Por la democracia y contra la derecha
Por la democracia y contra la derecha
Edgar González Ruiz
El plantón que desde el domingo 30 de julio se ha instalado en el centro de la ciudad de México forma parte de un movimiento popular en defensa de la democracia, contra la derecha gobernante, y en respaldo al proyecto de nación de López Obrador, centrado en el apoyo a los sectores más necesitados, el nacionalismo, la defensa del estado laico y de los valores republicanos.
“Libertad, Igualdad y Fraternidad”, consigna de la revolución francesa, es significativamente el precepto que encabeza el reglamento interno para el plantón permanente, dado a conocer la noche de ayer, 2 de agosto, en los campamentos de protesta instalados lo mismo en el Paseo de la Reforma que en el Zócalo capitalino, donde horas antes AMLO pronunció un discurso aclamado por miles de asistentes, donde reafirmó la voluntad de lucha de las fuerzas políticas y sociales que encabeza, ante las manipulaciones de los medios y los intentos de la derecha de negociar apoyos con personajes de la clase política.
En contraste con los medios oficialistas, que se rasgan las vestiduras por las molestias que a los capitalinos, sobre todo a los automovilistas y empresarios, puede ocasionar el plantón, el ambiente que predomina en los campamentos es festivo, de tal suerte que con entusiasmo y creatividad se han organizado actividades culturales y recreativas en la amplia zona ocupada por los campamentos: exposiciones con testimonios sobre el fraude, con fotografías, pancartas, caricaturas y obras artísticas, cursos deportivos, conciertos y recitales, ferias populares, etc.
A diferencia de la elección fraudulenta del 2 de julio, que fue calificada por las autoridades electorales, cómplices del fraude, como una “fiesta de la democracia”, el plantón permanente sí se ha convertido en una fiesta política del pueblo de México, donde participan lo mismo amas de casa, empleados, estudiantes y profesionistas. Entre los participantes se cuentan lo mismo campesinos que han venido de pueblos lejanos siguiendo la convocatoria de la resistencia permanente, que académicos mexicanos que radican en Europa y publican libros, pero que ahora están en el Zócalo, viviendo en el campamento del estado donde nacieron, para apoyar esta lucha. A fin de cuentas unos y otros, iletrados y educados, están compartiendo una lucha por la democracia y contra la derecha, a diferencia de muchos comunicadores y de algunos intelectuales que han encontrado conveniente apoyar al PAN y a su aliado el Instituto Federal Electoral, rebautizado por la vox populi como Instituto del Fraude Electoral.
El plantón y la resistencia civil han enfrentado las embestidas de los medios electrónicos y de una legión de comentaristas de radio y de prensa cuyo tema cotidiano es la crítica al movimiento lidereado por AMLO, a la vez que omiten todo cuestionamiento al gobierno de Fox, a la derecha y a su candidato, pese a que hoy es más que nunca oportuna la reflexión crítica acerca de lo que han sido los seis años de gobierno de la derecha que en forma ilegítima pretende continuar en el poder.
La resistencia civil enfrenta también las amenazas y maniobras represivas de personajes como Carlos Abascal, secretario de Gobernación, vástago de una de las familias más conservadoras de México y proclive al uso del espionaje y de la represión para destruir a la izquierda, así como agresiones aisladas, provenientes de simpatizantes del PAN, que han protagonizado conatos de agresiones contra los participantes en la resistencia civil.
Hay también quienes apoyan la lucha de AMLO pero están en desacuerdo con la estrategia del plantón permanente, porque consideran que puede ser contraproducente por las molestias que ocasione a los habitantes de la ciudad. Sin embargo, es la intransigencia de la derecha, insensible a los reclamos populares manifestados en protestas multitudinarias desdeñadas por los medios de comunicación, la que ha hecho necesario recurrir a estrategias más radicales. Creo que en la coyuntura actual y dada esa actitud arrogante del poder, la defensa de los principios dicta apoyar el movimiento con la participación directa en los campamentos o apoyándolos en la medida de las posibilidades personales, más que dedicarse a criticar esta estrategia.
