Wednesday, January 31, 2007

Fecal en España

La derecha mexicana en España: intrigas palaciegas
Edgar González Ruiz

El pleito de Espino contra Calderón, que el primero de ellos pretende negar y las voces oficialistas lo interpretan a su manera, ya ha trascendido a la esfera internacional, primero con la frustrada asistencia de Fox a la reunión de la ODCA, que encabeza Manuel Espino, y luego con las críticas de este último a la supuesta ineficacia de la política antiterrorista de Rodríguez Zapatero.
El lunes pasado, al inicio de la gira de Calderón en España, el periódico La Razón, de ese país, publicó declaraciones de Espino en el sentido de que "Al crimen hay que combatirlo, no dialogar con él, como hace Zapatero".
Desde el punto de vista del controvertido dirigente panista, las declaraciones se usaron insidiosamente, dado que las había hecho algunos días antes, lo cual en todo caso no lo exculpa de haber propiciado el deterioro de las relaciones entre Calderón y Rodríguez Zapatero, con el agravante de que son un mal pago del PAN hacia el mandatario español, quien haciendo causa común con la derecha internacional, tanto apoyó a Calderón en el conflicto poselectoral, actitud que todavía es motivo de indignación y especulaciones entre la izquierda nacional e internacional.
Más todavía, en su extraño afán por proteger al gobierno mexicano, desde los tiempos de Fox, el encabezado por Rodríguez Zapatero ha sido bastante complaciente ante las agresiones que han sufrido ciudadanos y ciudadanas españolas en nuestro país, justificadas con el supuesto combate a los disturbios y al terrorismo. Cabe recordar, por ejemplo, que el año pasado varias españolas fueron vejadas por la policía mexicana y expulsadas del país, acusadas de apoyar a los disidentes de Atenco.
En lo inmediato, el episodio protagonizado por Espino forma parte de una secuela de intrigas palaciegas, donde el panista fue víctima de sus propios alardes de peleador callejero, como él mismo se exhibió en la época de las campañas, de tal suerte que muchos medios, tanto críticos como oficialistas, tuvieron tela de dónde cortar para ponerlo en una situación difícil.
Sin embargo, sus declaraciones eran precisamente el eco de las críticas del PP y de la derecha internacional, de la que Espino es uno de sus dirigentes, contra el gobierno de Rodríguez Zapatero, pues la derecha pregona la intolerancia y el militarismo contra ciertas formas de terrorismo, pues otras, como el que ha ejercido el anticastrismo cubano, con personajes como Posada Carriles, y el que lleva a cabo la PFP en México, con bienvenidos por la plutocracia, no sólo por la derecha confesional.
Además, las palabras de Espino también estaban a tono con el nuevo estilo de la política exterior mexicana, vigente desde Fox, y basado en el ataque a países latinoamericanos y a los gobiernos de izquierda, así como en el autoelogio de los supuestos “logros” del gobierno mexicano y en la sumisión a las políticas dictadas por Bush, entre las que se cuenta el combate militar contra el llamado terrorismo, que muchas veces, como en el caso de la lucha que libra Irak contra la ocupación extranjera, es simplemente expresión de desesperada resistencia ante el imperialismo y los abusos del poder.
Finalmente, Calderón tuvo que corregir la declaración de Espino, lamentándose de ella públicamente y señalando que: "En materia de terrorismo quiero subrayar que mi gobierno reconoce y respalda al gobierno del presidente Rodríguez Zapatero en su lucha contra este flagelo y las acciones que su gobierno ha emprendido para combatirlo".
Por si fuera poco, Vicente Fox, el tercero en discordia en la derecha gobernante, volvió a exhibirse en la esfera internacional, ahora como lector del “premio nobel colombiano”, Mario Vargas Llosa, según lo caracterizó el expresidente, quien además se refirió en forma distorsionada a una cita del famoso escritor acerca del PRI como “dictadura perfecta”. Pero resulta que Vargas Llosa no ha recibido el premio Nobel y es oriundo de Arequipa, una hermosa ciudad peruana, donde por cierto tienen una gran fuerza peligrosos grupos de la derecha católica que cultivan en la ciudad un clima de represión e incluso de linchamiento contra los críticos del clero, ambiente que no se puede tomar como ejemplo de vida democrática.

0 Comments:

Post a Comment

<< Home