Manifiesto ateo
Manifiesto recibido en este blog:
Manifiesto ateo
Fieles a nuestra vocación de guerrilla cultural y a nuestro compromiso con las
libertades, los miembros de la Federación Internacional de Ateos (FIdA) queremos
iniciar con esta acción un movimiento de protesta y de abandono de las
estructuras formales de la Iglesia Católica. Nunca hasta ahora un colectivo había
exigido de ésta una declaración formal de condena y excomunión.
Las iniciativas de solicitud de apostasía, colectiva o individual, forman parte ya de una oleada
creciente que se va extendiendo de modo progresivo por el antiguo orbe católico.
Sin embargo, y a pesar de las recientes sentencias judiciales, el proceso de
apostasía se ve obstaculizado frecuentemente por los responsables de muchas
diócesis, obligando a los solicitantes a un complejo mecanismo legal.
Considerando la necesidad de un nuevo frente, hemos decidido utilizar el propio
sistema jurídico de la Secta como instrumento de denuncia. Las afirmaciones que
siguen a continuación, y la evidencia de lo que a ojos del alto clero constituye una
“falta muy grave”, harán obligatoria, pensamos, una respuesta por su parte.
La emisión de este Manifiesto no implica, como algunos creerán entender, que nos
limitemos simplemente a una metodología anticristiana, dejando de lado a otros
tipos de fundamentalismo religioso. Por el contrario. Pero cuando se aborda una
estrategia de comunicación confluyen diversos factores de oportunidad que deben
ser tenidos en cuenta.
Adoptamos aquí como herramienta la reclamación de una “pena justa”,
transformando así la condena en privilegio. Utilizada históricamente por la Iglesia
católica como una terrible amenaza –no tanto por sus desventajas escatológicas
como por el daño social que implicaba-, la pena de excomunión constituye, aún
hoy, el castigo máximo aplicado por la Secta. Desvirtuamos, de este modo, sus
fantasías, y neutralizamos así el poder mítico e imaginario de sus anatemas.
Las inculpaciones que aquí realizamos no se reducen a hechos e infracciones
puntuales, producto de una situación histórica, sino que responden a una actitud
mantenida por la Iglesia y sus rectores desde el instante mismo de su fundación.
Sabemos, indudablemente, que este tipo de iniciativas carecen de consecuencias
directas en cuanto a las formas de financiación permitidas a las organizaciones
religiosas. Que la sangría económica que supone para la ciudadanía la Iglesia
católica y sus derivaciones habrá de sanearse mediante la derogación de
Concordatos y acuerdos que actúan como claros anacronismos en las sociedades
libres. No obstante, estamos seguros de que el virus religioso, tan enraizado
todavía en nuestra cultura, puede ser eliminado con simples criterios racionales,
y que la influencia política y cultural de que disfrutan las ideologías transmitidas
como fe serán progresivamente reducidas a medida que los humanos adquieran
conciencia de su irrelevancia.
Saludos cordiales,
Francisco Miñarro,
Coordinador de la Federación Internacional de Ateos (FIdA).
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MANIFIESTO POR LA EXCOMUNIÓN
Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica
Nosotros, miembros de la Federación Internacional de Ateos, haciendo uso de
nuestra plena libertad y con absoluta conciencia del significado y el alcance de
nuestra petición, deseamos manifestar al Pontífice romano y a los obispos del mundo,
así como a los responsables máximos de la Iglesia católica, y en especial a los de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, lo siguiente:
Reconocemos en la Iglesia Católica a la corporación más intolerante, homicida y
destructiva de cuantas históricamente han existido. Reconocemos en su doctrina una
ideología del odio y de la guerra, y un retablo de falsedades, trampas,
contradicciones, engaños y ridiculeces erigido con el único fin de anular la
inteligencia y denigrar la razón. Reconocemos en la moral cristiana un cloroformo
destinado a neutralizar el placer y la imaginación, a hacer de nuestros cuerpos el más
cercano enemigo y a trocar la virtud en sumisión. Reconocemos en el Papado a un
emisario de la tortura y de la mentira, a una marioneta de los intereses del Estado
fascista vaticano. Reconocemos en el alto clero a una banda de parásitos sociales,
ávidos de poder y de saqueo. Reconocemos en los fieles católicos a una humanidad
engañada, por la que sentimos solidaridad y compasión. Reconocemos en todas las
víctimas del terror religioso la prueba definitiva de vuestra culpabilidad.