Uno de los beneficios que evidentemente trata de obtener la derecha desacreditando el plantón es desviar la atención de la opinión pública en torno al origen mismo de esa protesta, que es el fraude electoral cometido por el PAN y sus cómplices para perpetuarse en el poder, así como su negativa a un recuento voto por voto para limpiar la elección.
Con todo tipo de falacias, muchas de ellas bastante burdas, el IFE y el PAN han tratado de desacreditar el reclamo del voto por voto. Alegan, por ejemplo, que la duda “ofende” a los ciudadanos que participaron en la elección, pero por encima de esas susceptibilidades exageradas, que ahora enarbolan en nombre de otros y que no mostró la derecha al llevar a cabo sus campañas basadas en una guerra sucia, está el hecho, de que, dadas las evidencias conocidas sobre el fraude electoral, el debate sobre el resultado de las elecciones sólo se zanjará con un recuento exhaustivo de los votos. Como ya Platón hizo notar en alguno de sus diálogos, si estamos en desacuerdo sobre cifras, pesos y medidas, habremos de resolverlo simplemente pesando, midiendo o contando, en este caso los votos emitidos. Los argumentos filosóficos o políticos vienen a colación cuando entramos a discutir asuntos como la fe, la justicia, el bien o el mal. En este caso, simplemente hay que volver a contar.
Edgar González Ruiz
El plantón que desde el domingo 30 de julio se ha instalado en el centro de la ciudad de México forma parte de un movimiento popular en defensa de la democracia, contra la derecha gobernante, y en respaldo al proyecto de nación de López Obrador, centrado en el apoyo a los sectores más necesitados, el nacionalismo, la defensa del estado laico y de los valores republicanos.
“Libertad, Igualdad y Fraternidad”, consigna de la revolución francesa, es significativamente el precepto que encabeza el reglamento interno para el plantón permanente, dado a conocer la noche de ayer, 2 de agosto, en los campamentos de protesta instalados lo mismo en el Paseo de la Reforma que en el Zócalo capitalino, donde horas antes AMLO pronunció un discurso aclamado por miles de asistentes, donde reafirmó la voluntad de lucha de las fuerzas políticas y sociales que encabeza, ante las manipulaciones de los medios y los intentos de la derecha de negociar apoyos con personajes de la clase política.
En contraste con los medios oficialistas, que se rasgan las vestiduras por las molestias que a los capitalinos, sobre todo a los automovilistas y empresarios, puede ocasionar el plantón, el ambiente que predomina en los campamentos es festivo, de tal suerte que con entusiasmo y creatividad se han organizado actividades culturales y recreativas en la amplia zona ocupada por los campamentos: exposiciones con testimonios sobre el fraude, con fotografías, pancartas, caricaturas y obras artísticas, cursos deportivos, conciertos y recitales, ferias populares, etc.
A diferencia de la elección fraudulenta del 2 de julio, que fue calificada por las autoridades electorales, cómplices del fraude, como una “fiesta de la democracia”, el plantón permanente sí se ha convertido en una fiesta política del pueblo de México, donde participan lo mismo amas de casa, empleados, estudiantes y profesionistas. Entre los participantes se cuentan lo mismo campesinos que han venido de pueblos lejanos siguiendo la convocatoria de la resistencia permanente, que académicos mexicanos que radican en Europa y publican libros, pero que ahora están en el Zócalo, viviendo en el campamento del estado donde nacieron, para apoyar esta lucha. A fin de cuentas unos y otros, iletrados y educados, están compartiendo una lucha por la democracia y contra la derecha, a diferencia de muchos comunicadores y de algunos intelectuales que han encontrado conveniente apoyar al PAN y a su aliado el Instituto Federal Electoral, rebautizado por la vox populi como Instituto del Fraude Electoral.
