El regreso de Fox

Latrocinio y triunfalismo:
Retorno a Foxilanda
Edgar González Ruiz

Luego de encabezar la más desastrosa gestión presidencial, las elecciones más cuestionadas y una de las transiciones más sangrientas, de la época posrevolucionaria, Fox anunció el primero de diciembre que se retiraba de la política, pero puntualizó que él y Martha Sahagún seguirían “trabajando por México”, porque “aún quedan muchas Alhóndigas por tomar”.
Muchos pensaron entonces que la “pareja presidencial” se limitaría a seguir con sus proyectos seudofilatrópicos, como Vamos México, una vez ganada la impunidad para ellos y para los Bribiesca, los hijastros incómodos del expresidente, y a tratar de lucrar, como conferencistas o asesores, con un triunfalismo insultante para el pueblo de México. Hasta algunos creyeron ingenuamente que para legitimarse Calderón procedería contra ellos.
Pero no fue así, sino que ahora que la derecha confía en que los sectores populares no traducirán en hechos su rechazo a la imposición y a las políticas neoliberales, Fox y varios de sus principales colaboradores, vuelven con bombos y platillos a la escena pública.

El Museo de Fox
En el sexenio pasado, por doquier aparecieron y siguen apareciendo evidencias de las irregularidades cometidas por la pareja y por otros altos funcionarios. A unos días de que por mandato del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI) la Presidencia de la República presente un informe pormenorizado sobre los gastos que con cargo al erario realizó Martha Sahagún de Fox, ha trascendido que la pareja gastó millones de pesos en vestuario, “objetos personales” y otros gastos suntuarios, despilfarro que es una minucia, desde luego, en comparación con grandes abusos de la pareja y de otros altos funcionarios panistas.
Pese a esos escándalos, Fox ha reiniciado su vida pública, como acostumbra, con el tono del triunfalismo que caracterizó a los seis años de Foxilandia El pasado 22 de enero, se anunció que Fox Quesada podría participar en un foro con empresarios y comerciantes de Tlaxcala, antes de que concluya febrero, pues según Alberto Jiménez Tecpa, presidente del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN, a diferencia de otros ex gobernantes, “Con Vicente Fox, es al contrario, tenemos un ex presidente que está dispuesto a salir a la luz pública y a dialogar con el ciudadano”. Según el panista, Fox se mantiene “…en la mente del ciudadano, como una persona que hizo bien a su partido y a la nación".
Difícilmente pueden idearse afirmaciones más contrarias a la verdad que las expresadas por el panista, pero Fox se está comportando como si de verdad creyera su propia propaganda, y por tanto fuera incapaz de registrar los hechos, de tal suerte que, por ejemplo, en su página Web (www.vicentefox.org.mx), espacio que mañosamente estuvo cerrado a lo largo del conflicto electoral, ahora Fox reaparece con atuendo ranchero, en un intento obvio por reasumir las poses de su campaña del 2000, y anunciando nada menos que la creación del Centro de Estudios, Biblioteca y Museo Vicente Fox Quesada, AC.
Según reza dicha página, se trata de una asociación civil “sin fines de lucro” y “financiada con recursos privados”, que tendrá su sede en San Francisco del Rincón, y que ofrecerá “al público en general un espacio en el que puedan apreciar obras, objetos y documentos recibidos en el sexenio de Vicente Fox”.
Por medio de las asociación civil que lleva su nombre, el gobernante que intervino insidiosamente en las elecciones presidenciales, se presenta como promotor de la democracia y del “avance económico”, en momentos en que el pueblo se ve dramáticamente afectado, con el alza a la tortilla, por las políticas derechistas que benefician a empresarios tramposos.
El culto de Fox a su propia y cuestionable personalidad, tiene un aspecto ridículo, si no fuera porque él y muchos de sus colaboradores todavía pueden hacer mucho mal a México y al mundo.
De hecho, el coordinador de los diputados panistas, Héctor Larios Córdova, ha señalado que Fox será impulsado “por el partido para ocupar la presidencia de la Internacional Demócrata Cristiana" (La Jornada, 20 de enero de 2006).
Se pretende, así, que el personaje que tanto daño causó a las relaciones de México con países latinoamericanos como Venezuela, Bolivia y Cuba, y que trató de hermanar el papel histórico de México con el de Bush, ahora podría encabezar a los derechistas católicos del mundo, mientras que el yunquista Manuel Espino, dirige a la derecha confesional en el subcontinente, agrupada en la ODCA.

Foxismo corriente
Asimismo, varios colaboradores de Fox salieron del gobierno para quedarse en el poder a través del PAN, pues el exsecretario de Gobernación, Carlos Abascal, el del Trabajo, Francisco Salazar Saénz, y el de Relaciones, Luis Ernesto Derbez, se han unido al CEN panista.
Todos ellos apoyaron los proyectos ultraderechistas en sus respectivas áreas, además de que Abascal y Salazar, provenientes de grupos extremistas, tienen las manos manchadas de sangre, de disidentes y de trabajadores, a los que reprimieron durante el foxismo, y los dos se esforzaron por oponerse al estado laico y a los derechos laborales.
El nombramiento de Abascal como secretario general adjunto del PAN, es confirmación, por si hiciera falta, de que las tendencias confesionales predominan en ese partido. Como ha dejado entrever en algunas de sus declaraciones, será prioridad suya el ataque al PRD capitalino, para lo que evidentemente se valdrá de las prácticas gangsteriles que usó en la Segob, siempre en nombre de “Dios” y del “humanismo”, y de la evidente complicidad de Ramírez Acuña, que es de su misma calaña.
Salazar Sáenz, por su parte, cuyo nombre está ligado a los crímenes contra los mineros, será el titular de Acción de Gobierno, y Derbez seguirá apoyando a la ultraderecha en el área de Relaciones Internacionales.