Y por lo tanto, os acusamos públicamente:
De haber condenado a muerte a millones de individuos, por colaborar con vuestras
instrucciones a la expansión del VIH/SIDA. De practicar relaciones simbióticas con
toda clase de totalitarismos, de fomentarlos, de justificarlos y de prostituiros ante
ellos. De bendecir a los asesinos y a los tiranos. De proclamar santas cruzadas contra
las mujeres y los hombres que han dudado de vuestra verdad. De esclavizar a los
débiles. De adular a los generales y a los caudillos. De fomentar el odio a los cuerpos,
a la felicidad y al placer. De insultar a la inteligencia, y de pretender someterla a
vuestra absurda y primitiva teología. De jerarquizar los géneros, las relaciones y los
sentimientos, de acuerdo con la moral siniestra que practicáis. De imponer vuestras
fobias como sagrados mandamientos. De atacar sistemáticamente las libertades
individuales y colectivas. De saquear a los pueblos, sin tregua y con total impunidad,
por medio de vuestros acuerdos diplomáticos, de vuestros Concordatos y de vuestras
alianzas con el poder político. De traficar con la infancia. De fornicar con ella. De
mentir. De abusar. De discriminar. De encubrir a los pederastas. De haber creado la
Santa Inquisición. De encender hogueras que todavía no han cesado de arder. De
despreciar a la ciencia y al conocimiento. De torturar, de masacrar y de ocultar la
verdad histórica. De manipular la memoria colectiva. De perpetuar vuestra ideología
inyectándola en las mentes infantiles. Y de instigar, conspirar, falsificar e imponer
mediante la violencia vuestro delirio patológico.
Y os recordamos, además:
Que el código de Derecho Canónico que rige las sanciones y faltas en vuestra
corporación, reactualizado por el difunto Karol Wojtyla, establece una relación de
censuras cuyo objetivo declarado es la prevención y protección de vuestro rebaño de
fieles. Que entre estas sanciones destaca, por su especial relevancia, la pena de
excomunión. Que se establece dicha pena para los delitos “más graves”, aquellos que
la autoridad eclesiástica considera que colocan al sujeto fuera de la comunión con su
Iglesia. Que el artículo 1364 § 1 del Código de Derecho Canónico afirma que “el
apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae”.
Que el artículo 1369 establece que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en
un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social,
profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la
religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una
pena justa”. Que el artículo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la
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aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el
motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos
a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas”. Y que
el artículo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien
se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con
una pena justa”, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado
con entredicho”.
Y por añadidura os informamos de:
Que en los Estatutos de nuestra Federación se definen de forma diáfana los objetivos
a los que deseamos dirigirnos, consistentes en denunciar y erradicar la influencia
social y cultural ligada a las ideas de “Dios”, del “alma” y de lo “sobrenatural”; en
luchar contra la implantación del “hecho religioso” y contra los privilegios económicos
y políticos de los que disfrutan la religión y sus instituciones; en la difusión del
ateísmo como alternativa racional frente a la superstición religiosa; y en la defensa y
expansión del racionalismo y del librepensamiento.
Por lo que exponemos:
Que la frecuente negativa de los miembros de las Conferencias Episcopales a asumir y
reconocer el derecho de apostasía, manifestando los dirigentes de ciertas diócesis que
el registro de bautismo es una simple anotación histórica no sujeta a la normativa
sobre la protección de datos personales, y desarrollando una estrategia jurídica
definida por su desobediencia a los tribunales, nos obliga a considerar la exigencia de
la excomunión "latae sententiae" declarada para los miembros de nuestra
organización que, por motivos sociales o de tradición familiar, fueron incluidos en su
infancia en el cómputo de individuos bautizados y, por lo tanto, en el censo
estadístico de católicos.
