Fecal: raíces de su política religiosa
Fecal:
Raíces de su política religiosa
Edgar González Ruiz
A más de dos años de haber asumido la presidencia de México mediante el fraude electoral, con el apoyo de la jerarquía católica, de empresarios, y del ejército, Felipe Calderón (Fecal) se siente suficientemente poderoso para manifestar abiertamente sus convicciones conservadoras, contrarias al estado laico.
A la seguridad de Fecal contribuye el oportunismo de políticos, como los agrupados en la llamada “Nueva izquierda”, interesados en obtener beneficios acercándose a su gobierno, así como la manipulación cotidiana que llevan a cabo Televisa y otros medios para difundir las consignas oficialistas tendientes a hacer olvidar el origen ilegítimo de la presidencia de Fecal, quien pretende justificar la militarización del país mediante la infantil historia de la “lucha contra el narco”.
Por enésima ocasión se demuestra que eran mentirosas las consideraciones que en su momento difundieron muchos comunicadores y analistas vinculados al poder, para deslindar a los gobernantes panistas, y en particular a Fecal, de los proyectos de la extrema derecha.
En efecto, el pasado 14 de enero, durante su participación en el VI Encuentro Mundial de las Familias, evento organizado por el Vaticano y al que acuden personajes de la extrema derecha de diversos países, Fecal expresó clara y abiertamente su apoyo al conservadurismo católico que se opone al estado laico.
Fecal dio la bienvenida a los asistentes a la que llamó “la tierra de María de Guadalupe y de San Juan Diego”. El presidente espurio fue recibido por asistentes que corearon: “Nuestro Presidente católico…”, convicción que durante su discurso confirmó: “Sean ustedes bienvenidos –dijo– a esta tierra de María de Guadalupe y de San Juan Diego y también de los mártires de la persecución…”.
Recordó que su “santo patrono” es San Felipe de Jesús y su formación y educación se forjó con maristas, con las Misioneras del Espíritu Santo, las hermanas del Verbo Encarnado y las Guadalupanas del Plancarte. Las hermanas de la Asunción, añadió, “son ahora quienes educan a mis hijos”.
En el escenario principal las banderas de México y El Vaticano fueron colocadas detrás del atril desde el cual Calderón Hinojosa y los jerarcas católicos se dirigieron a los asistentes.
Con esas afirmaciones, Calderón se mostró fiel a sus raíces familiares y partidistas, que incluyen la idealización del movimiento cristero como parte de la lucha derechista contra el estado laico.
La oposición al estado laico y la reivindicación del conservadurismo católico es la tendencia prevaleciente en el PAN y en sus ancestros, como la Unión Nacional Sinarquista y como los Cristeros. Hay que recordar que el padre de Fecal, Luis Calderón Vega, uno de los fundadores del PAN, expresó en los años 60 exactamente los proyectos que Fecal está llevando a la práctica, desde el respaldo oficial al clero hasta el ataque sistemático contra la educación pública.
Raíces de Fecal
En 1964, el padre de Fecal, quien era feroz enemigo de los protestantes, publicó el libro El 96.47 por ciento de los Mexicanos (impreso por Fimax Publicistas, en Morelia), donde haciendo referencia a la cifra de católicos en el Censo de Población de 1960, Calderón Vega alegaba que la identidad mexicana es católica desde que “La Nación Mexicana fue bautizada en la Fe Católica Apostólica y Romana que trajeron los primeros franciscanos… precedidos por los conquistadores que, en nombre de Dios Todopoderoso y de sus católicas majestades, tomaron posesión de estas tierras” (p. 17).
Ciertamente, basta leer las Cartas de Relación de Hernán Cortes a Carlos V, para encontrar en la doble moral de ese criminal conquistador, en los asesinatos perpetrados contra los indígenas casi indefensos ante la superioridad militar de los españoles, y justificados por el supuesto designio de Dios, el espíritu abusivo que sigue animando a los panistas de nuestros días.
Asimismo, Calderón Vega defendía en su libro a los conservadores que trajeron a Maximiliano, recurriendo para ello a una retórica tramposa y visceral que perfectamente asimiló su hijo Fecal; leemos: “De ningún modo podríamos sumarnos al coro demagógico y farisaico de quienes califican de traidores a nuestros – de ellos y de nosotros- abuelos conservadores. No lo fueron. No había en sus propósitos ni interés ni desvergüenza sino ardiente patriotismo…” (p. 65)
En su libro, el padre de Fecal apuntó las ideas que han animado la política educativa de su hijo: oponerse a la educación laica y en general a la educación pública, estimular la educación privada, y fortalecer a grupos de la ultraderecha como la Unión Nacional de Padres de Familia; Calderón Vega lamentaba que pese a las convocatorias de los obispos, sólo un “porcentaje mínimo de los padres de familia de las escuelas particulares” cooperaban con ese grupo.
