Marcaje contra el exnazi
Benedicto XVI acepta visitar México
Edgar González Ruiz
El papa Benedicto XVI expresó en Sao Paulo, Brasil, su deseo de visitar México, lo que podría ocurrir en julio de 2009, informaron fuentes del Vaticano.
El proyecto del pontífice fue dado a conocer a la directiva de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) en la comida privada que tuvo Ratzinger el 10 de mayo en el Monasterio de San Benito de Sao Paulo.
La confidencia de Ratzinger, quien en su lejana adolescencia militó en las juventudes nazis, podría ser un anticipo de su intención de participar en el Encuentro Mundial de las Familias, previsto para julio de 2009 en la ciudad de México.
Los obispos mexicanos han insistido en diversas ocasiones durante este año en la invitación para que el sucesor de San Pedro asista en persona al Encuentro, pero hasta ahora ha aceptado.
Por su parte, el arzobispo de México, Norberto Rivera, expresó su complacencia por el anuncio, afirmando que “Los mexicanos están continuamente donde el Papa está, ahora está Benedicto XVI, antes era Juan Pablo II pero se expresa por parte del pueblo mexicano la fe en el sucesor de Pedro, sea quien sea".
A lo largo de su pontificado, Juan Pablo II hizo varias visitas a México, desde 1979, en su primer viaje fuera de Europa, hasta 2002. Todos esos viajes fueron otras tantas campañas pontificias contra el estado laico contra los derechos y la libertad sexual, y en apoyo a la derecha mexicana que a partir del 2000 gobierna el país.
Sin el carisma de Wojtla, pero con similar espíritu conservador, Ratzinger pretende continuar la labor de Juan Pablo II, pero se encontrará con una sociedad mexicana más despierta, consciente y liberal, luego del fraude electoral de 2006.
Si efectivamente Ratzinger viene a México en julio de 2006, lo hará precisamente en el contexto de las campañas políticas de mediados de sexenio, con la presumible intención de ayudar al PAN a mantenerse en el poder y fortalecer el activismo antiabortista, que ha sido incapaz de frenar avances como la reciente despenalización del aborto en la ciudad de México.
El mencionado Encuentro Mundial de las Familias es un evento que promueve la ultraderecha católica y que tuvo su pasada edición en julio de 2006, cuando unas 150 personas, 50 de ellas desnudas, participaron en una marcha ciclista para protestar por la visita del Papa a Valencia, para inaugurar dicho encuentro. Los manifestantes hicieron notar el desmesurado gasto que, a su juicio, sufragaron el Ayuntamiento y la Generalitat para recibir al pontífice.
La visita de Benedicto XVI a México sería una oportunidad para repetir la experiencia del desnudo colectivo que hace poco organizó el artista Spencer Tunick en el Zócalo de la capital mexicana, con una asistencia cercana a las 20 mil personas. Sería la mejor forma de decirle ¡No¡ a la derecha que gobierna el país en estrecha relación con jerarcas como el mencionado Norberto Rivera.
Edgar González Ruiz
El papa Benedicto XVI expresó en Sao Paulo, Brasil, su deseo de visitar México, lo que podría ocurrir en julio de 2009, informaron fuentes del Vaticano.
El proyecto del pontífice fue dado a conocer a la directiva de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) en la comida privada que tuvo Ratzinger el 10 de mayo en el Monasterio de San Benito de Sao Paulo.
La confidencia de Ratzinger, quien en su lejana adolescencia militó en las juventudes nazis, podría ser un anticipo de su intención de participar en el Encuentro Mundial de las Familias, previsto para julio de 2009 en la ciudad de México.
Los obispos mexicanos han insistido en diversas ocasiones durante este año en la invitación para que el sucesor de San Pedro asista en persona al Encuentro, pero hasta ahora ha aceptado.
Por su parte, el arzobispo de México, Norberto Rivera, expresó su complacencia por el anuncio, afirmando que “Los mexicanos están continuamente donde el Papa está, ahora está Benedicto XVI, antes era Juan Pablo II pero se expresa por parte del pueblo mexicano la fe en el sucesor de Pedro, sea quien sea".
A lo largo de su pontificado, Juan Pablo II hizo varias visitas a México, desde 1979, en su primer viaje fuera de Europa, hasta 2002. Todos esos viajes fueron otras tantas campañas pontificias contra el estado laico contra los derechos y la libertad sexual, y en apoyo a la derecha mexicana que a partir del 2000 gobierna el país.
Sin el carisma de Wojtla, pero con similar espíritu conservador, Ratzinger pretende continuar la labor de Juan Pablo II, pero se encontrará con una sociedad mexicana más despierta, consciente y liberal, luego del fraude electoral de 2006.
Si efectivamente Ratzinger viene a México en julio de 2006, lo hará precisamente en el contexto de las campañas políticas de mediados de sexenio, con la presumible intención de ayudar al PAN a mantenerse en el poder y fortalecer el activismo antiabortista, que ha sido incapaz de frenar avances como la reciente despenalización del aborto en la ciudad de México.
El mencionado Encuentro Mundial de las Familias es un evento que promueve la ultraderecha católica y que tuvo su pasada edición en julio de 2006, cuando unas 150 personas, 50 de ellas desnudas, participaron en una marcha ciclista para protestar por la visita del Papa a Valencia, para inaugurar dicho encuentro. Los manifestantes hicieron notar el desmesurado gasto que, a su juicio, sufragaron el Ayuntamiento y la Generalitat para recibir al pontífice.
La visita de Benedicto XVI a México sería una oportunidad para repetir la experiencia del desnudo colectivo que hace poco organizó el artista Spencer Tunick en el Zócalo de la capital mexicana, con una asistencia cercana a las 20 mil personas. Sería la mejor forma de decirle ¡No¡ a la derecha que gobierna el país en estrecha relación con jerarcas como el mencionado Norberto Rivera.
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