Tras todo lo cual, exigimos, apelando a vuestra presumible coherencia:
Que, en declaración eclesiástica y por oficial escrito, sea emitida CONDENA
DE EXCOMUNIÓN PÚBLICA a TODOS los miembros, actuales y futuros, de la
Federación Internacional de Ateos, no dejando así duda alguna en cuanto a
la negativa absoluta, por nuestra parte, a seguir perteneciendo, en los
casos en los que así conste, al cómputo de los fieles de la secta católica.
Rechazamos enérgicamente vuestra doctrina, vuestro culto, vuestra moral y vuestro
cuerpo dogmático. Apostatamos de la fe católica (art. 1364). Suscitamos desprecio
contra la Iglesia (art. 1369). Inducimos a la desobediencia frente a ella (art. 1373). Y,
aún más importante, nos esforzamos en aquello que, según vuestro particular
lenguaje, contribuye a “maquinar” contra la Corporación (art. 1374). Es decir, en
denunciar, en hacer públicas y en exponer las actividades criminales presentes y
pasadas en las que esté involucrado el clero católico, y en iniciar acciones concretas
tendentes a destruir la influencia que éste mantiene sobre la cultura, la política y la
sociedad.
En Toledo, Sede del I Concilio Ateo, a 22 de noviembre de 2007.
La Asamblea de socios de la Federación Internacional de Ateos (FIdA).
Por representación, Francisco Miñarro, Coordinador.
Entidad inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior
Español, nº nacional 586954. CIF G97756001. Apdo. de Correos nº 44. 46930–Quart de
Poblet. Valencia (España)
Manifiesto ateo
Fieles a nuestra vocación de guerrilla cultural y a nuestro compromiso con las
libertades, los miembros de la Federación Internacional de Ateos (FIdA) queremos
iniciar con esta acción un movimiento de protesta y de abandono de las
estructuras formales de la Iglesia Católica. Nunca hasta ahora un colectivo había
exigido de ésta una declaración formal de condena y excomunión.
Las iniciativas de solicitud de apostasía, colectiva o individual, forman parte ya de una oleada
creciente que se va extendiendo de modo progresivo por el antiguo orbe católico.
Sin embargo, y a pesar de las recientes sentencias judiciales, el proceso de
apostasía se ve obstaculizado frecuentemente por los responsables de muchas
diócesis, obligando a los solicitantes a un complejo mecanismo legal.
Considerando la necesidad de un nuevo frente, hemos decidido utilizar el propio
sistema jurídico de la Secta como instrumento de denuncia. Las afirmaciones que
siguen a continuación, y la evidencia de lo que a ojos del alto clero constituye una
“falta muy grave”, harán obligatoria, pensamos, una respuesta por su parte.
La emisión de este Manifiesto no implica, como algunos creerán entender, que nos
limitemos simplemente a una metodología anticristiana, dejando de lado a otros
tipos de fundamentalismo religioso. Por el contrario. Pero cuando se aborda una
estrategia de comunicación confluyen diversos factores de oportunidad que deben
ser tenidos en cuenta.
Adoptamos aquí como herramienta la reclamación de una “pena justa”,
transformando así la condena en privilegio. Utilizada históricamente por la Iglesia
católica como una terrible amenaza –no tanto por sus desventajas escatológicas
como por el daño social que implicaba-, la pena de excomunión constituye, aún
hoy, el castigo máximo aplicado por la Secta. Desvirtuamos, de este modo, sus
fantasías, y neutralizamos así el poder mítico e imaginario de sus anatemas.
Las inculpaciones que aquí realizamos no se reducen a hechos e infracciones
puntuales, producto de una situación histórica, sino que responden a una actitud
mantenida por la Iglesia y sus rectores desde el instante mismo de su fundación.
