “potencia global” del siglo XXI, una superpotencia. Esta propuesta aparece en muchas páginas del libro, tan solo en una de ellas la encontramos expresada dos veces:

   “Aspiro a alcanzar un México que sea una de las 10 mayores economías del mundo…” (p. 20)

   “Quiero ser presidente para transformar a nuestro país, para llevarlo a ser una de las potencias globales del siglo XXI” (p. 20)

  Y hasta aparece expresada dos veces en un mismo párrafo:

   “Aspiro a transformar a México en una potencia global… podemos ser una de las 10 economías más grandes del planeta” (p. 102)

   Al mismo tema está dedicado específicamente un capítulo del libro “México como potencia global” (pp. 153-166)

   Ahora resulta que lo que necesitaba México era un Hitler, un Mussolini o un Trump de petate,  con sus pretensiones de grandeza y supremacía y de un estado “fuerte”, bien armado, que imponga un “orden” en la sociedad.

  Otra idea de Meade, también con tufo totalitario, es la de “hacer un gobierno a la medida de cada quien” (p. 69 ss).

  Aunque él la presenta en forma eufemística, como si un gobierno neoliberal pudiera interesarse en beneficiar a cada persona en particular, la experiencia que los mexicanos tenemos de ese tipo de gobiernos (como los de Fox, Calderón, Peña Nieto y Mancera) es a la inversa: un gobierno ocupado en despojar de sus recursos, servicios y prestaciones e imponer nuevas obligaciones cada día a cada ciudadano, a eso apunta el lema “un gobierno a la medida de cada quien”..   

  Partidarios de Meade opinan que es un genio de la Economía, que merecería el premio Nobel en esa disciplina[2] y que su libro no será leído y menos todavía apreciado, porque está fuera de las capacidades de comprensión de la mayoría.

   En realidad, el libro de Meade no es difícil, pero está muy mal escrito, con una pésima redacción, repetitiva, plagada de innecesarios tecnicismos y neologismos, y que abunda, en algunos capítulos, en gráficas y estadísticas no siempre necesarias.

    Mal hacen sus partidarios en prodigarle desmesurados elogios pues el propio Meade se alaba hasta el cansancio a lo largo de las 221 páginas de su libro.

     Para cantar sus propias alabanzas, Meade recurre a los lugares comunes de una retórica tan burocrática como él mismo, y por  si fuera poco, incluye en el libro varias fotografías donde posa jactancioso al lado de altos personajes del mundo, como si fueran aval de sus pretendidos méritos.

   Estas son algunas frases que encontramos en el libro de Meade, y que ilustran su egolatría y la pobreza de su retórica:

  “No soy un hombre de riqueza material, la cual ni me seduce ni me deslumbra. Siempre he preferido la riqueza de espíritu, pues para mí no hay mayor bien que poder ver a mi familia de frente y con el orgullo del deber cumplido” (p. 218)

  Meade es tan desinteresado, que, aun cuando todavía no llega a la presidencia, no quiere renunciar a la millonaria pensión que malamente se otorga a los expresidentes.

  Por eso, ha prometido que si llega a la presidencia seguirá beneficiando a los expresidentes, y en primer lugar a él mismo, medida a la que llama “respetar el estado de derecho”[3]

  Este personaje, que se retrata como un nuevo Mesías, o como el célebre Epicteto[4], quien vivió ajeno a toda ambición económica y para hacer que los hombres fueron mejores, pregona:

  “mi interés ha sido siempre servir a México desde la administración pública” (p. 13)

  “Jamás me preparé con el objetivo de ser un político, sino con la meta de profesionalizarme (sic) para entender los problemas y retos de nuestro país y así proponer mejores soluciones para todos los mexicanos” (p. 14)

 “…servir a la ciudadanía con honradez, lealtad y trabajo duro, como lo he demostrado a lo largo de una trayectoria de más de 20 años” (p. 15)

“ En mi trayectoria profesional me he conducido con la rectitud con la que he formado a mi familia…” (p. 16)

  Afirma que quiere convencer a quienes “hoy no creen en mí porque no me conocen o piensan que soy un candidato más…” (p. 24)

    Contrariamente a lo que dice, Meade ha demostrado en su trayectoria y en su campaña, que es un burócrata y un político como ha habido muchos en la historia: lleno de ambiciones materiales y sediento de poder, cuya campaña ha sido una más de las que hemos visto en la mayoría de los políticos cada seis años: llena de promesas, de canciones y ataques a sus contrincantes, de frases huecas, como esta que incluye en la última página de su libro: “Quiero ser presidente para cumplirle a México”.

   La frase es vieja como la política, y las exacerbadas tendencias neoliberales y tecnocráticas de Meade auguran un futuro aún más penoso para las y los mexicanos.

   



[1] Edgar González Ruiz. “La economía de los cambios” Entrevista a Luis Rubio. Suplemento Política de El Nacional, 20 de diciembre de 1993, p. 3.
[2] https://www.eloccidental.com.mx/analisis/meade-algun-dia-premio-nobel-de-economia-1720719.html
[3] https://www.animalpolitico.com/2018/04/meade-pensiones-populistas/
[4] Epicteto (50-135 DC) fue un filósofo estoico famoso por su desprecio de los bienes materiales, a los que consideraba dependientes de la fortuna, no de la voluntad humana.