Tuesday, September 05, 2006

Artículo: magistrados al servicio del poder

México:
Magistrados al servicio del poder
Edgar González Ruiz

El fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que declara válidas las controvertidas elecciones presidenciales del 2 de julio, dándole el triunfo al candidato derechista Felipe Calderón, viene a confirmar la sumisión de esos funcionarios, privilegiados por el sistema, a los dictados de quienes tienen el poder.
Horas antes de conocerse la resolución, ya se había filtrado en algunos medios de comunicación el contenido de la misma, donde contradictoriamente los magistrados declaran válidas las elecciones, pero reconocen en ellas diversas irregularidades, entre ellas la abierta intervención de Vicente Fox en apoyo a Calderón y la violación del Consejo Coordinador Empresarial de las reglas para el proselitismo electoral, todo ello como parte de una guerra sucia contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador, contienda que se ha prolongado en los tribunales por las quejas formuladas por sus partidarios. Los magistrados han justificado esa canallada contra la democracia mediante fórmulas legalistas que pretenden engañar al sentido común; sugieren ellos que los hechos no tienen importancia, lo cual simplemente enuncian apelando implícitamente a la subjetividad de esa noción. En los hechos, están diciendo que quienes tienen el poder no tienen la obligación de cumplir las leyes. Tan inocuo resultó para Fox el supuesto regaño del TEPJF, más suave que una bofetada dada con el pétalo de una rosa, que sigue insistiendo en sus campañas mediáticas y triunfalistas y hasta lanza indirectamente amagos de reprimir a la oposición.
El comportamiento de los supuestos defensores de las instituciones y de las leyes, y en realidad, de los privilegios y proyectos de la derecha que gobierna, era evidente desde un principio, al negarse a un recuento total de la votación para hacerlo solamente en un diez por ciento de las casillas, procedimiento que restó algunos miles de votos a Calderón, pero no en el número necesario para invertir el resultado final, pues incluso en el pequeño número de casillas revisadas, los magistrados se negaron a llevar a cabo cualquier tipo de modificación o anulación que pusiera en riesgo dicho resultado.
El tono en que el presidente del Tribunal, Leonel Castillo, dio a conocer su fallo, abunda en consideraciones que buscan una justificación de las injusticias en las formas legales así como sembrar falsas ilusiones, para dentro de seis años, cuando de nuevo haya elecciones presidenciales. Según el acaudalado funcionario: ya vendrán nuevas confrontaciones; "las propias reglas que la propia democracia ha dado permitirán que vengan nuevas confrontaciones" de tipo electoral. Mencionó que quienes ganan han perdido y posiblemente perderán en el futuro, cuando los juicios no estén bien fundamentados; y los que hoy pierden, que han ganado antes, ganaran después, y volverán a hacerlo si les asiste la razón, "y encontrarán la aplicación de la ley en este tribunal".
Es decir, ya vendrán nuevas guerras sucias patrocinadas por los empresarios, nuevas intromisiones presidenciales, nuevos fraudes electorales y mil triquiñuelas más, para perpetuar a la derecha en el poder. De justificarlos se encargarán los magistrados, pue para eso reciben cada mes decenas de miles de dólares. Como dice y amenaza Leonel Castillo: “Nosotros resolveremos los conflictos que vengan con los criterios que hemos y estamos aplicando", anotó.
El lamentable comportamiento de los jueces evoca ese pasaje de El judío errante, de Eugenio Sue, donde un personaje influyente en un pueblo roba los documentos de un pobre viajero y le mata su caballo, que es su único patrimonio. Atiende el caso un juez de aspecto severo y reputación supuestamente intachable. Examinados los hechos, reconoce la injusta situación, le brinda al viajero palabras de consuelo y minimiza la gravedad de su situación, pero da su resolución a favor del potentado, pues es muy influyente en ese lugar. Ante la indignación del viajero, le advierte que él, el magistrado corrupto, representa a la ley y a las instituciones del país. Eso es lo que ha ocurrido en México.

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