Según el padre de Fecal, los niños católicos mexicanos, a semejanza de lo que ocurría en Estados Unidos, no debería ir a escuelas públicas, sino asistir a instituciones regenteadas por el clero; también convocaba a los empresarios a no apoyar a instituciones de educación pública, porque las consideraba “demagógicas”, sino apoyar únicamente a instituciones privadas.
Por increíble que parezca, Calderón Vega se oponía abiertamente a la gratuidad de la educación, de la cual decía en su libro: “…el hábito de la gratuidad de la enseñanza en México ha frustrado muchos esfuerzos. La mentalidad pordiosera de muchos hombres de fortuna ha impedido la formación de una conciencia creadora y educadora. No les importa que los altos centros de estudios estén saturados de peligros para la conciencia moral y para la fe de los estudiantes…” (p. 122).
En fin, en la obra mencionada, Calderón Vega afirmaba lisa y llanamente que la Iglesia Católica es “la más alta autoridad del mundo y de la historia” (p. 134)
Más allá de las familias
Por otra parte, la actitud de Fecal en el Encuentro de las Familias, marca en la historia reciente una nueva etapa en el ataque al estado laico, pues en el pasado, tanto él como otros funcionarios panistas se habían sentido obligados a moderar o esconder sus tendencias confesionales. Cabe recordar que en inicio del sexenio de Fox sólo Carlos Abascal hacía alardes de mochería comparables a las declaraciones recientes de Fecal.
Fecal estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala, de Norberto Rivera Carrera, del presidente del Consejo Pontificio de la Familia, Enrico Antonelli; y del titular de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, prelado muy proclive al protagonismo político, quien presentó a Zavala como alguien “querida por todo el pueblo”.
Fecal se dirigió a un auditorio conformado por cientos de personas provenientes de diferentes países, y de grupos como los Legionarios de Cristo, los Heraldos del Evangelio, y los Caballeros de Colón, Red Familia, el Foro Español de la Familia y Population Research Institute, organización fundada en EU por Steve Mosher, partidario de Bush, y que tiene actividades también en Perú, país donde la jerarquía católica tiene gran fuerza en las instituciones.
Añadió el mandatario espurio que “Los eventos que promuevan valores, independientemente de su religión, siempre serán bienvenidos, al igual que el Papa Benedicto XVI, a quien extrañamos y esperamos con los brazos abiertos”.
En el evento estuvo presente también el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, expresidente el grupo extremista Testimonio y Esperanza, e identificado como integrante del Yunque, mientras en Morelos, entidad donde se ha otorgado gran apoyo a la jerarquía católica, varios templos de esa religión ostentaban en sus altares las banderas de México y del Vaticano, con el pretexto de que era para resaltar la importancia del mencionado Encuentro.
A pesar de todo el alarde publicitario que la acompañó, dicha reunión no logró despertar el interés de la sociedad mexicana, simplemente porque en ella no ha prevalecido una cultura católica, sino valores liberales, como el respeto a las decisiones personales; en ese contexto nacional donde los valores familiares se refieren a la solidaridad, el apoyo hacia los más necesitados, la justicia, etc, resultan exóticas las nociones conservadoras del Vaticano que identifican la “defensa de la familia” con proyectos como encarcelar a las mujeres que aborten, rechazar el uso de anticonceptivos y el divorcio, estigmatizar a los homosexuales, y censurar las expresiones del erotismo y la sexualidad.
Precisamente, al calor del apoyo Fecal y pontificio a dicha reunión donde se promovió el puritanismo, las autoridades municipales de Guanajuato, encabezadas por el panista Eduardo Romero Hicks, trataron de prohibir los besos en la vía pública, decisión de la que rápidamente tuvieron que retractarse ante las protestas de la opinión pública que trascendieron incluso a la capital del país y que tuvieron lugar en el inicio de un año electoral crucial para los panistas.
Sin embargo, la jerarquía católica y el PAN tienen objetivos mucho más amplios que la infructuosa lucha legal y mediática contra el ejercicio de la sexualidad, y contemplan, por ejemplo, la imposición de la educación confesional y la penetración de la jerarquía católica en las diversas instituciones, incluyendo el ejército.
