El Salvador: los recursos del fraude
El Salvador:
Los recursos del fraude
Edgar González Ruiz
En vísperas de las elecciones presidenciales en El Salvador, se espera que el ultraderechista partido ARENA tratará de cometer fraude contra el FMLN, cuyo candidato Mauricio Funes ha sido el favorito en las preferencias populares.
Testimonios personales y notas de prensa esbozan un escenario similar al que protagonizó la derecha en México en 2006. Donde el fraude fue precedido de la llamada “guerra sucia” de empresarios y medios de comunicación contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
En esa campaña truculenta ha participado, igual que en México, el derechista español Antonio Solá Reche, quien en su país tiene una empresa de publicidad denominada Ostos y Solá. Dicho personaje se especializa en hacer campañas basadas en la agresión contra los opositores de la derecha, con lo que gana mucho dinero a costa de dividir a la sociedad.
Otra estrategia que se ha denunciado en ese país, y que se usó también en México hace tres años, fue la manipulación de encuestas, para hacer creer a la gente que mágicamente, el candidato de la derecha, el expolicía Rodrigo Avila, de la noche a la mañana había superado a su rival.
Tanto Avila como su partido se adaptan muy bien a las tendencias internacionales en boga, de gobernar mediante la militarización, alegando que la defensa de los capitalistas debe ser prioridad.
Su oferta es “mano dura” y sumisión a los proyectos de la jerarquía católica, por lo que dice que va a gobernar “con valores cristianos”. Aunque era muy joven, durante la guerra civil, a fines de los 80, Avila fue francotirador del ejército y como tal asesinó a izquierdistas, de lo cual se ha ufanado en una entrevista con estas palabras: 'Yo me siento bien (de haber matado), porque si no lo hubiera hecho no estaría ahora hablando con ustedes.
El ahora ingeniero de 44 años es un declarado admirador del mayor Roberto D'Abuisson, fundador de ARENA y acusado de dirigir escuadrones de la muerte, encargados de eliminar guerrilleros o colaborares del FMLN, e incluso de ordenar la muerte del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en 1980.
Horas antes de las elecciones, ha sido visible en la capital salvadoreña la concentración ilegal de partidarios de ARENA en oficinas del gobierno, además de que se denunciaban maniobras oficialistas para alterar el resultado de los comicios, mediante trampas cometidas en las urnas como hizo el PAN en México en 2006.
Otra coincidencia con la guerra sucia derechista en ambos países es la intervención de jerarcas católicos para apoyar al oficialismo. En el caso de El Salvador, el 14 de marzo, apenas unas horas antes de las elecciones, el obispo del Ordenariato Militar, Fabio Colindrés, ofició una misa para pedirle a Dios el triunfo del militarista Avila, que sólo podría lograr mediante el fraude.
El acto religioso, que tuvo lugar en la capilla de las fuerzas armadas, inició a la seis de la tarde y contó con la presencia de amigos, familiares y el compañero de fórmula de Ávila, Arturo Zablah. Durante la misa se pidió por el triunfo de la ultraderecha, para que la "amenaza comunista", es decir, el FMLN, no llegue al país.
Empero, la ultraderecha salvadoreña no contará esta vez con su gran aliado internacional que era el gobierno también extremista de Bush, y para Obama será un reto el respaldar en El Salvador un gobierno extremista nacido del fraude.
Por otro lado, es indudable que ARENA y sus beneficiarios, como son algunos empresarios y jerarcas católicos, harán lo imposible para retener el poder, evitando la alternancia, pero la gran interrogante es cómo responderá el FMLN y el pueblo de esa nación, que harían bien en tener en cuenta lo indeseable que es ceder ante la guerra sucia, el fraude y la imposición, como ocurrió en México hace tres años.
Los recursos del fraude
Edgar González Ruiz
En vísperas de las elecciones presidenciales en El Salvador, se espera que el ultraderechista partido ARENA tratará de cometer fraude contra el FMLN, cuyo candidato Mauricio Funes ha sido el favorito en las preferencias populares.
Testimonios personales y notas de prensa esbozan un escenario similar al que protagonizó la derecha en México en 2006. Donde el fraude fue precedido de la llamada “guerra sucia” de empresarios y medios de comunicación contra el candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador.
En esa campaña truculenta ha participado, igual que en México, el derechista español Antonio Solá Reche, quien en su país tiene una empresa de publicidad denominada Ostos y Solá. Dicho personaje se especializa en hacer campañas basadas en la agresión contra los opositores de la derecha, con lo que gana mucho dinero a costa de dividir a la sociedad.
Otra estrategia que se ha denunciado en ese país, y que se usó también en México hace tres años, fue la manipulación de encuestas, para hacer creer a la gente que mágicamente, el candidato de la derecha, el expolicía Rodrigo Avila, de la noche a la mañana había superado a su rival.
Tanto Avila como su partido se adaptan muy bien a las tendencias internacionales en boga, de gobernar mediante la militarización, alegando que la defensa de los capitalistas debe ser prioridad.
Su oferta es “mano dura” y sumisión a los proyectos de la jerarquía católica, por lo que dice que va a gobernar “con valores cristianos”. Aunque era muy joven, durante la guerra civil, a fines de los 80, Avila fue francotirador del ejército y como tal asesinó a izquierdistas, de lo cual se ha ufanado en una entrevista con estas palabras: 'Yo me siento bien (de haber matado), porque si no lo hubiera hecho no estaría ahora hablando con ustedes.
El ahora ingeniero de 44 años es un declarado admirador del mayor Roberto D'Abuisson, fundador de ARENA y acusado de dirigir escuadrones de la muerte, encargados de eliminar guerrilleros o colaborares del FMLN, e incluso de ordenar la muerte del arzobispo Oscar Arnulfo Romero en 1980.
Horas antes de las elecciones, ha sido visible en la capital salvadoreña la concentración ilegal de partidarios de ARENA en oficinas del gobierno, además de que se denunciaban maniobras oficialistas para alterar el resultado de los comicios, mediante trampas cometidas en las urnas como hizo el PAN en México en 2006.
Otra coincidencia con la guerra sucia derechista en ambos países es la intervención de jerarcas católicos para apoyar al oficialismo. En el caso de El Salvador, el 14 de marzo, apenas unas horas antes de las elecciones, el obispo del Ordenariato Militar, Fabio Colindrés, ofició una misa para pedirle a Dios el triunfo del militarista Avila, que sólo podría lograr mediante el fraude.
El acto religioso, que tuvo lugar en la capilla de las fuerzas armadas, inició a la seis de la tarde y contó con la presencia de amigos, familiares y el compañero de fórmula de Ávila, Arturo Zablah. Durante la misa se pidió por el triunfo de la ultraderecha, para que la "amenaza comunista", es decir, el FMLN, no llegue al país.
Empero, la ultraderecha salvadoreña no contará esta vez con su gran aliado internacional que era el gobierno también extremista de Bush, y para Obama será un reto el respaldar en El Salvador un gobierno extremista nacido del fraude.
Por otro lado, es indudable que ARENA y sus beneficiarios, como son algunos empresarios y jerarcas católicos, harán lo imposible para retener el poder, evitando la alternancia, pero la gran interrogante es cómo responderá el FMLN y el pueblo de esa nación, que harían bien en tener en cuenta lo indeseable que es ceder ante la guerra sucia, el fraude y la imposición, como ocurrió en México hace tres años.
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