El plantón y la resistencia civil han enfrentado las embestidas de los medios electrónicos y de una legión de comentaristas de radio y de prensa cuyo tema cotidiano es la crítica al movimiento lidereado por AMLO, a la vez que omiten todo cuestionamiento al gobierno de Fox, a la derecha y a su candidato, pese a que hoy es más que nunca oportuna la reflexión crítica acerca de lo que han sido los seis años de gobierno de la derecha que en forma ilegítima pretende continuar en el poder.
La resistencia civil enfrenta también las amenazas y maniobras represivas de personajes como Carlos Abascal, secretario de Gobernación, vástago de una de las familias más conservadoras de México y proclive al uso del espionaje y de la represión para destruir a la izquierda, así como agresiones aisladas, provenientes de simpatizantes del PAN, que han protagonizado conatos de agresiones contra los participantes en la resistencia civil.
Hay también quienes apoyan la lucha de AMLO pero están en desacuerdo con la estrategia del plantón permanente, porque consideran que puede ser contraproducente por las molestias que ocasione a los habitantes de la ciudad. Sin embargo, es la intransigencia de la derecha, insensible a los reclamos populares manifestados en protestas multitudinarias desdeñadas por los medios de comunicación, la que ha hecho necesario recurrir a estrategias más radicales. Creo que en la coyuntura actual y dada esa actitud arrogante del poder, la defensa de los principios dicta apoyar el movimiento con la participación directa en los campamentos o apoyándolos en la medida de las posibilidades personales, más que dedicarse a criticar esta estrategia.
Uno de los beneficios que evidentemente trata de obtener la derecha desacreditando el plantón es desviar la atención de la opinión pública en torno al origen mismo de esa protesta, que es el fraude electoral cometido por el PAN y sus cómplices para perpetuarse en el poder, así como su negativa a un recuento voto por voto para limpiar la elección.
Con todo tipo de falacias, muchas de ellas bastante burdas, el IFE y el PAN han tratado de desacreditar el reclamo del voto por voto. Alegan, por ejemplo, que la duda “ofende” a los ciudadanos que participaron en la elección, pero por encima de esas susceptibilidades exageradas, que ahora enarbolan en nombre de otros y que no mostró la derecha al llevar a cabo sus campañas basadas en una guerra sucia, está el hecho, de que, dadas las evidencias conocidas sobre el fraude electoral, el debate sobre el resultado de las elecciones sólo se zanjará con un recuento exhaustivo de los votos. Como ya Platón hizo notar en alguno de sus diálogos, si estamos en desacuerdo sobre cifras, pesos y medidas, habremos de resolverlo simplemente pesando, midiendo o contando, en este caso los votos emitidos. Los argumentos filosóficos o políticos vienen a colación cuando entramos a discutir asuntos como la fe, la justicia, el bien o el mal. En este caso, simplemente hay que volver a contar.
3 Comments:
Ambiente Festivo?, es una burla?
Como pueden tener un ambiente festivo si dicen que lo que hubo fue un fraude, como es posible que se dejen llevar por los dirigentes del PRD, que están cometiendo un "suicidio politico" al bloquear reforma.
Vamos, hasta los "intelecuales" de izquierda que apoyan a Lopez han reprobado esta acción.
Donde está el famoso Bando13 con el cual AMLO se quizo parar el cuello, por que sus amigos del gobierno del DF no le hacen nada?
Y luego, que más sigue... en caso de que el tribunal no le diera la presidencia, podríamos ver acciones como:
Llamar al no reconocimiento del gobierno
LLamar a la gente a no pagar impuestos
No pagar creditos a bancos o instituciones
En fin, las cosas que a AMLO le gustan
Y luego, 250 por noche?, con razón se me hacían muchos....
Yo apoyo este blog, cuenten conmigo. Bien por AMLO
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