El padre de Fecal persiguió a los protestantes
México:
El padre de Fecal persiguió a los protestantes
Edgar González Ruiz
El padre de Felipe Calderón, Fecal, fue uno de los fundadores del PAN. Católico conservador, Luis Calderón Vega persiguió a los protestantes, a quienes consideraba un “peligro” para la “unidad religiosa de nuestros pueblos”.
Nacido en 1910 y militante de grupos derechistas como la UNEC, Unión Nacional de Estudiantes Católicos, Calderón Vega fue uno de los fundadores del PAN, partido al que renunció en 1981, precisamente en la misma fecha en que su hijo, y hoy presidente espurio de México, ingresaba a ese partido.
Se supone que el desencanto paterno con el partido hoy en el poder, se debió al ingreso al mismo del sector empresarial, pero en realidad, este, al igual que el clero, siempre fue uno de los principales apoyos de Acción Nacional.
Como sucede actualmente, desde un principio Calderón Vega compartió ideales, simpatías y antipatías con personajes de la ultraderecha que formaban grupos secretos como los Conejos, participantes en la UNEC, y posteriormente el Yunque.
Ahora se quiere presentar a Calderón Vega como enemigo de ese grupo, pero los pleitos que pudo tener con algunos exponentes de las corrientes más extremistas de la derecha, no fueron en realidad políticos ni ideológicos, sino motivados por intereses y proyectos personales.
Escribió algunos libros sobre la historia del PAN y sobre aspectos doctrinales, donde se puede apreciar lo reaccionario de su pensamiento.
Fue también colaborador de la revista La Nación, órgano oficial del PAN. En el número 184 (año IV), del 21 de abril 1954, Calderón Vega firmó con sus iniciales un artículo titulado “Protestantismo y comunismo sobre Iberoamérica”, que es un verdadero alegato para fortalecer la intolerancia católica, en una época donde tenían lugar cruentas persecuciones contra los protestantes, mismas que no han desaparecido completamente del país, si bien la jerarquía y el PAN muchas veces no buscan ya eliminar a los “hermanos separados” sino buscar su apoyo para combatir al estado laico.
Leemos en ese texto que con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el “protestantismo y comunismo” redoblan su “asalto” contra “el espíritu de nuestra nación”. (p. 16)
Según el padre de Fecal, en el combate al protestantismo era necesario dejar de lado la refutación de las “tesis religiosas protestantes”-como el libre albedrío y la negación de la autoridad de la iglesia, señala- para ya no a la simple defensa de las ideas católicas, sino los métodos “mejores, de los más eficaces y completos, que son los métodos de la ofensiva”.
Señalaba Calderón Vega que protestantismo y comunismo iban de la mano con el objetivo de “destruir el sentido y prestigio católicos” y según él, el protestantismo iba a terminar siendo desplazado o asimilado por el comunismo, pues “El hombre iberoamericano es católico o es antirreligioso. No cabe término medio, ni su espíritu está hecho para otra religión”.
Afirmaba que “El protestantismo es frío y además teóricamente inconsistente por contradictorio….es una simple y anticuada herejía que no satisface la razón y, en cambio, sí necesita demostración…”
Según él, la lucha de los católicos contra el protestantismo y el comunismo debería ir de la mano, y apoyar en ambos casos a las organizaciones religiosas, así como neutralizar el asistencialismo de signo protestante, cuyas obras considera como “arteras” por sus “ocultos fines proselitistas”.
Creyendo que hechos que subsistían a mediados del siglo XX iban a ser eternos, Calderón Vega hacía alusión a las cartas “formidables” del clero contra el protestantismo, en los pueblos de América Latina, como eran “su unidad religiosa, la disciplina a la Jerarquía, una maravillosa tradición que nos ha puesto al margen de todo cisma nacional…”
Por el contrario, vemos hoy en día que el poder de convocatoria de la jerarquía comienza a desmoronarse, como ha ocurrido en la ciudad de México, que el catolicismo pierde fieles día con día y que muchos de ellos van a engrosar las filas de las iglesias protestantes. De entre estas, muchas defienden el estado laico y evitan las alianzas con la jerarquía católica y sus fuerzas políticas, que son sus perseguidores tradicionales.
