Fecal en EU

JUEGOS DE PODER
CALDERÓN CAMPAÑA CON MIGRANTES

Por Rodolfo Sánchez Mena (LD 11-02-08)

E-mail: sanchezmena@yahoo.com

Felipe Calderón se va de campaña política a cinco ciudades de los Estados Unidos el día 10 de febrero para reunirse con las organizaciones y dirigentes de 25 millones de la comunidad méxico-norteamericana, que representan a la cuarta parte de la población mexicana, trasladada al vecino país por el proceso de integración del TLC.

Calderón visita al vecino país a 14 meses de su apretada victoria declarada por un Tribunal electoral; un compás de espera obligado por el fracaso de la política exterior de Vicente Fox y el pésimo manejo del S/11, en espera de una coyuntura adecuada. En el caso de los migrantes mexicanos el agravio es mayor. El gobierno derechista del PAN los abandonó a su suerte, los consulados les cerraron las puertas. Los migrantes mexicanos se quedaron solos cuando se endureció la política anti inmigrante de la Casa Blanca. Calderón como gobierno de derecha les debe más que una explicación.

La respuesta inteligente de la comunidad migrante en los Estados Unidos a las acciones persecutorias, es un ejemplo de política y un camino a seguir. Demostraron que solo unidos, organizados y con banderas propias, se avanza. La fuerza de la movilización y de los símbolos destacados, lograron el triunfo, replegar la campaña represiva persecutoria. Hoy, las organizaciones tienen credibilidad y representatividad.

En el proceso de selección de los candidatos presidenciales demócratas y republicanos, los migrantes, se han convertido en un tema obligado del debate, que obliga a definiciones y compromisos concretos. Los pasos dados a lo largo de las marchas, serán la llave en las elecciones presidenciales para abrir la Casa Blanca a los nuevos huéspedes. ¿Habrá derecho de picaporte?

También en el tema económico de la recesión para darle una salida a la crisis de los pagos, otorgándoles solvencia y capacidad de pago para las deudas hipotecarias, de tarjetas de crédito, bienes intermedios y consumo. Lo contrario es la ruina y la crisis política.

A diferencia del éxito de la integración de la Comunidad Europea, el TLC se ha estancado. En vez de nuevas metas ambiciosas, como una revolución productiva, en el TLC la recesión se enfrenta con una política de seguridad, esto es asistencia militar y de inteligencia norteamericana, el llamado Plan México.

Del lado de las autoridades mexicanas, partidos, empresarios y en general de la élite, no ha habido cortapisas y se ha cumplido a todo lo exigido hasta en exceso. Es pues la parte norteamericana la responsable, quien debe explicar el pantano en que ha caído la integración propuesta por el TLC, más allá de recetas de seguridad y la de confundir deliberadamente dominación con integración. La propuesta del ASPAN conduce a un laberinto sin salida.

El despliegue operativo del Plan México a lo largo de la franja de la frontera México americana, es un plan recesivo que afecta a la actividad económica fronteriza y paraliza cualquier plan de inversión productiva y comercial. Una zona que podía ser ejemplo de prosperidad compartida, se ha convertido en un área de terror y de inseguridad, cuando el paradigma de la estrategia de la guerra contra el terrorismo es ya una falacia en el pantano de la guerra de Irak.

El Plan México es el muro de seguridad para contener a los migrantes mexicanos y latinoamericanos, afectados por la recesión y la parálisis económica del área del TLC y su región de influencia. Ante el derrumbe del ingreso y la pérdida del empleo, los mecanismos de contención se desbordan.

Preocupa entonces que Ana Teresa Aranda, una fundamentalista del Yunque, sea la recién designada por el español secretario de Gobernación Camilo Mouriño en el cargo de subsecretario de migración y asuntos religiosos. De escasa formación académica e intelectual, cortas ideas, su función es la de actuar, como la Migra, con el garrote en la mano. Esto afecta a los migrantes de toda la región y convierte al gobierno mexicano en el policía fronterizo norteamericano.

La propuesta de la gira de Calderón, de ir a resolver los problemas de los migrantes, es errónea. Los únicos capaces de resolver a fondo su problema son las organizaciones migrantes. Tienen la solución en sus manos. Lo que requieren del gobierno mexicano es que cumpla con lo que está obligado hacer, no que sea cómplice de las persecuciones y comparta las deportaciones. No puede resolver el problema de 100 millones de gobernados menos los de allá. El que necesita ayuda es Calderón y a eso va, en campaña para negociar los votos migrantes, para apoyar con el próximo gobierno norteamericano su programa derechista.

Calderón le ha puesto el ojo a las remesas de los trabajadores migratorios. Su mayor interés es canalizar recursos para los más ricos de México, no resolver el problema de la recesión. El programa de Calderón de obras de infraestructura es para la bolsa de los ricos. De eso se trata. Así que cuiden las remesas, son de sus familias.