Sabemos, indudablemente, que este tipo de iniciativas carecen de consecuencias
directas en cuanto a las formas de financiación permitidas a las organizaciones
religiosas. Que la sangría económica que supone para la ciudadanía la Iglesia
católica y sus derivaciones habrá de sanearse mediante la derogación de
Concordatos y acuerdos que actúan como claros anacronismos en las sociedades
libres. No obstante, estamos seguros de que el virus religioso, tan enraizado
todavía en nuestra cultura, puede ser eliminado con simples criterios racionales,
y que la influencia política y cultural de que disfrutan las ideologías transmitidas
como fe serán progresivamente reducidas a medida que los humanos adquieran
conciencia de su irrelevancia.
Saludos cordiales,
Francisco Miñarro,
Coordinador de la Federación Internacional de Ateos (FIdA).
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MANIFIESTO POR LA EXCOMUNIÓN
Actus formalis defectionis ab Ecclesia catholica
Nosotros, miembros de la Federación Internacional de Ateos, haciendo uso de
nuestra plena libertad y con absoluta conciencia del significado y el alcance de
nuestra petición, deseamos manifestar al Pontífice romano y a los obispos del mundo,
así como a los responsables máximos de la Iglesia católica, y en especial a los de la
Congregación para la Doctrina de la Fe, lo siguiente:
Reconocemos en la Iglesia Católica a la corporación más intolerante, homicida y
destructiva de cuantas históricamente han existido. Reconocemos en su doctrina una
ideología del odio y de la guerra, y un retablo de falsedades, trampas,
contradicciones, engaños y ridiculeces erigido con el único fin de anular la
inteligencia y denigrar la razón. Reconocemos en la moral cristiana un cloroformo
destinado a neutralizar el placer y la imaginación, a hacer de nuestros cuerpos el más
cercano enemigo y a trocar la virtud en sumisión. Reconocemos en el Papado a un
emisario de la tortura y de la mentira, a una marioneta de los intereses del Estado
fascista vaticano. Reconocemos en el alto clero a una banda de parásitos sociales,
ávidos de poder y de saqueo. Reconocemos en los fieles católicos a una humanidad
engañada, por la que sentimos solidaridad y compasión. Reconocemos en todas las
víctimas del terror religioso la prueba definitiva de vuestra culpabilidad.
Y por lo tanto, os acusamos públicamente:
De haber condenado a muerte a millones de individuos, por colaborar con vuestras
instrucciones a la expansión del VIH/SIDA. De practicar relaciones simbióticas con
toda clase de totalitarismos, de fomentarlos, de justificarlos y de prostituiros ante
ellos. De bendecir a los asesinos y a los tiranos. De proclamar santas cruzadas contra
las mujeres y los hombres que han dudado de vuestra verdad. De esclavizar a los
débiles. De adular a los generales y a los caudillos. De fomentar el odio a los cuerpos,
a la felicidad y al placer. De insultar a la inteligencia, y de pretender someterla a
vuestra absurda y primitiva teología. De jerarquizar los géneros, las relaciones y los
sentimientos, de acuerdo con la moral siniestra que practicáis. De imponer vuestras
fobias como sagrados mandamientos. De atacar sistemáticamente las libertades
individuales y colectivas. De saquear a los pueblos, sin tregua y con total impunidad,
por medio de vuestros acuerdos diplomáticos, de vuestros Concordatos y de vuestras
alianzas con el poder político. De traficar con la infancia. De fornicar con ella. De
mentir. De abusar. De discriminar. De encubrir a los pederastas. De haber creado la
Santa Inquisición. De encender hogueras que todavía no han cesado de arder. De
despreciar a la ciencia y al conocimiento. De torturar, de masacrar y de ocultar la
verdad histórica. De manipular la memoria colectiva. De perpetuar vuestra ideología
inyectándola en las mentes infantiles. Y de instigar, conspirar, falsificar e imponer
mediante la violencia vuestro delirio patológico.