El padre de Fecal persiguió a los protestantes
Edgar González Ruiz
El padre de Felipe Calderón, Fecal, fue uno de los fundadores del PAN. Católico conservador, Luis Calderón Vega persiguió a los protestantes, a quienes consideraba un “peligro” para la “unidad religiosa de nuestros pueblos”.
Nacido en 1910 y militante de grupos derechistas como la UNEC, Unión Nacional de Estudiantes Católicos, Calderón Vega fue uno de los fundadores del PAN, partido al que renunció en 1981, precisamente en la misma fecha en que su hijo, y hoy presidente espurio de México, ingresaba a ese partido.
Se supone que el desencanto paterno con el partido hoy en el poder, se debió al ingreso al mismo del sector empresarial, pero en realidad, este, al igual que el clero, siempre fue uno de los principales apoyos de Acción Nacional.
Como sucede actualmente, desde un principio Calderón Vega compartió ideales, simpatías y antipatías con personajes de la ultraderecha que formaban grupos secretos como los Conejos, participantes en la UNEC, y posteriormente el Yunque.
Ahora se quiere presentar a Calderón Vega como enemigo de ese grupo, pero los pleitos que pudo tener con algunos exponentes de las corrientes más extremistas de la derecha, no fueron en realidad políticos ni ideológicos, sino motivados por intereses y proyectos personales.
Escribió algunos libros sobre la historia del PAN y sobre aspectos doctrinales, donde se puede apreciar lo reaccionario de su pensamiento.
Fue también colaborador de la revista La Nación, órgano oficial del PAN. En el número 184 (año IV), del 21 de abril 1954, Calderón Vega firmó con sus iniciales un artículo titulado “Protestantismo y comunismo sobre Iberoamérica”, que es un verdadero alegato para fortalecer la intolerancia católica, en una época donde tenían lugar cruentas persecuciones contra los protestantes, mismas que no han desaparecido completamente del país, si bien la jerarquía y el PAN muchas veces no buscan ya eliminar a los “hermanos separados” sino buscar su apoyo para combatir al estado laico.
Leemos en ese texto que con el fin de la Segunda Guerra Mundial, el “protestantismo y comunismo” redoblan su “asalto” contra “el espíritu de nuestra nación”. (p. 16)
Según el padre de Fecal, en el combate al protestantismo era necesario dejar de lado la refutación de las “tesis religiosas protestantes”-como el libre albedrío y la negación de la autoridad de la iglesia, señala- para ya no a la simple defensa de las ideas católicas, sino los métodos “mejores, de los más eficaces y completos, que son los métodos de la ofensiva”.
Señalaba Calderón Vega que protestantismo y comunismo iban de la mano con el objetivo de “destruir el sentido y prestigio católicos” y según él, el protestantismo iba a terminar siendo desplazado o asimilado por el comunismo, pues “El hombre iberoamericano es católico o es antirreligioso. No cabe término medio, ni su espíritu está hecho para otra religión”.
Afirmaba que “El protestantismo es frío y además teóricamente inconsistente por contradictorio….es una simple y anticuada herejía que no satisface la razón y, en cambio, sí necesita demostración…”
Según él, la lucha de los católicos contra el protestantismo y el comunismo debería ir de la mano, y apoyar en ambos casos a las organizaciones religiosas, así como neutralizar el asistencialismo de signo protestante, cuyas obras considera como “arteras” por sus “ocultos fines proselitistas”.
Creyendo que hechos que subsistían a mediados del siglo XX iban a ser eternos, Calderón Vega hacía alusión a las cartas “formidables” del clero contra el protestantismo, en los pueblos de América Latina, como eran “su unidad religiosa, la disciplina a la Jerarquía, una maravillosa tradición que nos ha puesto al margen de todo cisma nacional…”
Por el contrario, vemos hoy en día que el poder de convocatoria de la jerarquía comienza a desmoronarse, como ha ocurrido en la ciudad de México, que el catolicismo pierde fieles día con día y que muchos de ellos van a engrosar las filas de las iglesias protestantes. De entre estas, muchas defienden el estado laico y evitan las alianzas con la jerarquía católica y sus fuerzas políticas, que son sus perseguidores tradicionales.
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