Separatismo fascista en Bolivia
JUEGOS DE PODER
BOLIVIA SEPARATISMO FASCISTA
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 05-05-08)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
El presidente de Bolivia, Evo Morales, decretó la nacionalización de tres empresas petroleras para controlar el 50% más uno, de las acciones de Chaco, afectando a los intereses petroleros británicos y holandeses de la British Petroleum y Transredes de la británica Ashmore y la Shell de capital anglo holandés.
Esta acción tiene tres significados; primero, cumplir el mandato constitucional boliviano y el decreto de nacionalización petrolera; segundo, mandar un mensaje inequívoco; el proceso de cambio no se detiene ante amenazas, avanza y se profundiza; tercero, iniciar la más amplia ofensiva de movilización de fuerzas de la mayoría indígena y movimientos sociales; cuarto, defender la soberanía e integridad del estado Boliviano y repudiar la intentona separatista fascista y la mecánica golpista.
El decreto de Evo Morales es, entonces, una respuesta al proyecto de la “Nación Camba”, basado en la separación de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni, con el apoyo del gobierno de Bush, sus servicios de inteligencia, asociados con el Partido Popular de España, PP, y la Organización Demócrata Cristiana de América, ODCA, presidida por Manuel Espino y Vicente Fox.
La preparación de un golpe contra el gobierno de Evo Morales, tiene por objetivo desintegrar a Bolivia y crear un enclave mafioso con la “Nación Camba”, con los “autonomistas” fascistas. Con este operativo se busca romper el equilibrio político en el Cono Sur, y dirigirse contra los gobiernos de Hugo Chávez de Venezuela, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua, Evo Morales de Bolivia y sumado a la lista, Fernando Lugo de Paraguay. En suma, lograr el control geopolítico de Bolivia significa obtener una posición estratégica militar en las fronteras de Brasil, Argentina, Chile y Perú.
Para ello, el aparato de inteligencia norteamericano apalanca el referéndum por la autonomía ilegal e inconstitucional del prefecto de Santa Cruz, Bolivia, Rubén Costa. Con ello, se pone a Bolivia y a América Latina en uno de los momentos más peligrosos y amenazantes. El peligro que se cierne en la región se manifiesta por la presencia de mercenarios españoles, movilizados a la frontera de Bolivia, para apoyar a una facción militar dispuesta al golpe.
Ante la amenaza que representa el proyecto de la creación de un estado mafioso en el corazón del Cono Sur, se han tomado decisiones políticas conjuntas en una reunión de emergencia celebrada el 23 de abril por los presidentes, Morales, Chávez, Correa, Ortega y Lague, en representación de Raúl Castro. A diferencia de las acciones golpistas e invasiones a México y a los países Latinoamericanos y del Caribe aún recientes, como las del Caribe y Panamá, prácticamente son cosa del pasado; hoy las decisiones de Bush se enfrentan a un bloque de poder regional que ha emergido y será sometido a una prueba de fuego.
El terreno golpista separatista ha sido abonado en la región, por José María Aznar y la ultraderecha latinoamericana en la reunión de Rosario Argentina, en donde mercenarios y agentes del Imperio, como Mario Vargas Llosa y Jorge Castañeda, se pronunciaron por derrocar a los gobiernos de Chávez, Correa y Morales, e instalar “gobiernos” demócrata cristianos que favorezcan el ingreso masivo del capital norteamericano-español.
El mismo numerito del cónclave de la ultraderecha de Aznar en Rosario, Argentina, lo repitió la ODCA de Manuel Espino-Fox en Costa Rica, para responder al relevo político consumado de Fidel Castro en Cuba, que sorprendió a los servicios de inteligencia norteamericanos y a la mafia cubano-americana, al creer que, muerto Fidel, se colapsaría el régimen, y entonces la mafia de Miami se apoderaría de Cuba. Por consiguiente, al ser Raúl Castro un hueso duro de roer, la ODCA de Manuel Espino Barrientos y la ultraderecha intervensionista mexicana de El Yunque, busca encontrar en Evo Morales una víctima propiciatoria que le aporte experiencia y acredite capacidad golpista.