Y os recordamos, además:
Que el código de Derecho Canónico que rige las sanciones y faltas en vuestra
corporación, reactualizado por el difunto Karol Wojtyla, establece una relación de
censuras cuyo objetivo declarado es la prevención y protección de vuestro rebaño de
fieles. Que entre estas sanciones destaca, por su especial relevancia, la pena de
excomunión. Que se establece dicha pena para los delitos “más graves”, aquellos que
la autoridad eclesiástica considera que colocan al sujeto fuera de la comunión con su
Iglesia. Que el artículo 1364 § 1 del Código de Derecho Canónico afirma que “el
apóstata de la fe, el hereje o el cismático incurren en excomunión latae sententiae”.
Que el artículo 1369 establece que “quien, en un espectáculo o reunión públicos, en
un escrito divulgado, o de cualquier otro modo por los medios de comunicación social,
profiere una blasfemia, atenta gravemente contra las buenas costumbres, injuria la
religión o la Iglesia o suscita odio o desprecio contra ellas debe ser castigado con una
pena justa”. Que el artículo 1373 explicita que “quien suscita públicamente la
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aversión o el odio de los súbditos contra la Sede Apostólica o el Ordinario, con el
motivo de algún acto de potestad o de ministerio eclesiástico, o induce a los súbditos
a desobedecerlos, debe ser castigado con entredicho o con otras penas justas”. Y que
el artículo 1374, siendo extremadamente claro en su redacción, sentencia que “quien
se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con
una pena justa”, y que “quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado
con entredicho”.
Y por añadidura os informamos de:
Que en los Estatutos de nuestra Federación se definen de forma diáfana los objetivos
a los que deseamos dirigirnos, consistentes en denunciar y erradicar la influencia
social y cultural ligada a las ideas de “Dios”, del “alma” y de lo “sobrenatural”; en
luchar contra la implantación del “hecho religioso” y contra los privilegios económicos
y políticos de los que disfrutan la religión y sus instituciones; en la difusión del
ateísmo como alternativa racional frente a la superstición religiosa; y en la defensa y
expansión del racionalismo y del librepensamiento.
Por lo que exponemos:
Que la frecuente negativa de los miembros de las Conferencias Episcopales a asumir y
reconocer el derecho de apostasía, manifestando los dirigentes de ciertas diócesis que
el registro de bautismo es una simple anotación histórica no sujeta a la normativa
sobre la protección de datos personales, y desarrollando una estrategia jurídica
definida por su desobediencia a los tribunales, nos obliga a considerar la exigencia de
la excomunión "latae sententiae" declarada para los miembros de nuestra
organización que, por motivos sociales o de tradición familiar, fueron incluidos en su
infancia en el cómputo de individuos bautizados y, por lo tanto, en el censo
estadístico de católicos.
Tras todo lo cual, exigimos, apelando a vuestra presumible coherencia:
Que, en declaración eclesiástica y por oficial escrito, sea emitida CONDENA
DE EXCOMUNIÓN PÚBLICA a TODOS los miembros, actuales y futuros, de la
Federación Internacional de Ateos, no dejando así duda alguna en cuanto a
la negativa absoluta, por nuestra parte, a seguir perteneciendo, en los
casos en los que así conste, al cómputo de los fieles de la secta católica.
Rechazamos enérgicamente vuestra doctrina, vuestro culto, vuestra moral y vuestro
cuerpo dogmático. Apostatamos de la fe católica (art. 1364). Suscitamos desprecio
contra la Iglesia (art. 1369). Inducimos a la desobediencia frente a ella (art. 1373). Y,
aún más importante, nos esforzamos en aquello que, según vuestro particular
lenguaje, contribuye a “maquinar” contra la Corporación (art. 1374). Es decir, en
denunciar, en hacer públicas y en exponer las actividades criminales presentes y
pasadas en las que esté involucrado el clero católico, y en iniciar acciones concretas
tendentes a destruir la influencia que éste mantiene sobre la cultura, la política y la
sociedad.
En Toledo, Sede del I Concilio Ateo, a 22 de noviembre de 2007.
La Asamblea de socios de la Federación Internacional de Ateos (FIdA).
Por representación, Francisco Miñarro, Coordinador.
Entidad inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones del Ministerio del Interior
Español, nº nacional 586954. CIF G97756001. Apdo. de Correos nº 44. 46930–Quart de
Poblet. Valencia (España)
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