Tuesday, January 22, 2008

Clero oficialista

Agenda 2008:
La Iglesia en el gobierno
Edgar González Ruiz
La agenda de la jerarquía católica para este año contempla su mayor injerencia política por la vía de las negociaciones cupulares con funcionarios del gobierno federal, así como seguir impulsando reformas constitucionales para implantar la educación religiosa en las escuelas públicas, tener el control de medios electrónicos, y otras prerrogativas.
De hecho, el clero ha estado recibiendo apoyo de la SEP, de Sedesol, de la Segob y de otras dependencias, así como un trato privilegiado frente a otras iglesias, como cabe esperar dada la afinidad que siempre ha existido entre el PAN y la jerarquía católica.
A pesar de que Francisco Ramírez Acuña respaldo a los jerarcas en todo lo que pudo, el Episcopado celebró el arribo de su sucesor, el calderonista Juan Camilo Mouriño, así como del nuevo secretario de la Sedesol, Ernesto Cordero Arroyo.

Clero oficialista
En un clima de oficialismo clerical cada vez más descarado, el episcopado elogió los mencionados nombramientos, y haciendo el papel de vocero oficioso del gobierno, el secretario general de la CEM, Leopoldo González, dijo que cuando se busca “la mejora del país”, todos los cambios son bienvenidos, y que "El gobierno federal tiene sus mecanismos y sus metas bien concretas y con todo el derecho que la Constitución le ampara para hacer los cambios pertinentes".
El entusiasmo con que el Episcopado recibió los nombramientos contrasta con los cuestionamientos que a ellos se han hecho desde diferentes sectores políticos y sociales, por razones que van desde el origen español de Mouriño hasta su inexperiencia, que comparte con el nuevo titular de la Sedesol.
Sumadas, las edades de ambos apenas llegan a los 75 años (Mouriño nació en agosto de 1971 y Cordero en mayo 1968) y ninguno de ellos tiene una gran trayectoria profesional, cultural o política; encarnan por el contrario, el llamado “fin de la cultura” en el mundo capitalista.
Sin embargo, si la jerarquía católica espera ganar mucho con los nuevos funcionarios es porque conoce su disposición favorable hacia ella y porque apoyar al gobierno con la “fe del carbonero” le facilitará cobrarle la factura en situaciones próximas, como el inminente conflicto social en torno a la despenalización del aborto en México, así como acrecentar su ya desmesurada influencia en la administración pública.
Desde la gestión de Carlos Abascal en la Segob, a fines del sexenio pasado, esta se ha mostrado totalmente dócil a las directivas de la jerarquía, por lo que Leopoldo González felicitó a Francisco Ramírez Acuña, por la labor realizada durante 13 meses en esa dependencia, y a quien, en un alarde de influyentismo, llamó “paisano y gran amigo”.
Originario de la localidad de Cañadas de Obregón, en los Altos de Jalisco, José Leopoldo González González es obispo auxiliar de Guadalajara y secretario general de la CEM, cargo que asumió en noviembre de 2006.
Entrevistado por Milenio en marzo de 2007, Leopoldo González afirmó que las mujeres que aborten deben ser tratadas “como criminales”, y que deben penar, “pagar lo que marque la ley”. También declaró que las mujeres que quieren “asesinar a una criatura indefensa en su seno” deben dejar crecer “a esos hijos”, no hasta las doce semanas de fecundación, sino hasta los doce años, y luego “ponerlos frente a un paredón y decir: ‘Saben qué, a este hijo no lo quise, ¡tírenle!’. A ver si se atreven…”.
