El traidor a la democracia en Los Angeles

Autoritarismo y corrupción:
Fox y Espino en EU
Edgar González Ruiz
La indignación popular alcanzó a Fox en Los Angeles al mediodía del pasado 30 de septiembre, durante el Primer Encuentro Nacional del PAN en Estados Unidos, donde lo mismo migrantes que militantes de la izquierda y grupos de derechos humanos reprocharon al exmandatario, los engaños, la represión y latrocinios que marcaron su sexenio.
Manuel Espino fue cuestionado por los abusos e imposiciones dentro de los contingentes panistas que se están formando al norte del Río Bravo.
En todos los casos, los inconformes fueron reprimidos por guardias privados al servicio de la dirigencia panista y del abusivo expresidente, quien sigue así agrediendo a los mexicanos que no están de acuerdo con su gobierno.
Algunos mexicanos tuvieron ese día el valor y la oportunidad de reclamarle a Fox por sus promesas incumplidas, sus abusos y corruptelas, expresando así señalamientos que comparten millones de compatriotas.

Imposición y denuncia
Invitado por Espino, Fox participó en el evento donde se tomó protesta a la nueva dirigencia del PAN en varias entidades de la Unión Americana a donde ese partido pretende extender sus actividades.
El acto, al que también asistió el gobernador de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, quien es yunquista, al igual que Espino, se llevó a cabo en la Plaza México de Lynwood, California, zona conurbada de Los Angeles, donde Espino tomó protesta al representante general de su partido en Estados Unidos, Mike González, lo mismo que a los representantes del PAN en Illinois, Salvador Pedroza; Texas, Arturo Urías; Arizona, Reyna Polanco; California, Salvador García, ex presidente de la Federación Jalisciense y del Consejo de Federaciones Mexicanas en Norteamérica (COFEM), y Nueva York, Jorge Hernández, así como a los consejos estatales de cada uno de ellos y otros consejos de distintos condados estadunidenses. .
Pero Ramón Mejía López, nada menos que el exlíder del PAN en California, designado en 2005, interrumpió el programa para denunciar atropellos y violaciones a los estatutos del partido derechista, lo qu ele valió ser agredido por los guardias y expulsado del lugar, mientras que Fox aludió públicamente a él como uno de los que “se filtran y se introducen sin el debido registro y, además, esa no es la manera de pedir la palabra".
Mejía López, que pretendía externar algunas críticas al proceso de selección de dirigentes en el PAN de California, que según él no tuvo nada de transparente y sí mucho de impositivo, incluso mediante el famoso “dedazo”, fue derribado al piso y esposado por los guardias privados, lo cual provocó la indignación de algunos de sus compañeros de partido.

Imperialismo panista
La presencia de Fox y Espino en Los Angeles, motivó el rechazo de sectores muy diferentes, incluso opuestos ideológicamente entre sí, desde la izquierda mexicana hasta los grupos contrarios a la inmigración ilegal en EU.
Todos ellos coincidieron en señalar las secuelas de la pésima gestión foxista y rechazar las actitudes injerencistas de la cúpula panista en otros países.
“La política mexicana debe estar en México. Ellos no están cuidando de su gente. Por eso llegamos a protestar contra Fox y el PAN, que no han hecho nada para prevenir la inmigración ilegal”, dijo Chalene Nightingale, vocera del grupo Save Our State (SOS), que se opone a la inmigración mexicana a EU.
Por su parte, algunos dirigentes de los braceros hicieron notar que el sexenio de Fox ocupó el primer lugar en flujo de indocumentados hacia EU, a razón de medio millón anual.
El exmandatario derechista, que ha hecho gala de un costoso e injustificable estilo de vida, arremetió de nuevo durante su participación en el evento panista contra presidentes de países latinoamericanos, como Hugo Chávez y Evo Morales.
Dijo el mentiroso expresidente: "Hay que acabar con quienes engañan, con quienes mienten, con quienes son demagógicos, populistas, porque lo único que hacen es más pobres y más pobre al pobre; esos son los Hugo Chávez, los Evo Morales, esos son los López Obrador".
