Tuesday, August 15, 2006

La masonería en el Plantón

La masonería en el Plantón
Edgar González Ruiz


Tradicionalmente, la masonería ha reivindicado el libre pensamiento y el progreso frente a las imposiciones clericales.
Prohibida y perseguida ferozmente por las autoridades coloniales, la masonería brindó un apoyo ideológico y político fundamental a la Independencia de México y posteriormente a las reformas liberales, de tal suerte que Benito Juárez fue uno de los más destacados masones de su tiempo.
La masonería impulsó los movimientos populares y progresistas a lo largo del siglo XX al menos hasta el período de Lázaro Cárdenas, quien encabezó en su tiempo el Rito Nacional Mexicano.
En contrapartida, entre los principales ideólogos de la oposición derechista a la masonería se contó Salvador Abascal Infante, padre del actual titular de la Segob. Salvador Abascal creía, e inculcó a sus hijos, en la existencia de un complot judeomasónico que explicaba la historia nacional y mundial.
Lo cierto es que la masonería fue una institución influyente en los gobiernos priístas, en una época en que seguía proscrita en países como España, durante la dictadura católica de Franco.
Algunos atribuyen al influjo masónico incluso algunas de las medidas avanzadas de gobiernos posteriores, como fue la nacionalización de la banca y sin duda contribuyó a mantener el laicismo, enfrentando los embates del fanatismo representado por los cristeros y sus sucesores.
Sin embargo, la masonería ha enfrentado los retos que plantean el tiempo y el poder. Por un lado, algunas tradiciones masónicas, como su carácter masculino, que se mantiene en algunas de sus vertientes, han sido cuestionados con el avance de las corrientes feministas.
Por otro lado, en México algunos masones se acostumbraron a los privilegios del poder que les brindaba su cercanía con el PRI y poco a poco fueron claudicando de los ideales en aras de sus propios intereses.
El sexenio de Salinas de Gortari, quien gobernó en estrecha alianza con la derecha católica, por naturaleza enemiga del pensamiento masónico, representó un periodo de crisis y definición dentro de las filas de la masonería.
Otro desafío para la vigencia de las organizaciones masónicas ha sido la tendencia de los panistas pragmáticos de establecer alianzas y componendas con personajes contrarios a su ideología, quienes reciben los beneficios del “éxito” a cambio de su tácita complicidad con los destructores de la nación.
Sin embargo, los masones que se mantienen fieles a los principios liberales y progresistas forman parte de los contingentes que apoyan la lucha por la democracia y contra el proyecto derechista y neoliberal.
Muchos masones, consecuentes con el legado histórico de esta importante institución, participan activamente en las acciones cotidianas de la resistencia civil.
En Avenida Juárez, a unos pasos de Reforma, se dan cita varios días a la semana miembros de la masonería que, como en otros tiempos, luchan por los ideales de Libertad, Igualdad, Fraternidad, a pesar de los obstáculos supuestamente formidables que representan el poder y el dinero.
Pese a todo, sigue vigente el axioma juarista de que El Triunfo de la Reacción es moralmente imposible.

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