Desde luego, jerarcas como él, que quieren encarcelar a las mujeres que pretenden tomar decisiones personales, no juzgan con la misma severidad los abusos de los curas pederastas ni los que se cometen durante la llamada “guerra contra el crimen organizado”.
El 19 de enero, Leopoldo González manifestó el respaldo de la CEM al trabajo del gobierno federal para “combatir el crimen” y disculpó sus fracasos aduciendo que aun cuando no existe “varita mágica” para combatir el crimen organizado, el gobierno federal está tomando las medidas adecuadas para enfrentar ese problema.
Asimismo, insinuó que la carencia de educación religiosa, es causante de la delincuencia porque “no se da el amor y el temor a Dios”.
Sin duda, la jerarquía católica puede estar de plácemes también porque el relevo de Mouriño al frente de la Oficina de la Presidencia es un personaje con fuertes relaciones con organizaciones católicas: Gerardo Ruiz Mateos, quien además de ser ingeniero industrial por el Tec de Monterrey, es egresado del IPADE (Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas), escuela perteneciente al Opus Dei y ha sido miembro y dirigente de la Unión Social de Empresarios Católicos, grupo derechista fundado por Lorenzo Servitje a mediados del siglo pasado.
En el año 2000, Ruiz Mateos fue presidente de la USEM y anteriormente trabajó en la Fundación Mexicana de Desarrollo Rural, creada también por el magnate católico.
Por su parte, con motivo de los nombramientos, el encargado de relaciones institucionales y públicas de la CEM, el sacerdote Manuel Corral, dijo que la CEM buscará un acercamiento con el nuevo titular de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, con quien hay “una buena relación” y también con el nuevo titular de Sedesol, donde el clero ha estado interviniendo por medio de la la Comisión de Pastoral Social de la CEM.
El economista Ernesto Cordero Arroyo fue condiscípulo de Fecal en el ITAM, a principios de los 90, y es hijo de la destacada enfermera Graciela Arroyo de Cordero: El 16 de mayo de 2006, la entonces primera dama Marta Sahagún develó un busto en su honor en el patio central de la Secretaría de Salud, ocasión en que Ernesto Cordero, en representación de su familia, se refirió a la “fe en Dios” de su progenitora, como uno de los principios de su vida, referencia muy a tono con las formas del oficialismo panista que vivimos desde 2000.
Al aplaudir el nombramiento de Cordero y el de Mouriño, Manuel Corral reveló que la CEM ha estado cerca del titular en turno de la Segob y del subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos, para promover los puntos de vista de la jerarquía, como harán con Mouriño, con quien, dijo, “desde hace ya tiempo” mantienen una buena relación.
Afirmó también que la CEM ya tuvo un primer contacto con Germán Martínez, líder del PAN, y enfatizó que la estrategia clerical para 2008 consiste en multiplicar los contactos con la secretaría de Gobernación, encargada de supervisar las actividades de las organizaciones religiosas, con los líderes de los partidos políticos, legisladores y hasta empresarios.
Refiriéndose a los cambios constitucionales que exige el episcopado contra el estado laico, el jerarca afirmó que la Iglesia Católica no parte de cero para tratar ese tema, pues "prácticamente cada dos meses se tienen encuentros a alto nivel” con políticos y funcionarios para “delinear estrategias".