Amenazó con proseguir alimentando su protagonismo en compañía de su cuestionada consorte: “Marta y yo no nos vamos a retirar. Vamos a luchar hasta el último de nuestros alientos. Porque quien se retira y se detiene empieza a morir. …Yo ya no me voy a detener a discutir el pasado. Hubo errores, pero también aciertos. Y hoy sólo miro para adelante. Hoy sólo miro y me concentro en mi misión de defender los valores de la libertad y la democracia contra los populistas… en México o América Latina”.
En suma, Fox aspira a la inmortalidad, no quiere “discutir” las acusaciones contra él, porque no le conviene, y a pesar de su sucia imagen pública, para oprobio de nuestro país se siente redentor de América Latina.
En ese absurdo protagonismo internacional, Fox hace mancuerna con Manuel Espino, siendo el primero de ellos flamante copresidente de la Internacional Demócrata Cristiana, y el segundo, presidente del PAN y de la ODCA.
Distanciados del gobierno actual, y desacreditados ante amplios sectores de la opinión pública, ambos políticos basan sus expectativas en el apoyo de una derecha internacional que incluye a sectores como los gusanos de Miami, los antichavistas, los herederos del franquismo y del fascismo, sin olvidar la cercanía que ha existido entre Fox y George Bush.
Esos son los aliados del imperialismo panista, cuyos alardes motivaron la sorpresa de algunos medios de los Angeles, como La Opinión, que en una nota difundida el 28 de septiembre , comentó que desde hace años el PAN ha buscado tener una representación formal en las ciudades de Estados Unidos con población de origen mexicano. Sin embargo, apuntó refiriéndose a la turbulenta reunión del día 30, ”en esta ocasión pretenden llegar con todo”.
Según La Opinión, el acto panista convocó a unas 300 personas, entre las que hay que incluir a infiltrados de la resistencia cívica de nuestro país y a los disidentes del propio blanquiazul.
Hace dos años, los panistas esperaban reunir en Los Angeles a cientos de personas, pero sólo acudieron unas 40, lo cual motivó en esta ocasión los alardes de Espino: “miren cómo estamos ahora”.
Al igual que Fox y Espino, otros derechistas, como René Bolio y Cecilia Romero, han estado interviniendo en redes internacionales que apoyan los proyectos de Estados Unidos contra otros países.

“El partido de los migrantes”
“Queremos ser el partido de los migrantes”, afirmó Espino durante la ceremonia panista, donde enfatizó que el PAN quiere "actualizar" su posición frente al fenómeno migratorio.
Desde luego, el PAN es el partido de los migrantes, por lo mucho que ha contribuido a agudizar ese problema, con sus políticas contrarias al pueblo de México, y dado que son los migrantes uno de los sectores que tienen más reclamaciones contra Fox, quien por cierto antes de llegar a la presidencia ofrecía a los estadounidenses enviarles trabajadores mexicanos para que hicieran labores de jardineros y otros trabajos domésticos.
Fox desempeñó un papel vergonzoso como sirviente de Bush, pero ahora dice estar a disgusto con el muro fronterizo en Estados Unidos, declaración hipócrita que no tiene consecuencias prácticas, pues Fox sigue obedeciendo a los intereses transnacionales.
Ese muro “no va a detener el alma de un inmigrante”, dijo Fox queriendo hacer de una tontería una frase célebre, pues nada tiene que ver el muro con las almas.
Como de costumbre, conjuntó en su intervención oraciones huecas, incoherentes y pomposas, con declaraciones que oscilan entre el cinismo y la estupidez.
Dijo que la reunión de Los Angeles fue “para convocar a la riqueza humana y convertir un esfuerzo político para construir una gran causa sustentada en los valores de Acción Nacional por la calidad de vida, el humanismo y el mejor nivel de vida y la construcción de una nación", además de que, según él, los migrantes son como "pequeñas semillas distribuidas en toda la Unión Americana, con gran liderazgo", y que por esa razón el PAN los ha convocado a trabajar. Es decir, propuso poner a trabajar a los braceros para beneficio de Espino, de él mismo y de Marta Sahagún.
En contraste, grupos de migrantes, lo mismo que simpatizantes del PRD y miembros del Comité Pro Democracia, que exigen la liberación de presos políticos en México, se organizaron para protestar contra Fox con planteamientos muy sencillos y concretos.
