Detrás del informe fecal

JUEGOS DE PODER
EL DELFIN CAMILO MOURIÑO Y RAMÍREZ ACUÑA SE ENFRENTAN
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 10-09-07)

E-mail: sanchezmena@yahoo.com

Ante la debilidad de Felipe Calderón el “delfín”, Camilo Mouriño, negoció y pactó los acuerdos de las reformas con Manlio Beltrones y Emilio Gamboa. Por su parte el secretario de gobernación, Francisco Ramírez Acuña, para ser tomado en cuenta, rompió el diálogo del delfín y desconoció los acuerdos negociados a sus espaldas.

La ruptura de los acuerdos por la disputa sucesoria de Mouriño y Ramírez Acuña, dejó en medio a Felipe Calderón, sin poder decidir ni optar, pues tiene compromisos indisolubles con los dos. Uno representa al proyecto neofranquista en marcha para reconquistar a México; y con el otro tiene una deuda enorme, ya que financió la campaña de Calderón.

El escándalo político, de la ruptura de los acuerdos políticos, pretende echar tierra sobre los resultados electorales de Felipe Calderón por lo cual no pudo tomar la máxima tribuna de México en el Congreso y, sin ceremonia oficial, como cualquier hijo de vecino, entregó un documento llamado Informe. Al otro día, se organizó un acto paralelo, donde Felipe Calderón rindió su informe mediático empresarial, con un fuerte dispositivo para contener a la plebe. En una escenografía de colores vaticanos, amarillo y rojo, los colores de la España franquista por la presencia de Mouriño y el escenográfo Solá.

Con el escándalo se pretende evitar que La Reforma Política corrija a fondo lo que el TRIFE reconoció, la intervención del presidente, los empresarios, la campaña negra, etc. Y, en especial, la Reforma Política tiene que impedir las aportaciones privadas; las que ocultan los apoyos de gobiernos y corporaciones extranjeras, así como los recursos provenientes del crimen organizado. De lo contrario el poder del dinero y los intereses se imponen y cobran la factura.

La creación de políticos de “pantalla” debe evitarse, suprimiendo la contratación de propaganda política de los partidos en los medios televisivos. La irrupción de los intereses financieros contra el interés público se debe prohibir de manera explicita, limitando precampañas, tiempos y recursos aplicables, con facultades expresas para monitorear todo gasto.

La ruptura de los acuerdos significa la parálisis política y económica del país. La confrontación en el equipo de Calderón, traslada al Congreso los costos. Inmediatamente, se desataron las hostilidades y se inició la guerra mediática. Se regresó a los mejores tiempos de Fox, no se aprobaron las reformas y solo avanzan el crimen organizado y la banda de los Pinos.

El centro de la disputa es mantener, a como de lugar, a Luis Carlos Ugalde al frente del IFE. Por eso la ruptura a los acuerdos de la Reforma Política, transformar al IFE y remover a los consejeros de manera escalonada. Tras las disputas palaciegas y la guerra mediática desatada por Televisa, el objetivo de la ultraderecha es obtener, fraudulentamente, la mayoría de las diputaciones federales en las elecciones intermedias.

El propósito de sostener a Ugalde como símbolo de la derecha en el IFE, es consolidar el poder del Yunque, entregar los recursos energéticos e integrar a México a los Estados Unidos y Canadá. Por eso quieren conservar al IFE intacto y a la presencia de la Rand, la agencia privada de inteligencia que asesora al Pentágono y a la cual reporta Luis Carlos Ugalde, desde donde se diseño la elección de Felipe Calderón. La Rand tiene como nuevo cliente a Fox, quien en su rancho ha montado un centro de inteligencia.

El IFE se encuentra agotado después de su fracaso en la elección presidencial. El mejor ejemplo del IFE es Felipe Calderón que a estas alturas, no ha logrado consolidarse, a varios meses de su toma de poder. De ahí que el Congreso se diera a la tarea de diseñar un nuevo órgano electoral capaz de sustentar los resultados de las elecciones intermedias. Aceptar la permanencia de Luis Carlos Ugalde y dejar a sus colaboradores hacer de las suyas, coloca a los legisladores en el inaceptable papel de reconocer un golpe de Estado legislativo de la ultraderecha.

Los acuerdos políticos de Los Pinos con las bancadas opositoras del Congreso se rompieron unilateralmente. Con una sola llamada de celular a la mesa de negociaciones sobre la Reforma Política, integrada por los senadores Jesús Murillo Karam, Cervantes Delgado y Arturo Núñez, se dio vuelta a todo lo dicho y repetido hasta la saciedad por Calderón Hinojosa.

Felipe Calderón ha pagado a Televisa y a TV Azteca enormes cantidades de dinero para presentarse como un demócrata, un negociador y estar empeñado en buscar el diálogo con el Congreso, con el fin de alcanzar acuerdos que permitan consolidar las Reformas del Estado, Electoral y Fiscal. Pero basta un pleito al interior de su equipo para echar por tierra todo lo avanzado.

Inmediatamente Televisa, mediante millonario pago, se presume, desató una guerra mediática de declaraciones de los intelectuales de la “República de Televisa”, en defensa de la remoción del presidente del IFE, Luis Carlos Ugalde. El presidente de la República de Televisa, esta en campaña y amenaza al Congreso para no ver disminuidos los ingresos que el IFE destina a los partidos políticos y de los que la televisora se apropia en un 70%

La amenaza de parálisis del Congreso ha sido conjurada mediante el ofrecimiento de las cabezas de Carlos Ugalde, Rodrigo Morales y Arturo Sánchez, ofrecidas en desagravio por Santiago Creel, a nombre de Calderón Hinojosa que abandona el país para irse de gira, en medio de la crisis de institucionalidad, desatada por sus colaboradores.

A la par que la confrontación entre “el delfín” y el grupo del secretario de Gobernación, permanecen en la penumbra situaciones no esclarecidas, como son las amenazas de un ataque contra la Torre Mayor de Reforma y el reiterado problema de la seguridad e integridad del Presidente, en plena disputa por el espacio del Zócalo para dar el grito del 15 de septiembre.

Ofrendar simbólicamente las cabezas de los consejeros del IFE, no pasa de ser un gesto, y está lejos de acabar con los recelos mutuos, manteniendo a todos en estado de alerta permanente.