Campaña fecal contra la obesidad
Campaña contra la obesidad: hay que comenzar por Carstens
Edgar González Ruiz
Nacido del fraude, el gobierno fecal se ha mantenido en el poder con el apoyo de sectores empresariales, de las televisoras y otros medios de comunicación, del ejército y de la jerarquía católica.
Ha recurrido al coro mediático dictado por los empresarios para crear consignas que le permitan gobernar en perjuicio de los sectores mayortiarios: asustar a la gente con el narcotráfico y con los secuestros, para militarizar el país; tratar de unir a la población en apoyo de Fecal fabricando falsas emergencias como la supuesta epidemia de influenza del año pasado; desacreditar a la educación pública, para favorecer a las escuelas privadas; o a los sindicatos para arrebatarle prestaciones y conquistas al pueblo de México.
Ahora, los medios sumisos al poder derechista están asustando a la población usando de manera desmesurada y alarmista, el espantajo de la obesidad, supuesto peligro del que, nuevamente, como en el caso de la influuenza, Fecal pretende erigirse en salvador.
Desde hace meses, el fraudulento gobierno federal ha difundido, por ejemplo en mamparas colocadas en puntos estratégicos de la ciudad, carteles donde se ilustran los peligros del comer excesivamente con la imagen de un señor que devora un enorme y evidentemente muy costoso emparedado, lujo que obviamente no está al alcance de muchas personas del pueblo, que, para empezar, no tienen recursos para comer de esa manera.
Las campañas fecales buscan hacer que la gente pobre se identifique con los potentados: que crea que tiene tanto dinero que puede ser víctima de un secuestro, o que puede darse el lujo de comer ilimitadamente.
Obviamente, los trabajadores despedidos del SME y de otros sindicatos y sectores agredidos por el gobierno Fecal no tienen para comer como lo hacen Carstens, el exombudsamn Soberanes y Gómez Mont, el secretario espurio de Gobernación, por mencionar sólo tres de los casos más notorios.
Si de verdad el gobierno federal quisiera dar ejemplo de cómo combatir la obesidad, con ellos debería comenzar,pero podemos estar seguros de que esos y otros personajes privilegiados seguirán engordando cada día más mientras la derecha siga gobernando.
Pero lo peor de todo es que esas campañas, que de manera hipócrita pretenden beneficiar al pueblo, se están usando para promover medidas contra la economía popular.
Por ello, ya hay comentaristas de los medios que están impulsando la perversa idea de evdidente inspiración fecal, de poner impuestos a los alimentos populares para evitar que la gente coma demasiado.
Sin duda, se trata de algo mucho peor que la ingenua actitud de la reina María Antonieta de Francia, que ante el pueblo hambriento, que no tenía pan, le ofrecía como solución comer pasteles.
Con Fecal es peor: el pueblo está cada vez más empobrecido, abrumado por impuestos sy aumentos de precios; día con día el gobierno derechista lo despoja en forma más inmisericorde. Ante ello, Fecal dice: que los medios hagan una campaña contra la obesidad, para ponerle impuestos a los alimentos básicos, y que convenzan al pueblo de que es por su bien, pues mientras menos coma, su salud será mejor.
Así gobierna el PAN, que por si fuera poco, arbitrariamente está implantando medidas policacas contra la población, como el llamado "registro de celulares", que implican más molestias para todas las personas, y las hacen más vulnerables a la represión de un gobierno de origen ilegítimo.
Edgar González Ruiz
Nacido del fraude, el gobierno fecal se ha mantenido en el poder con el apoyo de sectores empresariales, de las televisoras y otros medios de comunicación, del ejército y de la jerarquía católica.
Ha recurrido al coro mediático dictado por los empresarios para crear consignas que le permitan gobernar en perjuicio de los sectores mayortiarios: asustar a la gente con el narcotráfico y con los secuestros, para militarizar el país; tratar de unir a la población en apoyo de Fecal fabricando falsas emergencias como la supuesta epidemia de influenza del año pasado; desacreditar a la educación pública, para favorecer a las escuelas privadas; o a los sindicatos para arrebatarle prestaciones y conquistas al pueblo de México.
Ahora, los medios sumisos al poder derechista están asustando a la población usando de manera desmesurada y alarmista, el espantajo de la obesidad, supuesto peligro del que, nuevamente, como en el caso de la influuenza, Fecal pretende erigirse en salvador.
Desde hace meses, el fraudulento gobierno federal ha difundido, por ejemplo en mamparas colocadas en puntos estratégicos de la ciudad, carteles donde se ilustran los peligros del comer excesivamente con la imagen de un señor que devora un enorme y evidentemente muy costoso emparedado, lujo que obviamente no está al alcance de muchas personas del pueblo, que, para empezar, no tienen recursos para comer de esa manera.
Las campañas fecales buscan hacer que la gente pobre se identifique con los potentados: que crea que tiene tanto dinero que puede ser víctima de un secuestro, o que puede darse el lujo de comer ilimitadamente.
Obviamente, los trabajadores despedidos del SME y de otros sindicatos y sectores agredidos por el gobierno Fecal no tienen para comer como lo hacen Carstens, el exombudsamn Soberanes y Gómez Mont, el secretario espurio de Gobernación, por mencionar sólo tres de los casos más notorios.
Si de verdad el gobierno federal quisiera dar ejemplo de cómo combatir la obesidad, con ellos debería comenzar,pero podemos estar seguros de que esos y otros personajes privilegiados seguirán engordando cada día más mientras la derecha siga gobernando.
Pero lo peor de todo es que esas campañas, que de manera hipócrita pretenden beneficiar al pueblo, se están usando para promover medidas contra la economía popular.
Por ello, ya hay comentaristas de los medios que están impulsando la perversa idea de evdidente inspiración fecal, de poner impuestos a los alimentos populares para evitar que la gente coma demasiado.
Sin duda, se trata de algo mucho peor que la ingenua actitud de la reina María Antonieta de Francia, que ante el pueblo hambriento, que no tenía pan, le ofrecía como solución comer pasteles.
Con Fecal es peor: el pueblo está cada vez más empobrecido, abrumado por impuestos sy aumentos de precios; día con día el gobierno derechista lo despoja en forma más inmisericorde. Ante ello, Fecal dice: que los medios hagan una campaña contra la obesidad, para ponerle impuestos a los alimentos básicos, y que convenzan al pueblo de que es por su bien, pues mientras menos coma, su salud será mejor.
Así gobierna el PAN, que por si fuera poco, arbitrariamente está implantando medidas policacas contra la población, como el llamado "registro de celulares", que implican más molestias para todas las personas, y las hacen más vulnerables a la represión de un gobierno de origen ilegítimo.
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