Proyectos conjuntos
En los últimos años, la Segob se ha dedicado a servir al clero, defendiendo a los obispos en sus actividades políticas, persiguiendo a sus críticos, como hizo en septiembre de 2006 al expulsar a unos abogados estadounidenses que denunciaron públicamente los abusos de Norberto Rivera, e incluso presionando y perjudicando a otras iglesias, a criterio de la jerarquía católica.
Uno de los casos más sonados es el del culto a la Santa Muerte, cuyo nombre oficial es el de Iglesia Católica Tradicional MEX-USA, Misioneros del Sagrado Corazón y San Felipe de Jesús. En abril de 2005, en consonancia con el clero católico, que ha desarrollado intensas campañas difamatorias contra la Santa Muerte, la Segob canceló su registro como Asociación Religiosa, aduciendo un argumento legaloide con tintes inquisitoriales.
Según los funcionarios de la Segob, se le canceló el registro porque “violó la ley” (de Asociaciones Religiosas y Culto Público) al apartarse de sus propias doctrinas rindiendo culto a la Santa Muerte (que horroriza al privilegiado clero católico) en lugar de dedicarse solamente a promover la misa en latín (objetivo con el que, por cierto simpatizaba Salvador Abascal, padre del exsecretario de Gobernación.
Por propagar doctrinas que disgustan al clero, el poder civil le quitó la personalidad jurídica a La Santa Muerte, mientras que nunca encuentra delitos en los abusos de religiosos y jerarcas católicos, que incluyen la pederastia, la incitación a agredir a las mujeres que aborten, llamándolas “criminales”, y el llevar a cabo un evidente proselitismo político electoral.
A principios de este sexenio, se nombró como titular de Migración, dependencia estratégica para la seguridad nacional y para los asuntos religiosos, a Cecilia Romero Castillo, quien tiene toda una trayectoria en la ultraderecha católica.
Desde el sexenio pasado, la derecha en el poder ha estado impulsando la alianza de diferentes credos, bajo el dominio de la Iglesia Católica, mediante el llamado Consejo Interreligioso de México, cuyo presidente vitalicio es Norberto Rivera.
Cotidianamente, las autoridades de la Segob otorgan un trato de privilegio al clero católico, al grado de que en el periodo de Ramírez Acuña, hasta llegó a cubrir los gastos de comidas y reuniones de la CEM.
Más aún, funcionarios de Asuntos Religiosos promueven en reuniones públicas y privadas, los puntos de vista del clero contra el estado laico, como si siguieran un guión establecido por la CEM que hasta incluye los ejemplos favoritos de esta, como el señalamiento de que en Europa hay países muy “avanzados” que no son laicos (el caso que suelen aducir jerarcas y funcionarios es el de Inglaterra, donde tiene predominio oficial la Iglesia Anglicana, pero donde existe también la monarquía y los títulos de nobleza, como resabios de su pasado feudal).
En Sedesol, el catolicismo funge también como religión oficial, de tal suerte que esa dependencia ha estado destinando recursos a proyectos de parroquias o de organizaciones religiosas.
En 2001, en el primer año del gobierno foxista, se hizo público que dentro de su Programa de Coinversión Social, Sedesol financiaría a las delegaciones de Provida en Chihuahua y Coahuila, en su activismo contra las mujeres que deciden abortar.
Desde entonces, se ha ido haciendo cotidiano el apoyo de la Sedesol y otras dependencias al clero, con recursos del erario y con múltiples pretextos, sea para la remodelación de templos, para el proselitismo religioso o para los proyectos “sociales” del clero.
Por ejemplo, en 2004 las autoridades eclesiásticas se quejaban de que la remodelación de la parroquia de la Purificación estaba suspendida debido a que la Sedesol había retrasado la entrega de recursos por medio millón de pesos, de un total de cerca de dos millones que les serían otorgados.
Guanajuato es uno de los estados donde el clero ha recibido más apoyo, tanto de las autoridades federales como locales. Ya en la época de Carlos Medina Plascencia (de 1991 a 95), el gobierno estatal invirtió en la construcción o remodelación de templos, y a la fecha, varias parroquias están recibiendo apoyo de Sedesol para proyectos de tipo económico.
En Salamanca, la Parroquia del Sagrado Corazón ha estado recibiendo recursos de la Sedesol, a través de organizaciones creadas específicamente para ese fin. Entre esas obras se cuenta un albergue y un taller de corte y confección con máquinas industriales, que se hizo mediante un proyecto de coinversión con Sedesol donde la dependencia aporta el 75 por ciento de los recursos.
También han viajado al país, para hacer labores de evangelización, religiosos que se presentan como personal voluntario para colaborar en proyectos asistenciales de la Sedesol.
Similarmente, en Apaseo el Grande, Guanajuato, Sedesol financió la construcción de una parroquia con el pretexto de que incluiría un centro comunitario.
Por parte de la SEP, ha habido un gran apoyo para que las parroquias católicas incorporen actividades de alfabetización y educación básica avaladas por el INEA, como un primer paso para ir debilitando el laicismo educativo, pues esos cursos se imparten junto a los templos y están a cargo de evangelizadores o militantes de grupos religiosos.
La estrategia de apoyo al clero mediante proyectos asistenciales puede brindar auxilio a unas pocas personas, pero al mismo tiempo socava el estado laico y fomenta que el gobierno delegue sus responsabilidades en manos del clero, haciéndonos volver a la época de la colonia.
El clero se presenta como benefactor de los pobres para recibir así el dinero proveniente del erario, pero a la vez se opone a la llegada de la izquierda al poder con el argumento de que sus dirigentes son “populistas” porque buscan que el gobierno invierta directamente en ayudar a los pobres.

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