Fracasado el operativo de Uribe contra Ecuador y su presidente, Rafael Correa, se proponen derrocar a Evo Morales y crear un estado pelele mafioso, la “Nación Camba”, conforme al modelo norteamericano de la “independencia de Kosovo”. Para ello participa de manera destacada, el embajador norteamericano Phillip Goldberg, con un perfil de inteligencia en conflictos étnicos-raciales que lo presentan como un experto en las luchas étnicas de la ex Yugoslavia y su desintegración.
Al lado de Golberg actúa el empresario croata, Branco Marinkovic, con influencia en la separatista Santa Cruz y en toda la Media Luna, para impulsar el proceso “independentista”, basado en un proyecto de crear un estado racista, opuesto a la participación de los indígenas, mineros y trabajadores bolivianos, para apoderarse de las riquezas petroleras y gasíferas, pero como socios minoritarios, obteniendo como pago, la comercialización preferente de la cocaína de Bolivia, constituyéndose en un enclave mafioso. Las operaciones encubiertas del Pentágono en la región podrán financiarse al margen del Congreso estadounidense con recursos provenientes del tráfico de la cocaína de Bolivia.
Podemos concluir que se debe conjurar la declaración de independencia de la “Nación Camba” en Bolivia, por tratarse de un ataque contra el gobierno constitucional de Evo Morales y la integridad de Bolivia que ha declarado la nacionalización del petróleo y el gas, no solo de manera simbólica, cobrando míseros impuestos, sino dotando a la paraestatal petrolera de Bolivia de los recursos requeridos para llevar a cabo todos los procesos del aprovechamiento petrolero, en beneficio de la mayoría de los bolivianos y no de las corporaciones petroleras anglo holandesas o españolas.
BOLIVIA SEPARATISMO FASCISTA
Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 05-05-08)
E-mail: sanchezmena@yahoo.com
El presidente de Bolivia, Evo Morales, decretó la nacionalización de tres empresas petroleras para controlar el 50% más uno, de las acciones de Chaco, afectando a los intereses petroleros británicos y holandeses de la British Petroleum y Transredes de la británica Ashmore y la Shell de capital anglo holandés.
Esta acción tiene tres significados; primero, cumplir el mandato constitucional boliviano y el decreto de nacionalización petrolera; segundo, mandar un mensaje inequívoco; el proceso de cambio no se detiene ante amenazas, avanza y se profundiza; tercero, iniciar la más amplia ofensiva de movilización de fuerzas de la mayoría indígena y movimientos sociales; cuarto, defender la soberanía e integridad del estado Boliviano y repudiar la intentona separatista fascista y la mecánica golpista.
El decreto de Evo Morales es, entonces, una respuesta al proyecto de la “Nación Camba”, basado en la separación de Santa Cruz, Pando, Tarija y Beni, con el apoyo del gobierno de Bush, sus servicios de inteligencia, asociados con el Partido Popular de España, PP, y la Organización Demócrata Cristiana de América, ODCA, presidida por Manuel Espino y Vicente Fox.
La preparación de un golpe contra el gobierno de Evo Morales, tiene por objetivo desintegrar a Bolivia y crear un enclave mafioso con la “Nación Camba”, con los “autonomistas” fascistas. Con este operativo se busca romper el equilibrio político en el Cono Sur, y dirigirse contra los gobiernos de Hugo Chávez de Venezuela, Rafael Correa de Ecuador, Daniel Ortega de Nicaragua, Evo Morales de Bolivia y sumado a la lista, Fernando Lugo de Paraguay. En suma, lograr el control geopolítico de Bolivia significa obtener una posición estratégica militar en las fronteras de Brasil, Argentina, Chile y Perú.