Por ello, como corolario del mencionado Encuentro de las Familias, a partir del lunes 19 de enero, en Querétaro, otra de las entidades gobernadas por el PAN y por ende, por la jerarquía católica, los activistas de la ultraderecha llevaron a cabo otro evento donde manifestaron abiertamente su oposición al laicismo.
En el Teatro de la República, sede de la promulgación de la Constitución Mexicana, el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, llamó a los rectores de universidades católicas y a jerarcas católicos a “evangelizar la educación y la cultura”, e hizo alarde de haber tomado la “sede histórica del laicismo", alegando que este no debe ser el del siglo XIX, sino que deben aceptarse los lineamientos clericales.
Ante el Secretario de Gobierno del Estado de Querétaro, Alfredo Botello Montes y el alcalde de Querétaro, Manuel González Valle, ambos emanados del PAN, llamó a “evangelizar” la educación y la cultura en nuestro país, y aludiendo al apoyo que el clero está recibiendo por parte de Fecal afirmó que "estamos en un nuevo momento del protagonismo de los católicos laicos competentes".
En el momento actual, la sociedad mexicana tiene que actuar directamente, al margen de políticos convenencieros y de “instituciones” controladas por un gobierno de origen fraudulento, para garantizar y defender el estado laico, por lo que es importante recurrir a las movilizaciones y protestas directas, sea en oficinas de la jerarquía católica o en las sedes del PAN, donde muchas veces, y en especial en la ciudad de México, los políticos de ese partido trabajan a puertas cerradas, sabiendo que no tienen las simpatías de la población.
La jerarquía y el gobierno federal tienen tal temor a esas protestas, que desde hace tiempo la Catedral está resguardada por policías federales que actúan por consigna de Perverto Rivera; sin embargo, el arzobispado y el episcopado, tienen otras oficinas donde se puede protestar.
Hay que hacer a un lado la manipulación de Televisa y de periodistas oportunistas o temerosos de perder su empleo, que tratan de dictar a la gente cuáles deben ser sus prioridades, y que por tanto evitan referirse al peligro teocrático que implica la continuidad del PAN en el poder; por ello, la lucha en defensa del estado laico es hoy en día, necesariamente, una lucha política y electoral contra el PAN.
Raíces de su política religiosa
Edgar González Ruiz
A más de dos años de haber asumido la presidencia de México mediante el fraude electoral, con el apoyo de la jerarquía católica, de empresarios, y del ejército, Felipe Calderón (Fecal) se siente suficientemente poderoso para manifestar abiertamente sus convicciones conservadoras, contrarias al estado laico.
A la seguridad de Fecal contribuye el oportunismo de políticos, como los agrupados en la llamada “Nueva izquierda”, interesados en obtener beneficios acercándose a su gobierno, así como la manipulación cotidiana que llevan a cabo Televisa y otros medios para difundir las consignas oficialistas tendientes a hacer olvidar el origen ilegítimo de la presidencia de Fecal, quien pretende justificar la militarización del país mediante la infantil historia de la “lucha contra el narco”.
Por enésima ocasión se demuestra que eran mentirosas las consideraciones que en su momento difundieron muchos comunicadores y analistas vinculados al poder, para deslindar a los gobernantes panistas, y en particular a Fecal, de los proyectos de la extrema derecha.
En efecto, el pasado 14 de enero, durante su participación en el VI Encuentro Mundial de las Familias, evento organizado por el Vaticano y al que acuden personajes de la extrema derecha de diversos países, Fecal expresó clara y abiertamente su apoyo al conservadurismo católico que se opone al estado laico.
Fecal dio la bienvenida a los asistentes a la que llamó “la tierra de María de Guadalupe y de San Juan Diego”. El presidente espurio fue recibido por asistentes que corearon: “Nuestro Presidente católico…”, convicción que durante su discurso confirmó: “Sean ustedes bienvenidos –dijo– a esta tierra de María de Guadalupe y de San Juan Diego y también de los mártires de la persecución…”.
Recordó que su “santo patrono” es San Felipe de Jesús y su formación y educación se forjó con maristas, con las Misioneras del Espíritu Santo, las hermanas del Verbo Encarnado y las Guadalupanas del Plancarte. Las hermanas de la Asunción, añadió, “son ahora quienes educan a mis hijos”.
En el escenario principal las banderas de México y El Vaticano fueron colocadas detrás del atril desde el cual Calderón Hinojosa y los jerarcas católicos se dirigieron a los asistentes.
