Confesiones de Marta Sahagún
Confesiones de Marta Sahagún a la Rabina Anat Tagore
(La psicología de Sahagún; texto ligeramente adaptado de la obra Humillados y Ofendidos, de Fedor Dostoyevski)
“…Todo es para mí, y para mí ha sido creado el mundo entero…yo creo que todavía se puede vivir bien en la Tierra. Y es la mejor de las creencias, pues sin ella no sería posible vivir ni siquiera mal; habría que tomarse un veneno….Pero usted es poeta y yo una simple mortal; por eso digo que las cosas hay que enfocarlas desde el punto de vista más práctico y simple. Yo, por ejemplo, me he liberado hace tiempo de todas las trabas y de todos los deberes morales. Sólo me considero obligada cuando ello ha de reportarme algún beneficio. Usted, evidentemente, no puede enjuiciar las cosas así porque tiene trabados los pies y deteriorado el gusto. Siente la nostalgia del ideal y de la virtud. ….Amate a ti misma: ese es mi lema. La vida es una transacción comercial; no tire el dinero….Ahí radica mi código moral, por si necesita conocerlo; aunque, se lo confieso, me parece preferible no pagar al prójimo y obligarle a hacer las cosas de balde. Ni tengo ideales, ni los quiero, ni nunca los eché de menos. Puede uno vivir en este mundo muy alegremente y muy bien sin necesidad de ellos…Me gusta la distinción, el rango, los hoteles pero, sobre todo, sobre todo, los vestidos…en todos sus aspectos. …Jamás he sufrido por nada remordimientos de conciencia. Con tal de que me vayan bien las cosas, estoy de acuerdo con todo. Advierta a mis súbditos que no se rebelen contra mí. Soy vengativa y rencorosa y sé defender lo mío. No tengo ningún miedo a mis críticos, pues sin genero de duda, todo se realizará según mis deseos y si ahora les hago esta advertencia es, ante todo, por su bien, de lo contrario…sufrirán las consecuencias, que serán deplorables. Aún debieran estar agradecidos de que yo no haya procedido contra ellos como correspondía, aplicando con rigor la ley. Usted sabe, señora poeta, que las leyes velan por mi sosiego familiar…”
(La psicología de Sahagún; texto ligeramente adaptado de la obra Humillados y Ofendidos, de Fedor Dostoyevski)
“…Todo es para mí, y para mí ha sido creado el mundo entero…yo creo que todavía se puede vivir bien en la Tierra. Y es la mejor de las creencias, pues sin ella no sería posible vivir ni siquiera mal; habría que tomarse un veneno….Pero usted es poeta y yo una simple mortal; por eso digo que las cosas hay que enfocarlas desde el punto de vista más práctico y simple. Yo, por ejemplo, me he liberado hace tiempo de todas las trabas y de todos los deberes morales. Sólo me considero obligada cuando ello ha de reportarme algún beneficio. Usted, evidentemente, no puede enjuiciar las cosas así porque tiene trabados los pies y deteriorado el gusto. Siente la nostalgia del ideal y de la virtud. ….Amate a ti misma: ese es mi lema. La vida es una transacción comercial; no tire el dinero….Ahí radica mi código moral, por si necesita conocerlo; aunque, se lo confieso, me parece preferible no pagar al prójimo y obligarle a hacer las cosas de balde. Ni tengo ideales, ni los quiero, ni nunca los eché de menos. Puede uno vivir en este mundo muy alegremente y muy bien sin necesidad de ellos…Me gusta la distinción, el rango, los hoteles pero, sobre todo, sobre todo, los vestidos…en todos sus aspectos. …Jamás he sufrido por nada remordimientos de conciencia. Con tal de que me vayan bien las cosas, estoy de acuerdo con todo. Advierta a mis súbditos que no se rebelen contra mí. Soy vengativa y rencorosa y sé defender lo mío. No tengo ningún miedo a mis críticos, pues sin genero de duda, todo se realizará según mis deseos y si ahora les hago esta advertencia es, ante todo, por su bien, de lo contrario…sufrirán las consecuencias, que serán deplorables. Aún debieran estar agradecidos de que yo no haya procedido contra ellos como correspondía, aplicando con rigor la ley. Usted sabe, señora poeta, que las leyes velan por mi sosiego familiar…”
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