Friday, December 01, 2006

Provida controlará la SS

Los dogmas contra la salud
La ultraderecha católica en la SS
Edgar González Ruiz

El nombramiento del panista José Angel Córdoba Villalobos, expresidente de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, como Secretario de Salud, supone la incorporación de la ultraderecha católica en un puesto clave en el nuevo gabinete y es un retroceso incluso con respecto a la política de Fox en este rubro.
Hace dos años, el panista, que no ostenta una formación médica o científica, se dio a conocer por su fanática oposición a la anticoncepción de emergencia, que expresó advirtiendo que si se permite el uso indiscriminado de la píldora anticonceptiva de emergencia, "se va a permitir más libertinaje sexual y aumentará el riesgo de contagio del sida. Ojalá que de una vez por todas se exija a las farmacias que no se vendan cosas sin receta médica; si no la gente va a estar provocándose abortos cada quince días (...) En México hay 50 millones de pobres, pero no 50 millones de tontos, y hay que decirles las cosas como son, sin engaños, sin tratar de ocultar las cosas".
(Reforma, 27 de enero de 2004.)
Como en el caso de Ana Teresa Aranda, extitular del DIF y de Sedesol, de su sucesora en el DIF, Ana Rosa Payán, y de Carlos Abascal, este nuevo nombramiento se explica no porque el designado tenga capacidad para el cargo sino simplemente por su conservadurismo religioso.
Incluso la jerarquía católica al expresar su beneplácito por esa decisión, ha hecho notar a través de Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis de México, "que cuando éste fue parlamentario asumió posiciones que obedecen a sus valores y a los de su partido", pero una vez que se instale como secretario, "dejará de tener margen de opinión personal y tendrá que ceñirse al marco constitucional.
El ejemplo que puso como modelo de lo que según él debe ser la conducta de Córdoba es el de Carlos Abascal, un fundamentalista que ha puesto el poder al servicio de la jerarquia católica e incluso del arzobispado: "Creo que se piensa que al poner a una persona así se va a ceñir de manera total a los criterios que dice la Iglesia. No es verdad, y ya tenemos un ejemplo muy claro con el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, quien es un católico practicante, de primera línea, que ha actuado con mucha institucionalidad dentro de su cargo en un Estado laico".
Pero en el caso de Córdoba Villalobos la situación tiene el agravante de que se pone como cabeza de una dependencia fundamental del país a un partidario furibundo del conservadurismo católico, que siempre ha ansiado el sector salud como estratégico para imponer sus prohibiciones y atavismos sobre la sexualidad, precisamente a costa de la salud de las y los mexicanos.
La nefasta Provida y la Unión Nacional de Padres de Familia, tradicionalmente han organizado protestas contra el secretario de Salud en turno, porque obviamente ha tenido una formación científica y convicciones que le han impedido ceder a las presiones de esos grupos.
Ahora Calderón ha puesto en esa dependencia a un titular a la medida de Serrano Limón y personajes similares, que por añadidura carece de nivel intelectual y académico: sólo han contado su fanatismo y sus prejuicios.
Cabe destacar que en otros países, en Sudamérica por ejemplo, donde tradicionalmente el clero ha tenido mayor peso en el gobierno que en el caso de México, han sido usuales ese tipo de nombramientos, que se traducen en políticas para desalentar el uso de métodos anticonceptivos y el sexo protegido, con lo cual se perjudica a la sociedad sin beneficio alguno, excepto para la autoridad del clero.

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