Con esas afirmaciones, Calderón se mostró fiel a sus raíces familiares y partidistas, que incluyen la idealización del movimiento cristero como parte de la lucha derechista contra el estado laico.
La oposición al estado laico y la reivindicación del conservadurismo católico es la tendencia prevaleciente en el PAN y en sus ancestros, como la Unión Nacional Sinarquista y como los Cristeros. Hay que recordar que el padre de Fecal, Luis Calderón Vega, uno de los fundadores del PAN, expresó en los años 60 exactamente los proyectos que Fecal está llevando a la práctica, desde el respaldo oficial al clero hasta el ataque sistemático contra la educación pública.
Raíces de Fecal
En 1964, el padre de Fecal, quien era feroz enemigo de los protestantes, publicó el libro El 96.47 por ciento de los Mexicanos (impreso por Fimax Publicistas, en Morelia), donde haciendo referencia a la cifra de católicos en el Censo de Población de 1960, Calderón Vega alegaba que la identidad mexicana es católica desde que “La Nación Mexicana fue bautizada en la Fe Católica Apostólica y Romana que trajeron los primeros franciscanos… precedidos por los conquistadores que, en nombre de Dios Todopoderoso y de sus católicas majestades, tomaron posesión de estas tierras” (p. 17).
Ciertamente, basta leer las Cartas de Relación de Hernán Cortes a Carlos V, para encontrar en la doble moral de ese criminal conquistador, en los asesinatos perpetrados contra los indígenas casi indefensos ante la superioridad militar de los españoles, y justificados por el supuesto designio de Dios, el espíritu abusivo que sigue animando a los panistas de nuestros días.
Asimismo, Calderón Vega defendía en su libro a los conservadores que trajeron a Maximiliano, recurriendo para ello a una retórica tramposa y visceral que perfectamente asimiló su hijo Fecal; leemos: “De ningún modo podríamos sumarnos al coro demagógico y farisaico de quienes califican de traidores a nuestros – de ellos y de nosotros- abuelos conservadores. No lo fueron. No había en sus propósitos ni interés ni desvergüenza sino ardiente patriotismo…” (p. 65)
En su libro, el padre de Fecal apuntó las ideas que han animado la política educativa de su hijo: oponerse a la educación laica y en general a la educación pública, estimular la educación privada, y fortalecer a grupos de la ultraderecha como la Unión Nacional de Padres de Familia; Calderón Vega lamentaba que pese a las convocatorias de los obispos, sólo un “porcentaje mínimo de los padres de familia de las escuelas particulares” cooperaban con ese grupo.
Según el padre de Fecal, los niños católicos mexicanos, a semejanza de lo que ocurría en Estados Unidos, no debería ir a escuelas públicas, sino asistir a instituciones regenteadas por el clero; también convocaba a los empresarios a no apoyar a instituciones de educación pública, porque las consideraba “demagógicas”, sino apoyar únicamente a instituciones privadas.
Por increíble que parezca, Calderón Vega se oponía abiertamente a la gratuidad de la educación, de la cual decía en su libro: “…el hábito de la gratuidad de la enseñanza en México ha frustrado muchos esfuerzos. La mentalidad pordiosera de muchos hombres de fortuna ha impedido la formación de una conciencia creadora y educadora. No les importa que los altos centros de estudios estén saturados de peligros para la conciencia moral y para la fe de los estudiantes…” (p. 122).
En fin, en la obra mencionada, Calderón Vega afirmaba lisa y llanamente que la Iglesia Católica es “la más alta autoridad del mundo y de la historia” (p. 134)
Más allá de las familias
Por otra parte, la actitud de Fecal en el Encuentro de las Familias, marca en la historia reciente una nueva etapa en el ataque al estado laico, pues en el pasado, tanto él como otros funcionarios panistas se habían sentido obligados a moderar o esconder sus tendencias confesionales. Cabe recordar que en inicio del sexenio de Fox sólo Carlos Abascal hacía alardes de mochería comparables a las declaraciones recientes de Fecal.
Fecal estuvo acompañado por su esposa, Margarita Zavala, de Norberto Rivera Carrera, del presidente del Consejo Pontificio de la Familia, Enrico Antonelli; y del titular de la Conferencia del Episcopado Mexicano, Carlos Aguiar Retes, prelado muy proclive al protagonismo político, quien presentó a Zavala como alguien “querida por todo el pueblo”.
Fecal se dirigió a un auditorio conformado por cientos de personas provenientes de diferentes países, y de grupos como los Legionarios de Cristo, los Heraldos del Evangelio, y los Caballeros de Colón, Red Familia, el Foro Español de la Familia y Population Research Institute, organización fundada en EU por Steve Mosher, partidario de Bush, y que tiene actividades también en Perú, país donde la jerarquía católica tiene gran fuerza en las instituciones.