Para ello, el aparato de inteligencia norteamericano apalanca el referéndum por la autonomía ilegal e inconstitucional del prefecto de Santa Cruz, Bolivia, Rubén Costa. Con ello, se pone a Bolivia y a América Latina en uno de los momentos más peligrosos y amenazantes. El peligro que se cierne en la región se manifiesta por la presencia de mercenarios españoles, movilizados a la frontera de Bolivia, para apoyar a una facción militar dispuesta al golpe.
Ante la amenaza que representa el proyecto de la creación de un estado mafioso en el corazón del Cono Sur, se han tomado decisiones políticas conjuntas en una reunión de emergencia celebrada el 23 de abril por los presidentes, Morales, Chávez, Correa, Ortega y Lague, en representación de Raúl Castro. A diferencia de las acciones golpistas e invasiones a México y a los países Latinoamericanos y del Caribe aún recientes, como las del Caribe y Panamá, prácticamente son cosa del pasado; hoy las decisiones de Bush se enfrentan a un bloque de poder regional que ha emergido y será sometido a una prueba de fuego.
El terreno golpista separatista ha sido abonado en la región, por José María Aznar y la ultraderecha latinoamericana en la reunión de Rosario Argentina, en donde mercenarios y agentes del Imperio, como Mario Vargas Llosa y Jorge Castañeda, se pronunciaron por derrocar a los gobiernos de Chávez, Correa y Morales, e instalar “gobiernos” demócrata cristianos que favorezcan el ingreso masivo del capital norteamericano-español.
El mismo numerito del cónclave de la ultraderecha de Aznar en Rosario, Argentina, lo repitió la ODCA de Manuel Espino-Fox en Costa Rica, para responder al relevo político consumado de Fidel Castro en Cuba, que sorprendió a los servicios de inteligencia norteamericanos y a la mafia cubano-americana, al creer que, muerto Fidel, se colapsaría el régimen, y entonces la mafia de Miami se apoderaría de Cuba. Por consiguiente, al ser Raúl Castro un hueso duro de roer, la ODCA de Manuel Espino Barrientos y la ultraderecha intervensionista mexicana de El Yunque, busca encontrar en Evo Morales una víctima propiciatoria que le aporte experiencia y acredite capacidad golpista.
Fracasado el operativo de Uribe contra Ecuador y su presidente, Rafael Correa, se proponen derrocar a Evo Morales y crear un estado pelele mafioso, la “Nación Camba”, conforme al modelo norteamericano de la “independencia de Kosovo”. Para ello participa de manera destacada, el embajador norteamericano Phillip Goldberg, con un perfil de inteligencia en conflictos étnicos-raciales que lo presentan como un experto en las luchas étnicas de la ex Yugoslavia y su desintegración.
Al lado de Golberg actúa el empresario croata, Branco Marinkovic, con influencia en la separatista Santa Cruz y en toda la Media Luna, para impulsar el proceso “independentista”, basado en un proyecto de crear un estado racista, opuesto a la participación de los indígenas, mineros y trabajadores bolivianos, para apoderarse de las riquezas petroleras y gasíferas, pero como socios minoritarios, obteniendo como pago, la comercialización preferente de la cocaína de Bolivia, constituyéndose en un enclave mafioso. Las operaciones encubiertas del Pentágono en la región podrán financiarse al margen del Congreso estadounidense con recursos provenientes del tráfico de la cocaína de Bolivia.
Podemos concluir que se debe conjurar la declaración de independencia de la “Nación Camba” en Bolivia, por tratarse de un ataque contra el gobierno constitucional de Evo Morales y la integridad de Bolivia que ha declarado la nacionalización del petróleo y el gas, no solo de manera simbólica, cobrando míseros impuestos, sino dotando a la paraestatal petrolera de Bolivia de los recursos requeridos para llevar a cabo todos los procesos del aprovechamiento petrolero, en beneficio de la mayoría de los bolivianos y no de las corporaciones petroleras anglo holandesas o españolas.
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