Tuesday, July 03, 2007

Soberanes está en una red contra el laicismo

México:
El ombudsman traidor
Edgar González Ruiz

José Luis Soberanes, titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, ha traicionado al pueblo de México, pues en lugar de defenderlo se ha esforzado por justificar las atrocidades que cometen los militares al servicio del gobierno ilegítimo de Felipe Calderón (Fecal), además de que ha estado apoyando los ataques de la jerarquía católica contra el estado laico, al grado de que forma parte de una red internacional dedicada a esa lucha y ha convertido a la CNDH en gestora de los intereses clericales al impugnar en nombre de ella la despenalización del aborto que a fines de abril se aprobó en la ciudad de México.

Crímenes y privilegios de la gastritis
Cabe recordar que hace unos meses, Soberanes desató la indignación de muchos sectores de la sociedad mexicana al respaldar dócilmente la versión de Fecal de que la anciana indígena Ernestina Ascensión Rosario, violada y asesinada en Zongolica, Veracruz, por soldados que hacían labores de vigilancia, como parte de la pretendida lucha de Fecal contra el narco, en una zona que es ajena a ese problema, como en particular lo era Ernestina, cuya familia se dedicaba a la fabricación de muebles rústicos.
“Hombres vestidos de verde se me echaron encima”, fueron las últimas palabras que pronunció, en náhuatl, la víctima de la brutalidad de los soldados, quienes la atacaron el 2 de febrero en la comunidad de Tetlatzinga. El 2 de marzo siguiente, Fecal declaró sobre el caso, exonerando a los militares y atribuyendo el deceso a un problema gastrointestinal de doña Ernestina, sustituyendo cualquier evidencia por esa absurda explicación.
Tan solo unos días después, el 8 de marzo, precisamente en el Día Mundial de la Mujer, el católico y obeso ombudsman declaró sobre el caso, reiterando la versión de Fecal de que no se había tratado de un asesinato sino que Ascensión había muerto de gastritis (empero, con su vida y su alimentación nada modestas, y con su conciencia tan sucia, Soberanes es sin duda más propenso a ese tipo de males que una inocente y sencilla indígena).
Hay otros casos similares de agresiones de militares en la misma zona, donde una muchacha fue violada y embarazada por un soldado, a quien no se le castigó a pesar de que fue identificado. Por supuesto, a funcionarios como Soberanes no les interesa defender a esas mujeres indígenas, pero sí quieren evitar que recurran al aborto, porque según las normas y consignas de la jerarquía católica, eso es “atentar contra la vida”.

Contra el aborto y contra el laicismo
Desde que fue nombrado titular de la CNDH, en 1999, a finales del sexenio de Ernesto Zedillo, trascendió en la opinión pública que Soberanes había estado vinculado a grupos conservadores, como el Opus Dei, pero con hipocresía jesuítica, desempeñó su cargo durante un tiempo sin evidenciar sus compromisos con ese sector.
Pero a la fecha, el ombudman católico y traidor ya actúa sin recato, al tratar de invalidar la despenalización del aborto en el DF, usando para ello su cargo al frente de la CNDH, como si esta trabajara para la jerarquía católica, buscando resquicios legales para hacer prevalecer su voluntad contra los derechos y el bienestar de las mujeres.
Pero los proyectos del católico y oficialista Ombudsman van más allá de su oposición al aborto, pues forma parte del llamado Consorcio Latinoamericano de Libertad Religiosa, término este último tras el que la jerarquía oculta sus demandas de privilegios que en México fueron anulados gracias a las leyes de Reforma y a la constitución de 1917: educación religiosa, capellanías militares, participación en la política electoral, control de medios electrónicos de comunicación, etc.
El mentado Consorcio fue fundado en Lima, Perú, en el año 2000, y el lugar es emblemático, pues se trata de uno de los países donde la Iglesia Católica goza de mayores privilegios, que ejerce con toda prepotencia.
El consorcio cuenta con un sitio Web (www.libertadreligiosa.net/) alimentado con información proveniente de agencias católicas, como es ACI y Noticias Eclesiales, manejadas por el violento grupo peruano de la ultraderecha denominado Sodalicio de Vida Cristiana, y como Zenit, perteneciente a los Legionarios de Cristo.
Como era de esperarse, el sitio abunda en artículos que defienden a jerarcas católicos y promueven un supuesto ecumenismo tendiente en realidad a subordinar los intereses de algunas iglesias a los de la jerarquía, para fortalecer aún más la posición de esta última ante los gobiernos de diferentes países.
Entre los miembros del Consorcio se cuentan personajes como el peruano José Antonio Calvi del Risco, quien en los años 90 fue abogado del Episcopado de ese país, y como el argentino Norberto Padilla, quien además de participar en organizaciones y proyectos del clero ha sido subsecretario y secretario de culto en ese país.
Por parte de México colaboran en esa organización Raúl González Schmal, viejo militante panista que en 1975 presidió ese partido y que colabora también con organizaciones como el IMDOSOC, creado por el empresario católico Lorenzo Servitje (también uno de los patrocinadores del fraude electoral de 2006); Alvaro Castro Estrada, quien durante el sexenio pasado fue director general de Asociaciones Religiosas, en la Segob, cargo desde el que veló afanosamente por los intereses del clero; Horacio Aguilar, quien ha sido apoderado legal de la Arquidiócesis de México, al igual que comisionado del Instituto Federal de Acceso a la Información, IFAI, y fue hace unos años el candidato de Norberto Rivera para ocupar la Subsecretaría de Asuntos Religiosos, y finalmente, pero en primer lugar, el católico y abusivo José Luis Soberanes, quien ha hecho que la CNDH se involucre en los proyectos del Consorcio contra el estado laico, al grado de que en noviembre de 2005, esa Comisión, al lado de la Secretaría de Gobernación, promovieron el Coloquio de la CLLR, dedicado al “Derecho Eclesiástico del Estado en Latinoamérica”, y en el que abundaron las ponencias, una de ellas del senador panista Jeffrey Jones, donde se juzgaba con entusiasmo la idea de implantar la enseñanza religiosa en México y se deploraba el laicismo de Juárez y de la revolución.
Con toda impunidad, pero actuando tras bambalinas, esos personajes que sirven a la jerarquía y al gobierno panista intentan que México deje de ser un estado laico y que siga el camino de otras naciones de América donde, con trágicas consecuencias, se ha dado siempre un contubernio del gobierno, incluyendo la milicia y los tribunales, con el clero católico, cuyos intereses están centrados en la búsqueda de la riqueza y del poder, y en la oposición a las libertades individuales.






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