Añadió el mandatario espurio que “Los eventos que promuevan valores, independientemente de su religión, siempre serán bienvenidos, al igual que el Papa Benedicto XVI, a quien extrañamos y esperamos con los brazos abiertos”.
En el evento estuvo presente también el gobernador de Morelos, Marco Antonio Adame, expresidente el grupo extremista Testimonio y Esperanza, e identificado como integrante del Yunque, mientras en Morelos, entidad donde se ha otorgado gran apoyo a la jerarquía católica, varios templos de esa religión ostentaban en sus altares las banderas de México y del Vaticano, con el pretexto de que era para resaltar la importancia del mencionado Encuentro.
A pesar de todo el alarde publicitario que la acompañó, dicha reunión no logró despertar el interés de la sociedad mexicana, simplemente porque en ella no ha prevalecido una cultura católica, sino valores liberales, como el respeto a las decisiones personales; en ese contexto nacional donde los valores familiares se refieren a la solidaridad, el apoyo hacia los más necesitados, la justicia, etc, resultan exóticas las nociones conservadoras del Vaticano que identifican la “defensa de la familia” con proyectos como encarcelar a las mujeres que aborten, rechazar el uso de anticonceptivos y el divorcio, estigmatizar a los homosexuales, y censurar las expresiones del erotismo y la sexualidad.
Precisamente, al calor del apoyo Fecal y pontificio a dicha reunión donde se promovió el puritanismo, las autoridades municipales de Guanajuato, encabezadas por el panista Eduardo Romero Hicks, trataron de prohibir los besos en la vía pública, decisión de la que rápidamente tuvieron que retractarse ante las protestas de la opinión pública que trascendieron incluso a la capital del país y que tuvieron lugar en el inicio de un año electoral crucial para los panistas.
Sin embargo, la jerarquía católica y el PAN tienen objetivos mucho más amplios que la infructuosa lucha legal y mediática contra el ejercicio de la sexualidad, y contemplan, por ejemplo, la imposición de la educación confesional y la penetración de la jerarquía católica en las diversas instituciones, incluyendo el ejército.
Por ello, como corolario del mencionado Encuentro de las Familias, a partir del lunes 19 de enero, en Querétaro, otra de las entidades gobernadas por el PAN y por ende, por la jerarquía católica, los activistas de la ultraderecha llevaron a cabo otro evento donde manifestaron abiertamente su oposición al laicismo.
En el Teatro de la República, sede de la promulgación de la Constitución Mexicana, el secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, llamó a los rectores de universidades católicas y a jerarcas católicos a “evangelizar la educación y la cultura”, e hizo alarde de haber tomado la “sede histórica del laicismo", alegando que este no debe ser el del siglo XIX, sino que deben aceptarse los lineamientos clericales.
Ante el Secretario de Gobierno del Estado de Querétaro, Alfredo Botello Montes y el alcalde de Querétaro, Manuel González Valle, ambos emanados del PAN, llamó a “evangelizar” la educación y la cultura en nuestro país, y aludiendo al apoyo que el clero está recibiendo por parte de Fecal afirmó que "estamos en un nuevo momento del protagonismo de los católicos laicos competentes".
En el momento actual, la sociedad mexicana tiene que actuar directamente, al margen de políticos convenencieros y de “instituciones” controladas por un gobierno de origen fraudulento, para garantizar y defender el estado laico, por lo que es importante recurrir a las movilizaciones y protestas directas, sea en oficinas de la jerarquía católica o en las sedes del PAN, donde muchas veces, y en especial en la ciudad de México, los políticos de ese partido trabajan a puertas cerradas, sabiendo que no tienen las simpatías de la población.
La jerarquía y el gobierno federal tienen tal temor a esas protestas, que desde hace tiempo la Catedral está resguardada por policías federales que actúan por consigna de Perverto Rivera; sin embargo, el arzobispado y el episcopado, tienen otras oficinas donde se puede protestar.
Hay que hacer a un lado la manipulación de Televisa y de periodistas oportunistas o temerosos de perder su empleo, que tratan de dictar a la gente cuáles deben ser sus prioridades, y que por tanto evitan referirse al peligro teocrático que implica la continuidad del PAN en el poder; por ello, la lucha en defensa del estado laico es hoy en día, necesariamente, una lucha política y electoral contra el PAN.
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