Fox nunca cumplió con el acuerdo de devolver a exbraceros los fondos que les fueron descontados de sus sueldos mientras laboraban en los campos y ferrocarriles de Estados Unidos durante y después de la Segunda Guerra Mundial, señaló Baldomero Capiz, líder de esos trabajadores.
Cabe recordar que ya en febrero de 2004, más de 2 mil braceros habían invadido el rancho de Fox dado el incumplimiento de sus promesas y las provocaciones de que fueron objeto por parte del Estado Mayor Presidencial, que custodiaba el lugar.
En esa ocasión, Fox dijo que el pago de esos adeudos era un asunto que no concernía a su administración y amenazó con perseguir judicialmente a los braceros por “invadir propiedad privada”, a la vez que él mismo se prodigaba elogios porque “este Gobierno escucha, dialoga y atiende a todo mundo".
Una dirigente de los ex braceros, Soledad López, señaló en ese tiempo que Fox prometió que les iba a dar 50 mil pesos (4 mil 500 dólares) a cada uno de ellos y no cumplió.
“¡Venimos a cazar ratas!”, gritaban el pasado 30 de septiembre cerca de 50 manifestantes que provistos de ratoneras y pancartas protestaron contra el expresidente e vigilados por guardias privados y por dos unidades policiacas, que no les permitieron llegar hasta donde estaba Fox.
Israel Téllez, joven mexicano que lleva siete años trabajando en EU, fue sometido por guardias privados al servicio de Fox, por haber calificado a este como un “vendepatrias” que “no tiene empacho en mostrar la riqueza acumulada durante su mandato”, mientras que Esteban López, otro inmigrante, proveniente de Morelos, le gritaba a Fox “¡Ya devuelve lo que te has robado en complicidad con tu mujer y sus hijos!”, por lo que fue perseguido por la policía.
“Ojalá que el presidente Calderón no nos salga igual de ratero y mentiroso. México ya no resiste a otro Fox”, declaró a la prensa una empleada mexicana de una librería de Los Angeles, donde Fox aprovechó para hacer publicidad a su libro de memorias “Revolución de Esperanza”, publicado en inglés.
En el sitio Web El sendero del Peje (senderodelpeje.blogspot.com), uno de los ciudadanos que logró protestar dentro del restaurante donde se desarrolló la reunión relata que aprovechando la trifulca entre los panistas, una persona le gritó varias cosas al “Asno con Botas”, por lo cual los guardias lo echaron del lugar. Otro asistente, les estuvo diciendo a Fox directamente muchas cosas, de las que la mayoría de la gente no se dio cuenta, pero que sí incomodaron seriamente al expresidente.
Hacia las 12:10, prosigue el relato, Fox empezó a atender a sus “fans” y le dio la espalda al público, “y en ese momento le grite:”Fox “, y el volteó, y le grité nuevamente: ” regresa los millones que te robaste” y en seguida actuaron los de seguridad; esperaba unos golpes o algo así de parte de ellos, pero fue un “panucho” quien me tiro un golpe, los de seguridad me invitaron a salir sin siquiera tocarme, y yo no desaproveche para seguir gritando y dije: “Fox será sentenciado al igual que sus entenados”, “panistas, Fascistas, terroristas” ,“apátridas”, “amádridas”.” Una muchachas, apoyaron esos cuestionamientos, por lo que también fueron expulsadas del lugar.
Tanto el canal 34 de Univisión como el 52, de Telemundo, reportaron los hechos, pero tratando de favorecer a Fox, omitiendo detalles o leyendo supuestas llamadas de los televidentes que abogaban por el expresidente.
Algunos medios escritos, mexicanos y locales, así como páginas Web, sí informaron más objetivamente de los hechos, puntualizando que “en todos los casos, la policía privada que resguardaba y vigilaba la seguridad del ex presidente y del acto organizado por los militantes del PAN, se encargó de reducir y expulsar a quienes osaran repudiar la presencia de Fox, que se vio en todo momento “arropado” por un pequeño grupo de incondicionales que gritaban “¡fuera! ¡fuera! ¡fuera!” a todo aquel que intentara cuestionar la herencia del guanajuatense y su supuesta riqueza tras el fin de su mandato”. (El Universal, primero de octubre de 2007)